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sábado, 5 de abril de 2014

Vlog #5: GNU-Linux, o como quieras llamarlo


Me he pensado bastante grabar este vídeo, y después de grabarlo me he pensado más todavía si hacerlo público. No soy muy amigo de polémicas, y aunque en este caso no pretendo crear una, me temo que terminará ocurriendo. De antemano pido disculpas a aquellos que se puedan sentir ofendidos por su contenido, y por lo que voy a escribir a continuación; mi intención en todo caso es compartir mi opinión sobre este tema. 

Una de las características de la comunidad de personas que constituyen el movimiento del software libre es que nos encanta discutir y encabezonarnos con todo tipo de cuestiones. Que si esta distro es mejor que la otra; que si este entorno de escritorio apesta y el mío es muchísimo mejor; que si esto no es software libre y esto otro sí que lo es... Visto desde fuera, muchas veces el ámbito de GNU-Linux se percibe como una jaula de grillos, donde todo el mundo grita mucho y quiere llevar la razón.



Esto no es necesariamente malo; en realidad, donde hay mucho ruido es que hay mucha vida, y cuando todo el mundo quiere dar su opinión es que hay mucha gente que tiene opinión, lo cual es bueno. En otros ámbitos sólo se acepta una voz como buena, se sigue como un dogma y punto. Y en la mayoría de los casos ni siquiera se tiene una opinión concreta. Si esto pasa con cuestiones vitales, como la misma política, nuestras relaciones humanas, la ética... imaginaos lo que pasa en un ambiente más "inocuo" en apariencia, como es el mundo de la tecnología. Bueno, en realidad es menos inocuo de lo que parece a simple vista, pero de eso os hablo otro día, si os parece. 
De lo que venía a hablar hoy es del dichoso asunto del nombre de Linux. GNU-Linux, Linux... quien más, quien menos, todos hemos asistido a discusiones en foros, blogs, y redes sociales que giran en torno a esta denominación. 
Como habréis visto en el vídeo, mi posición ante el asunto es más bien ambigua. Por un lado, admito que "GNU-Linux" es la denominación más completa y "oficial" de nuestro sistema operativo. Pero por otro, me parece más práctico acortar y esperar que comprendáis que al sistema lo llamo "linux" exactamente igual que a mi amigo Francisco lo llamo Paco: por comodidad, por acortar, por cercanía... por un poco de todo que me empuja a llamar a las cosas de la forma que me parece más adecuada, al margen de otras cuestiones. 
Luego tenemos a los que verdaderamente se posicionan en este asunto. Del lado de "GNU-Linux o muerte", cómo no, tenemos a Richar Stallman. No voy a insistir en hablar del personaje, que ya lo hago en el vídeo. Lo que me interesa ahora es hablaros de otros actores de esta historia, que se posicionan en el lado contrario: los que deliberadamente, y de forma un poco retorcida, deciden llamar a las cosas de otra manera: hay dos, principalmente: Google y Canonical. En el primer caso, Google denomina a su sistema "Android". Como sabréis, en las tripas de Android está un núcleo Linux, concienzudamente oculto tras capas y capas de márketing que tratan de ocultar su origen pingüinero. Por otro lado, Canonical, a través principalmente de Mark Shuttleworth, y con las mismas intenciones que Google, se resiste a mencionar el término Linux a la hora de hablar de su sistema operativo. Creo que la actitud de ambas compañías es censurable hasta cierto punto, pues lo correcto, en mi opinión, sería reconocer los orígenes, y darle al núcleo (y a la parte que tenga cada sistema de GNU) la publicidad que merece. No obstante, están en su perfecto derecho de llamar a su sistema como les venga en gana, porque es igual de suyo que los sistemas Linux que utilizáis vosotros: esa es la diferencia fundamental con el software privativo, que el software libre es propiedad de quien lo utiliza, y eso incluye la posibilidad de llamarlo como te venga en gana. De todas formas, creo que, tratándose de compañías comerciales, lo justo sería, como digo, dejar claro en algún lado, de forma visible y notoria, que tanto Ubuntu como Android son Linux. Es una cuestión de modales, sin más. Y exigible más a una compañía comercial que a los individuos. 
Pero, ¿Son Android y Ubuntu también GNU? Aquí la cosa se complica, y mucho. Si nos ponemos estrictos, en realidad hay muy pocos sistemas que, en puridad, sean "completamente GNU-Linux". Esos sistemas están catalogados y promocionados por la propia Fundación del Software Libre (conocida como FSF por sus siglas en inglés). En este enlace podéis ver cuáles son estos sistemas. Para que un sistema operativo alcance este estatus tiene que estar totalmente libre de software privativo: ni blobs binarios, ni codecs multimedia cerrados, ni nada que no tenga su correspondiente licencia GPL. Bien, hasta ahí ningún problema: la FSF promociona aquellos sistemas que considera que cumplen con los estándares que la misma FSF propone. El problema está en el doble discurso. Si para ti solo es aceptable un reducido grupo de sistemas como "genuinos GNU-Linux", ¿porqué insistes en que se llame GNU a algo que para ti no es un "genuino GNU-Linux? Me refiero, claro está, a Ubuntu y a todas las distros que incluyen algún contenido privativo, que son la mayoría. En este sentido, reclamar la denominación GNU cuando se trata de software al que le das una consideración inferior me parece muy injusto. Pasa algo parecido a lo que pasa cuando la edad laboral no coincide con la mayoría de edad legal. En España, por ejemplo, puedes empezar a trabajar legalmente a los 16 años, pero no eres mayor de edad hasta los 18. Esto genera multitud de situaciones curiosas: para una cosa propia de adultos, como es trabajar, estás habilitado con 16 años, pero no puedes hacer toda una serie de cosas porque por otro lado todavía te consideran un menor. Puedes romperte los cuernos trabajando en una mina, pero no puedes votar, por ejemplo. Creo que el ejemplo puede ser válido para ejemplificar el doble rasero que la FSF emplea con el universo de distros que pululan por la red. Por un lado, no les concede el mismo estatus que a otras, pero por otro lado, a la FSF le cabrea mucho que no se le llame a todo de la misma manera. Si no me gusta la actitud de Ubuntu o de Canonical, tampoco me gusta nada la actitud de la FSF. 
 Con las discusiones lingüísticas siempre pasa lo mismo. Todo el mundo está convencido de estar en lo cierto, cuando en realidad probablemente todos, y ninguno, tengan razón, y todo ello al mismo tiempo. Es perfectamente comprensible que la gente reclame una denominación completa, como es la de GNU-Linux. Y en muchos casos es igual de comprensible que se use sólo el nombre de Linux. De la misma manera, a veces es iujusto reclamar la denominación completa, e igual de injusto es ocultar el nombre bajo otro, aunque esto mismo también pueda ser perfectamente legal y aceptable. Un lío, ¿verdad? Por eso creo que, en cuestiones como estas, lo mejor es que triunfe el sentido común, y que en cada caso se tengan en cuenta todos los factores para llegar a una conclusión, que generalmente no puede extenderse a  otras circunstancias diferentes. Si os habéis fijado, en este mismo artículo he utilizado la denominación GNU-Linux en ocasiones, mientras que en otras he usado sólo Linux; y no ha pasado nada grave, el mensaje se ha transmitido sin problemas y no he generado confusión. Esta es la política que sigo en el blog, y que seguiré utilizando mientras alguien no me convenza de lo contrario con argumentos sólidos. 


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