Venía avisando estos días de que la vídeo-distro de esta semana iba a ser interesante, y creo que no me equivocaba; la de hoy es una de las más recomendables de las distros "no tan populares", es decir, al margen de las gigantes Ubuntu, Fedora, Suse, Mint... Intentaré hacer un análisis detallado de los pormenores más significativos de mi experiencia con
Bodhi Linux, aunque, a fuerza de ser sincero, me va a costar ser objetivo con esta distribución. De las que llevo probadas, y ya son unas cuantas, esta es la que más me ha llamado la atención, por originalidad y por eficiencia. Vamos por partes...
¿Qué es Bodhi Linux?
Bodhi Linux es un proyecto dirigido por Jeff Hoogland y desarrollado por un equipo estable de diecisiete personas, más las aportaciones de la propia comunidad. Se trata de una iniciativa muy joven, pues sus primeras versiones inestables datan de 2011. Nos encontramos con una distro de las denominadas como "ligeras" por su bajo consumo de recursos y fiabilidad de uso. En las pruebas que he realizado, sin embargo, debo apuntar al hecho de que el consumo de memoria detectado ha sido de unos 500 Mb, lo cual es bastante para este tipo de distribuciones. Por si a alguno le interesa, he comprobado estos datos mediante el comando
free en el terminal, tanto en la versión en la máquina virtual como la que he copiado en el disco duro. Por cierto, que si he necesitado instalarla en disco ha sido por culpa de ciertos problemas a la hora de instalar los drivers gráficos de VirtualBox, de modo que me ha resultado imposible virtualizarla con un formato de pantalla de 16:9. Una lástima, porque tanto en disco como virtualizado, Bodhi Linux vuela.
Es una distro relativamente popular, encontrándose desde hace un año entre los puesto 20 y 14 en el ranking de
Distrowatch.
Una de las características más especiales de Bodhi Linux es su curioso ciclo de desarrollo, que desde su página web califican como "
semi-rolling". Otro día dedicaré un artículo a esta nomenclatura y sus variantes; de momento baste con decir que los desarrolladores siguen las versiones LTS de su distro "madre" (Ubuntu), pero al mismo tiempo mantienen el software actualizado, salvando una de las principales desventajas (o ventajas, para los amantes de la estabilidad) de las versiones de largo soporte. Sin duda se trata de una filosofía de actualización muy a tener en cuenta, pues en mi opinión junta lo mejor de los dos mundos: las versiones "de largo recorrido" y las más radicales "
Rolling Release".
La otra nota importante de Bodhi es la intención de su equipo de desarrollo de conseguir una experiencia de usuario minimalista y totalmente configurable. En ambos casos creo que los objetivos están sobradamente conseguidos gracias al uso del entorno
Enlightment, del que hablaré más adelante.
Instalación
No lo menciono en el vídeo, porque siempre hay que hacerle algún regalo para los sufridos lectores de este blog. El proceso de instalación de Bodhi encierra alguna sorpresa. Siguiendo el camino marcado por Ubuntu, Bodhi se distribuye mediante copias
Live descargables de su página web (con versiones para 32 bits, 64 bits y ARM). De este modo, podemos comprobar el funcionamiento del sistema sin necesidad de instalarlo previamente en el disco duro. Sin embargo, Bodhi introduce una novedad: durante el proceso de arranque de la distro en su modo Live tenemos que seleccionar el
tipo de escritorio por defecto que vamos a utilizar. Es decir, lo que veis en el vídeo es sólo uno de los que nos ponen a nuestra disposición: podemos elegir diferentes configuraciones de
docks,
gadgets y barras laterales, superiores o inferiores, en configuraciones diseñadas para escritorio, portátil, netbook, tablet... incluso tenemos como posibilidad la carga de un escritorio totalmente limpio, para que podamos ir añadiendo lo que queramos.
Una vez cargado el tipo de escritorio, seleccionamos un tema de entre los que vienen disponibles por defecto (luego hablo de los temas), y ya entramos directamente en el escritorio tras un periodo de carga de unos... no sé... ¿dos nanosegundos y pico? El proceso de instalación real en el disco duro es muy fácil, pues utiliza el gestor
Ubiquity de Ubuntu, de los que conozco el más sencillo de seguir.
Podemos seleccionar libremente las particiones, pero si no tenemos demasiados conocimientos el propio gestor de instalación se encarga de detectar otros sistemas operativos y proceder al particionado de forma segura. Por cierto, una diferencia con Ubuntu es que con Bodhi no podremos seleccionar al principio las librerías "no libres", es decir, principalmente los codecs de vídeo y audio que en la distro de Canonical se obtienen con un simple clic en el mismo proceso de instalación. De todas formas, todas estas cosas privativas está a un par de clics una vez instalado Bodhi. Pero vamos, que si quieres vicios te busques la vida, chaval...
