Páginas

viernes, 18 de enero de 2013

Juegos en Linux #2: 0 A.D.


Desconozco si la incorrección que implica el título de este juego es casual, un error  o, por el contrario, es una pequeña broma para historiadores freaks.  Me explico: como todos sabréis, el año cero no existe. No se trata de una cuestión matemática (por más que en uno y mil libros y sitios de Internet nos la pretendan vender como tal) se trata más bien de una de las mayores chapuzas historiográficas conocidas. Y es que, ¡por el amor de Dios!, el niño Jesús, de haber nacido según nuestro calendario ¡lo habría hecho con un año!. Otra de las opciones es que en el año dos después del nacimiento de Cristo, éste cumpliese un año. ¿Tiene sentido?. Yo no lo veo.
De esta manera, entre el año cuatro A. de C. y el año cuatro D. de C. no pasaron  ocho años reales sino tan sólo siete. Ahora el daño ya está hecho y es demasiado tarde para arreglar el entuerto, pero no deja de ser curioso el que los guasones de los desarrolladores de este juego histórico nos nombren, precisamente ¡el único año que no existe!.  Vale, que no os fiáis de mí... pues id aquí.
"La fuente de lo que todo mana". Fuente: Conan...esto Wikipedia.es

Pero bueno, dejémonos de rodeos y hablemos de lo que nos interesa. Echémosle mano al juego. El 0 A.D. tiene su propia historia, en un origen no pretendía ser un juego "en sí" sino que estaba proyectado como "mod" del archiconocido Age Of Empires II . Más tarde, y cuando el proyecto ya empezaba a tener identidad propia, se decidió convertirlo en un juego propio y, para el consuelo de los linuxeros, un juego abierto y libre. Ahora bien, el desarrollo de está aventura no acaba en esta anécdota pues nos encontramos un juego aún en fase de alpha, esto tampoco debería de sorprendernos a no ser por el hecho de que el juego lleva en desarrollo desde el año 2000. Trece años para una alpha... los he visto más rápidos.
No obstante, tengo que decir, en honor a la verdad, que en los últimos años se han puesto las pilas. Y que desde el año 2011 no han parado de salir, versión tras versión, diferentes actualizaciones con nombres de lo más rimbombantes: Argonaut, Cerberus, Idus de Marzo, Jhelum, etc. son algunos de ellos.
Como buen hijo vástago de AoE (Age of Empires) el juego conserva la mecánica y la jugabilidad del mismo aunque no por ello nos encontramos con un juego sin personalidad propia. Incluso yo, ducho en mil y una lides en lo que a la saga "Age of..." se refiere he tenido que tomarme mi tiempo para aprender a controlar y perfeccionar mis artes marciales en el juego. Destacan, en cuanto a las variables con su "madre" el que todas y cada una de las civilizaciones de este juego cuenten con unidades diferentes (en el original tendríamos que esperar hasta su spin off Mitology o su tercera secuela para encontrarnos con ello). Además las unidades de infantería pueden recoger recursos, lo que implica un mayor acercamiento histórico a la realidad de la época en la que nos ambientamos.
Si bien no es de gusto de nadie el hacer un análisis de un producto inacabado (hay muchos aspectos en el juego aún por depurar), a falta de alternativas viables para nuestro S.O. y con la certeza de que el 0 A.D. ya puede ser jugado y disfrutado, vamos a comenzar con nuestra critica pormenorizada.

Gráficos: Si este juego hubiese sido publicado en el año 2000, o incluso dos o tres años posteriormente, nos encontraríamos con un juego con el listón verdaderamente alto. No obstante, estamos en el 2013 y el canon está muy por encima. El juego, muestra unos gráficos al nivel del Age Of Mythology, que fue sacado a la venta en 2002. Con todo, la belleza de los diseños nos hace olvidar este aspecto.
Romped, bebed, remad. Fuente: Wildfiregames.com

Jugabilidad: Como buen clon del Age, la jugabilidad es sorprendentemente sencilla para los habituales del género. Aunque podemos recurrir a atajos de teclado, podemos hacer todas y cada una de las opciones del juego a través del ratón. Clic izquierdo para señalar y clic derecho para ordenar. Muy sencillo. Si es cierto, por el contrario, que la respuesta a las órdenes es ligeramente más lenta que en otros juegos del tipo lo que implica una sensación de cansancio extra. Da la impresión de que nuestros súbditos tienen que pensarse las órdenes antes de realizarlas. 
Sonido: Como en el apartado de gráficos, nos encontramos con un juego con melodías bonitas y resultonas, sonidos Fx con las mismas características, pero que a su vez parecen sacadas de una máquina del tiempo. Hace 10 años hubiese sido una BSO alucinante pero en la actualidad no pasan de cumplir. Así mismo, al nivel de los juegos de su estilo, algunas voces y sonidos se hacen demasiado repetitivos de tal forma que una buena opción es bajarle los niveles de música y adornar la partida con nuestros temas favoritos.
Adictividad: En el momento actual, donde sólo podemos partirnos la cara contra la CPU los niveles de adictividad producidos no llegan a los niveles que, de seguro, alcanzará cuando complete la posibilidad de jugar online. Con todo,  este tipo de juegos son conocidos por eso, por ser adictivos y es aquí, en este apartado donde el juego se redime de los anteriores apartados. Partida tras partida lucharemos por hacernos con el más fuerte de los imperios. ¡AU!, ¡AU!, ¡AU!.
Nota Global: Un juego entretenido, aunque inacabado. Da la sensación de que puede llegar a ser mucho más de lo que es. Su similitud con Age of Empires es manifiesta y esto, lejos de ser una desventaja, lo hace un juego sumamente atractivo. Una buena alternativa a la saga de Microsoft Games. Con un par de retoques podría convertirse en todo un "Must Have" en la plataforma que nos atañe. Además que coño: ¡es gratis!.