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miércoles, 23 de enero de 2013

Juegos en Linux #3: Hedgewars


Por ahora, y en este pequeño acercamiento al mundo de los juegos en Linux, me he encontrado con una sensación agridulce. La sensación agria deviene del hecho de la poca oferta de juegos que presenta, o mejor dicho, de la poca cantidad de juegos "nuevos" que podemos encontrar o, en otras palabras, juegos triple A.
Obviamente existen algunas excepciones (cada vez más habituales gracias a Dios) pero aún así insuficientes para considerar Linux el sistema base de un jugón (me gusta mucho más esta expresión de jugón que la de gamer).
Gracias a Steam, la cosa puede que cambie muy pronto y, es posible que dentro de poco tenga que escribir otro texto similar a éste pero afirmando justamente lo contrario. Pocas cosas con respecto a la informática me gustarían más.
Pero las cosas son como son y Linux, en la actualidad, no es la plataforma de juegos por excelencia.
Todo lo dicho os hará preguntaros entonces en donde veo la parte dulce del asunto.
¿Viaje a EuroDisney? Mucho ha cambiado el sector. Fuente: VideoShock.com
Es muy sencillo, para mi, la sensación que estoy teniendo a la hora de buscar y probar juegos en Linux es la misma que ir a un rastrillo y encontrarse con que alguien vende una colección de números antiguos de la revista Superjuegos; Vale que yo nunca la he coleccionado (yo era de Hobbyconsolas), vale que no incluyen ninguna novedad del presente, vale que no están tan bien maquetadas y con la calidad de papel de una revista actual, ¿pero a quién le importa eso?. Me hace recordar otros tiempos, otros juegos probados y otros juegos que deseé probar. Es decir, me transporta mentalmente a una parte de mi historia. Y esto, como digo, me está pasando con Linux.
Y, obviamente, es una sensación dulce. Linux me ha "forzado" a fijarme en juegos que hubiese pasado por alto, y se lo agradezco. El 0 A.D. me ha recordado a mis mejores tiempos en el Age Of Empires, el Pingus (del que pronto tendréis noticias por aquí) me ha llevado a recordar uno de los primeros juegos que jugué en las clases de informática del colegio, ¡el Lemmings!, OpenArena es volver a soltar adrenalina al más puro estilo Quake 3 y sobre todo, el juego que hoy os traigo. Ese si ha sido un verdadero flash back, otro juego olvidado entre infinitas horas de Call of Duty y Street Fighter, pero con todo un juegazo por derecho propio.  El juego a recordar no es más que el mitiquísimo Worms (en sus versiones buenas, las de 2d), que seguro a cualquier jugón con más de veintipico años le ha costado más de una risa y un enfado.
Y es que me he encontrado con esto: 


La misma calidad interpretativa que en Mercenarios 2, pero ¿a quién importa?. Fuente:Shutnikov.net
Bueno, vale, que sí, que este juego también podemos jugarlo en PC y en Mac, pero no estoy hablando de posibilidad de jugarlo, sino de que Linux me ha brindado todas las cartas para hacerlo y estoy muy agradecido.
Como digo, este juego es un "clon" del Worms, aunque no me gusta decirlo, las únicas diferencias con este ultimo son casi visuales. Y lo que es el diseño del juego (no artístico) es el mismo.
Pero vamos al tema, vamos a analizarlo como  se merece. Punto por punto, como los profesionales:
Gráficos: Sinceramente, siempre tengo el mismo problema al intentar hacer una valoración (sobre todo cuando luego hay que poner un número) a esto de los gráficos. ¿Tengo que tomarlo como  una escala absoluta y comparar juegos como éste con el Battlefield 3? o por el contrario ¿lo hago de forma relativa y lo comparo con juegos del mismo género y mercado?. Es una difícil dicotomía. Tengo que decir, que aunque considere que este juego tiene unos buenos  gráficos para su "género", es decir, supera a su original (Worms) con creces, voy a utilizar una escala absoluta. Esto deviene del hecho de que en esta sección se van a analizar juegos de muy diversas clases y si me voy a dedicar a analizar relativamente cada uno de ellos las puntuaciones no servirían de nada.

This is Sparta!!!. Fuente: Hedgewars.com

En otras palabras, el juego cumple perfectamente su cometido gráficamente y, aunque no está a la altura de los tiempos ni de la técnica, mejora a sus competidores. Los gráficos son coloristas, agradables y destaca la posibilidad de "maquear" a nuestro equipo de gusanos con skins de lo más variado y estrafalario (yo les pienso poner a todos la apariencia de los personajes del Street Fighter).

Jugabilidad: Torpe. Sí, y que no os sorprenda cuando luego le ponga un 4 en las puntuaciones. Es torpe, pero es así de forma  intencionada. ¿Donde estaría la gracia en un juego de estos si fuese fácil controlar nuestro muñeco y las armas?, estos juegos tienen que ser torpes para poder tener gracia. Las explosiones han de ser imposibles de prevenir, el muñeco no puede moverse con la agilidad de Sonic, un perfecto equilibrio entre control y azar son la gracia de este tipo de juegos.
Sonido: Melodías bonitas con estilo Mi-di. No obstante, cuando la partida se hace un poco larga suelen llegar a hacerse repetitivas. Como siempre digo, una buena opción es poner de fondo una buena lista de reproducción de tu música favorita y jugar tan solo con los Fx activados. En cuanto a ellos, los Fx, en este juego son clones exactos también a los del Worms (si no son los mismos...) que son los que dan el toque gracioso al juego.
Adictividad: Es fácil hacer un juego adictivo si lo que hacemos es copiar un juego que ha superado el examen del tiempo. Pero lo cortés no quita lo valiente y este Hedgewars es adictivo hasta las trancas. Sobre manera si nos enfrentamos con enemigos humanos. Pero precaución es el tipo de juegos que pueden hacerte perder alguna amistad. (Los que hayáis jugado de forma asidua al Risk sabéis de lo que estoy hablando).

Nota Global: Dejando de lado la extraña forma que yo tengo de ver las cosas. Este juego puede dar muchas horas de diversión y entretenimiento a cualquiera. Pero nada más. No es profundo, no tiene historia, no te va a enseñar nada pero puede hacerte pasar un par de horas sin pensar en la maldita crisis.  Por ello es un juego recomendable para cuando estamos cansados de jugar "siempre a lo mismo".