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miércoles, 6 de marzo de 2013

Vídeo-Distro #9: Manjaro Linux



Esta semana le vamos a echar un vistazo a una distro de la familia Arch, que en mi humilde opinión es una de las más potentes ramas del mundo Linux junto a Debian (sí, sé que hay otras, pero esta es mi humildísima opinión). Arch es un sistema que cuenta, entre otras cosas, con unos repositorios realmente potentes, entre ellos AUR, del que hablo en el vídeo y que no me resisto a comentar más en profundidad un poco más adelante. Pero vamos por orden: la distro de hoy se llama Manjaro, que sigue fielmente el principio de desarrollo de su "progenitora" Arch: KISS (keep it simple, stupid, o sea: "mantenlo simple, estúpido", en referencia a la manía que tienen algunos desarrolladores de complicar las cosas). 


Instalación

Manjaro tiene fama de ser una distribución a la que le falta un punto para ser perfecta: el proceso de instalación asusta un poco por su primitivo aspecto; aunque están ya en desarrollo interfaces un poco más pulidas para preparar el sistema en nuestros discos duros, en la que he analizado (la versión aparecida el día 23 de febrero) todavía se mantiene el instalador CLI, basado en pantallas de terminal con un aspecto, eso sí, un poco desalentador. No obstante, no es tan fiero el león como lo pintan; si seguimos los pasos ordenadamente y leemos con atención las instrucciones, no es más difícil de instalar que cualquier distro de las que gozan de bonitas interfaces. Pero no adelantemos acontecimientos, juzgad vosotros mismos. Una vez hemos arrancado el ordenador con la ISO (descargable aquí) copiada en un DVD o en un pendrive (os recuerdo que pesa 1,2 Gb, así que nada de CD's desgraciadamente) nos encontramos con la primera pantalla de selección, que nos permite arrancar la sesión Live y otras opciones:


Si elegimos la primera opción comienza el proceso de arranque, con la siguiente pantalla:


Las flechas marcan dos elementos importantes: el mensaje de bienvenida, que nos indica el nombre de usuario y la contraseña de la sesión live, importante si vamos a realizar tareas que requieran de permisos. La otra flecha señala el lanzador del instalador, listo para funcionar en cualquier momento:


Esta primera pantalla de terminal nos informa de que existen dos versiones de CLI, y que se recomienda la estable. Ya veis que gráficamente da un poco de pena, pero informa correctamente y solo hay que apretar intro para continuar:


La primera opción, por lo tanto, es seleccionar el instalador. Poco que comentar, elegimos la primera opción y...


Otra pantalla donde nos dicen que hemos elegido bien (¡!) esto empieza parecerse a una aventura gráfica de las antiguas... le damos a ok:


...Y seguramente el estupor de la pantalla anterior os ha impedido leer el mensaje completamente, cuando dice "follow the steps in order" ("sigue los pasos en orden"); efectivamente, la nueva pantalla nos da varias opciones para seleccionar, y tendremos que ir de una en una; solo tras cumplimentarlas todas podremos dar por finalizado el proceso. Tengo la impresión de que esta disposición puede ser una de las problemáticas del instalador CLI. Es fácil despistarse entre tantas pantallas azules, y saltarse un paso que pueda dar al traste con la instalación. Así que nos concentramos, cogemos aire y le damos a la primera línea: set date and time, donde podemos seleccionar la franja horaria y la fecha del sistema. El siguiente paso, "Disk(s) preparation", es uno de los importantes:


Ya veis que no era para tanto, ¿verdad? Simplemente tendremos que elegir qué tipo de instalación queremos, y si elegimos la opción "assisted", el programa nos echará una mano en el paseo. Las siguientes pantallas son una sucesión de casillas donde sólo tendremos que elegir el tamaño de las diferentes particiones, que el instalador se encargará de crear automáticamente.