La instalación es un proceso brevísimo y sin ningún tipo de contratiempos. Una vez finalizado y tras el correspondiente reseteo, accedemos al tipo de escritorio que hayamos seleccionado previamente:
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Bodhi, con el escritorio tipo "desktop" |
En el ejemplo de la foto superior, vemos la propuesta de Bodhi para ordenadores de sobremesa, aunque también podemos seleccionar temas dentro de la misma configuración de escritorio:
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Escritorio Desktop, con otro tema |
Como podéis ver, el aspecto cambia significativamente, no sólo en la barra inferior, sino en todo el sistema: ventanas, menús, puntero de ratón, efectos... podéis multiplicar el número de temas por el número de escritorios propuestos por defecto y sacar vuestras propias conclusiones sobre la configurabilidad del entorno. Y no os quedéis con ese número: tened en cuenta que sólo son propuestas y que, como digo en el vídeo, TODO es configurable a nuestro gusto. O sea que podéis construir vuestro escritorio absolutamente original de una forma bastante sencilla e intuitiva.
Esta libertad de configuración es mérito del entorno
Enlightment, que con Bodhi Linux funciona a la perfección. Y es que hay que reconocer lo bien que le está viniendo la madurez a
E17 (la E es de Enlightment y el 17 es el número de la versión más reciente, que corre en Bodhi), que en los últimos años está haciendo un montón de ruido y que se está haciendo un hueco en muchos escritorios tras la irrupción de los escritorios pesados. E17 no es sólo un entorno escritorio; el solito se encarga de las decoraciones de ventanas, gadgets, y la composición (los efectos, vaya), de forma que no tendremos que hacer combinaciones de esos elementos mediante diversos programas. Esto garantiza una mayor estabilidad y, sobre todo, un ahorro de recursos muy significativo, que se deja notar en la fluidez de todo lo que sucede en la pantalla de Bodhi.
Software instalado
Muy poco; apenas contamos con un navegador de internet (Midori, buena elección), un terminal (LXTerminal) y un bloc de notas (Leafpad). El resto son programas de sistema, y, sobre todo de configuración del entorno. El resultado es un sistema que cabe en una ISO de 500 megas (de las últimas, me temo, que van a caber en un CD tal y como van los tiempos), y que tendremos que ir construyendo nosotros mismos. Por suerte contamos con los diversos métodos de instalación que nos proporciona Bodhi, a través de terminal mediante
apt-get, con software a través de Synaptic, o con la inteligente solución que los chicos de Bodhi nos proporcionan a través de su
página web. Para los que lo consideren necesario, se puede instalar el driver privativo de tarjetas gráficas Nvidia sin demasiados problemas. No puedo garantizar esto en el caso de tarjetas gráficas, ya sabéis que soy bastante escrupuloso con las cosas que no puedo comprobar por mi mismo, lo lamento...
Lo negativo
Poca cosa; quizá lo más importante sea esta falta de programas al inicio, que obligan a cierto trabajo de preparación del sistema antes de ponerse a trabajar.
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Apartado de aplicaciones... Bodhi opina que somos mayorcitos y podemos arreglárnoslas |
Y esta sensación de demora puede aumentar peligrosamente si nos metemos en el proceloso mundo de la configuración del escritorio. No por difícil, sino por lo adictivo que puede resultar añadir cosas, quitarlas, cambiarlas, intentar imitar a Unity, o a KDE, o montarse algo al estilo de Cinnamon... Es una locura, que a los que simplemente quieren trabajar con el ordenador puede llegar a parecerles excesiva. El paroxismo llega si le echamos un vistazo a la sección de la web de Bodhi dedicada a las
tomas de pantalla de los usuarios que desean compartir sus creaciones. De hecho se lo están tomando en plan competitivo, con "escritorios de la semana" y todo. Esto demuestra que hay gente con muchísimo tiempo libre...
Otro aspecto que puede ser criticable es la propia estética de E17. Tengo la extraña sensación de estar en un entorno ligeramente pasado de moda, con cierto regusto a Windows XP o Vista. Esto en cualquier caso es una impresión particular y completamente subjetiva, pero a mi no me acaba de enamorar ninguno de los temas que ofrece el sistema por defecto.
Lo positivo
Todo lo demás; había probado antes Enlightment como alternativa ligera para mi cochambroso netbook, pero diversos bugs siempre me hicieron descartarlo; después de haberlo saboreado con Bodhi, me ha convencido y pasa a formar parte de manera inmediata a mi lista de recomendaciones, con total seguridad para equipos de bajos recursos e incluso para máquinas más potentes. No he padecido ningún problema en cuanto a estabilidad, detección de hardware (el micrófono funciona perfectamente, así que parece que no tenía que ver con el kernel 3.7, era culpa de Fedora) ni instalación de programas. Porque estoy un poco liado con cierto blog, que si no iba a entretenerme un rato luchando por el escritorio de la semana...
En resumen
A pesar de utilizar uno de los entornos de escritorio más longevos de los que tenemos en el ámbito Linux, Bodhi trae una sensación de frescura y desenfado digna de encomio. En un tiempo en el que las distros grandes se preocupan por bobadas como la adaptación de sus entornos a las tabletas, Enlightment deja todas las decisiones en nuestras manos, con un sistema de configuración simple y lo suficientemente potente como para hacer lo que nos dé la gana. Por otro lado, en lo que es puramente técnico, el acabado de esta distribución es sencillamente impecable. Sin errores, sin inestabilidades, sin problemas. y todo con las mismas o parecidas herramientas que tenemos en Ubuntu. Me quito el sombrero, y me lo pongo rápido, que se me enfría el cráneo.
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