Con el revelado de esta semana vamos a seguir repasando los principios más básicos del revelado por zonas, algo en lo que Darktable terminará sentando referencias en el campo del software libre (y puede que en otros campos también, como no se vayan poniendo sus privativas pilas). Además, nos adentramos en terrenos más peliagudos: el color, y sus peculiaridades a la hora de revelar.
Revelar una foto en color siempre va a ser más problemático que en blanco y negro, por varias razones; las técnicas ya las expongo en el vídeo, y son fáciles de comprobar comparando una fotografía revelada en blanco y negro y la misma imagen trabajada con sus colores originales: el ruido, especialmente en las zonas oscuras, siempre es un enemigo al acecho, y esto reduce los límites que podemos alcanzar al revelar en color.
Hay una razón más subjetiva que da otro voto a favor del revelado en blanco y negro sobre el revelado en color: el B&N siempre va a dar "mas juego", sobre todo cuando queremos buscar contrastes extremos. Os invito a hacer otro sencillo experimento: revelad una foto en blanco y negro, dándole un contraste fuerte. Buscad un resultado que quede bonito, no hagáis trampas. Una vez que estéis satisfechos, recuperad el color, desactivando los filtros que hayáis aplicado, o volviendo a saturar la imagen (este experimento se puede hacer con cualquier revelador): veréis cómo la imagen en color se vuelve antinatural, y "no funciona". El blanco y negro, como ya he dicho alguna vez, crea su "universo paralelo", donde las reglas de la luz y la sombra no son las mismas que en el mundo real. Por esta razón, una foto en blanco y negro con un contraste muy fuerte, nos parece "coherente", mientras que los mismos valores en color (en tanto que el color es un intento de aproximación a la imagen real), provocan que la imagen se vuelva irreal, "más fea", demasiado artificial y sobreprocesada.
Este principio básico siempre es importante, pero se vuelve crítico cuando estamos revelando por zonas, sobre todo porque el revelado por zonas como técnica sólo persigue equilibrar el contraste de forma óptima. Todo lo que podemos hacer en blanco y negro se puede hacer en color, pero con el color hay que tener muchas más precauciones, y nunca querer llevar a la imagen más allá de donde puede llegar. Con esta máxima solucionamos el problema subjetivo de la interpretación de la realidad.
En cuanto al primer problema, el técnico, está, en mi opinión, muy bien resuelto en nuestro querido Dt. En este sentido, nuestro revelador ha optado por coger lo mejor de dos mundos, y ha traído del ámbito de los editores de gráficos rasterizados (Gimp, Krita, Photoshop) la herramienta de los modos de fusión. No podría ser una idea más original y acertada. Los modos de fusión, además de proporcionarnos más variedad de resultados al aplicar un efecto, tiene una utilidad importante cuando queremos minimizar los posibles desperfectos en la imagen, originados por la natural degradación que los píxeles van a sufrir con cada manipulación. El modo de luminosidad viene al rescate para el revelado por zonas, y nos ahorra aplicar los engorrosos filtros contra el ruido sin necesidad.
Aquí, como en todo, no hay normas fijas. En mi experiencia personal, me he dado cuenta de que a veces puede compensar revelar en modo normal, para conseguir saturaciones diferentes, por ejemplo. Esto me suele ocurrir al cerrar las imágenes (mis repetitivos viñeteados, los que hago en todos los vídeos), y os recomiendo que siempre comprobéis la diferencia de resultados al revelar una zona cambiando el modo de fusión de Normal a Luminosidad, y alternarlos hasta que detectemos sin lugar a dudas cuál funciona mejor.
Revelar una foto en color siempre va a ser más problemático que en blanco y negro, por varias razones; las técnicas ya las expongo en el vídeo, y son fáciles de comprobar comparando una fotografía revelada en blanco y negro y la misma imagen trabajada con sus colores originales: el ruido, especialmente en las zonas oscuras, siempre es un enemigo al acecho, y esto reduce los límites que podemos alcanzar al revelar en color.
Hay una razón más subjetiva que da otro voto a favor del revelado en blanco y negro sobre el revelado en color: el B&N siempre va a dar "mas juego", sobre todo cuando queremos buscar contrastes extremos. Os invito a hacer otro sencillo experimento: revelad una foto en blanco y negro, dándole un contraste fuerte. Buscad un resultado que quede bonito, no hagáis trampas. Una vez que estéis satisfechos, recuperad el color, desactivando los filtros que hayáis aplicado, o volviendo a saturar la imagen (este experimento se puede hacer con cualquier revelador): veréis cómo la imagen en color se vuelve antinatural, y "no funciona". El blanco y negro, como ya he dicho alguna vez, crea su "universo paralelo", donde las reglas de la luz y la sombra no son las mismas que en el mundo real. Por esta razón, una foto en blanco y negro con un contraste muy fuerte, nos parece "coherente", mientras que los mismos valores en color (en tanto que el color es un intento de aproximación a la imagen real), provocan que la imagen se vuelva irreal, "más fea", demasiado artificial y sobreprocesada.
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| Si queréis estos juegos de luces y estos tonos en un RAW, madrugad, es el mejor consejo que se puede dar |
Este principio básico siempre es importante, pero se vuelve crítico cuando estamos revelando por zonas, sobre todo porque el revelado por zonas como técnica sólo persigue equilibrar el contraste de forma óptima. Todo lo que podemos hacer en blanco y negro se puede hacer en color, pero con el color hay que tener muchas más precauciones, y nunca querer llevar a la imagen más allá de donde puede llegar. Con esta máxima solucionamos el problema subjetivo de la interpretación de la realidad.
En cuanto al primer problema, el técnico, está, en mi opinión, muy bien resuelto en nuestro querido Dt. En este sentido, nuestro revelador ha optado por coger lo mejor de dos mundos, y ha traído del ámbito de los editores de gráficos rasterizados (Gimp, Krita, Photoshop) la herramienta de los modos de fusión. No podría ser una idea más original y acertada. Los modos de fusión, además de proporcionarnos más variedad de resultados al aplicar un efecto, tiene una utilidad importante cuando queremos minimizar los posibles desperfectos en la imagen, originados por la natural degradación que los píxeles van a sufrir con cada manipulación. El modo de luminosidad viene al rescate para el revelado por zonas, y nos ahorra aplicar los engorrosos filtros contra el ruido sin necesidad.
Aquí, como en todo, no hay normas fijas. En mi experiencia personal, me he dado cuenta de que a veces puede compensar revelar en modo normal, para conseguir saturaciones diferentes, por ejemplo. Esto me suele ocurrir al cerrar las imágenes (mis repetitivos viñeteados, los que hago en todos los vídeos), y os recomiendo que siempre comprobéis la diferencia de resultados al revelar una zona cambiando el modo de fusión de Normal a Luminosidad, y alternarlos hasta que detectemos sin lugar a dudas cuál funciona mejor.
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