Por supuesto, también podremos crear nuestras propias particiones manualmente. Este proceso termina con la selección del formato de las particiones, con las opciones típicas (ext2, ext4, etc.):


Ya va quedando menos. Cada vez que terminamos un paso se nos devuelve a la pantalla general, donde tendremos que seleccionar el siguiente. En este caso, la copia del sistema en el disco:



En la segunda pantalla veis cómo Manjaro instala los controladores gráficos, uno de los puntos fuertes de esta distro. Si hemos elegido la opción conveniente en el arranque (que está bien visible, no tiene pérdida), el instalador se encargará de elegir el driver concreto para nuestra tarjeta gráfica, y de compilar el kernel preciso para hacerlo funcionar. Todo un logro por parte de Manjaro, que ni siquiera la todopoderosa Ubuntu ha conseguido superar. El proceso dura poco rato, y podremos avanzar a la configuración del sistema, que básicamente consiste en crear usuarios y carpeta, opciones locales (teclado y esas cosas, nada esotérico ni misterioso), etc.:


Una vez cumplimentado este trámite (alguno de cuyos pasos son opcionales), tendremos que instalar el Grub, que para quien no lo sepa es el programita que se encarga de detectar y dejarnos elegir qué sistema operativo queremos arrancar nada más encender el ordenador; la opción más razonable, por supuesto, es la primera:


Y eso es todo. En realidad no es muy diferente de cualquier instalador gráfico, con pasos sucesivos y elecciones que en el fondo son siempre las mismas. De hecho, en la mayoría de los casos este tipo de instaladores sólo son complicados si queremos hacer cosas complicadas, y eso generalmente solo lo hacen aquellos que están preparados para disfrutar de estas imágenes de 8 bits (ya lo decía mi abuela: tiene que haber de todo en este mundo...).

Lo negativo

Debo ser un "optimista antropológico" como dijo alguien cuyo nombre procuro borrar de mi mente, porque no suelo encontrar puntos negativos en las distros que voy analizando. Al menos nada que llegue a cabrearme, como me pasa de vez en cuando con Ubuntu. Esto, naturalmente, no quiere decir nada, imagino que un uso intensivo de cualquier distribución sacará a relucir problemas que con un vistazo somero pasan desapercibidos. En esta ocasión me pasa algo parecido: No he encontrado problemas graves en ningún momento, el sistema va fluido (XCFE es lo que tiene) y la detección de hardware es de lo mejor que he visto hasta ahora. Si acaso podría destacarse como "defectillo" el aspecto algo pasado de moda de XFCE, aunque esto no es nada que no pueda solucionarse con un poco de trabajo de configuración. Tampoco se explica muy bien el excesivo tamaño de la ISO, aunque con toda probabilidad esto se debe a la cantidad de paquetes que habrán añadido para que el reconocimiento de componentes sea eficaz. De otra manera, el apartado de aplicaciones instaladas por defecto se lleva un aprobado raspado, habida cuenta de la carencia de elementos clave como el software ofimático o gráfico, por citar un par de ejemplos. Por cierto, no he podido instalar Darktable, aunque quizá sea un problema de mi instalación virtualizada. ¡Ah, y otra cosa que me ha llamado la atención: el kernel es la versión 3.4... ¿Un poco "anticuado" para una rolling, no?

Lo positivo

Lo cierto es que, tras examinarla y leer sobre ella, no me sorprende que Manjaro sea la niña bonita de tantos usuarios de Linux. Es una distro que funciona realmente bien, que acepta el hardware y lo configura perfectamente sin darte ni cuenta, y que no da problemas. Y cuenta con una colección de repositorios espectacular: además de los propios de Manjaro, accede a los repositorios AUR de Arch Linux: se trata de un sistema de repositorios privados que le da, en mi opinión, mil vueltas a los ppa de Ubuntu. Son repositorios de usuarios, igual que los PPA (AUR es el acrónimo de Arch User Repository), pero cuyos paquetes son inmediatamente lanzados a los repositorios oficiales tras un proceso de votación por parte de los propios usuarios. No me puedo imaginar forma más eficiente (ni democrática) de asegurar que lo que contienen estos repos funciona.
Por encima de todo, lo mejor que se puede decir de Manjaro es que es una distro que funciona de perlas. Probablemente una de las mejores opciones si quieres un sistema que no te de problemas.

En resumen

Manjaro es una distribución que debe estar influenciada por el pensamiento luterano de sus autores: es una distro con aspecto de seria, con un funcionamiento serio, y con todo atado y bien atado. Al mismo tiempo, y quizá por las mismas razones, es una distro que no llega a entusiasmarme como sí lo hacen otras que probablemente sean más problemáticas. Pero uno no puede evitar ser mediterráneo por mucho que moje los pies en el Cantábrico. No me hagáis mucho caso: Manjaro mola.