No hay nada más viril y elegante que una buena barba, la mía no es ni elegante ni viril y aun así la luzco con orgullo. Tanto orgullo que aun sin tener aparentemente ningún valor semántico en la locución de este vídeo le voy a dar el honor de ser la protagonista del titulo. Ahí es nada. Si pensáis que estoy empezando a perder la cabeza, os equivocáis, esto solo es la punta de iceberg.