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martes, 7 de junio de 2016

Comparativa: Cinelerra Vs Kdenlive

Por petición popular, y teniendo en cuenta que el final de screencasteando me deja un espacio disponible para una serie nueva, he decidido dar comienzo a un nuevo vídeo manual, que espero que sea provechoso para el respetable: abrámosle las puertas de Unade25 a Kdenlive.




Y para agitar un poco los ánimos no se me ha ocurrido idea mejor que hacer una comparativa. Es la segunda que realizo en el ámbito de los NLE (Editores No Lineales de vídeo, las siglas están tomadas del acrónimo en inglés, "Non Linear Editor"); la primera, que ya tiene un tiempecito, estuvo dedicada a enfrentar a Cinelerra con Lightworks:



De aquella comparativa creo que quedó la idea de que Cinelerra es un programa que, pese a su aspecto anticuado y sus defectos aparentemente incorregibles (problemas con códecs, efectos a veces complicados de entender y poco "user-friendly", etc.) es un software completamente solvente y capaz de llevar a cabo cualquier tarea para la que se supone que debe utilizarse un editor de vídeo, a saber: la composición, el montaje y ciertas tareas de retoque y mejora de fragmentos de vídeo. Por el lado de Lightworks, me quedé la sensación de que, siendo un buen programa, su versión gratuita no alcanzaba las posibilidades de Cinelerra, y su versión de pago no daba el plus necesario que se le debe suponer a un producto comercial. Ganaba Cinelerra a los puntos, en resumen.

Pues bien, la comparativa con Kdenlive es aún más interesante. En primer lugar, me ha obligado a hacer una corrección a las impresiones que, hace años, tuve tras mi primer contacto con el editor de vídeo de KDE. En aquel entonces, en los inicios del blog, me enfrenté a la necesidad de decidir qué software utilizar para la edición de mis vídeotutoriales, y sencillamente ganó Cinelerra porque Kdenlive era un programa inestable que no me ofrecía demasiada confianza. Sin embargo, Kdenlive ha sabido mejorar y pulirse con el tiempo, y a día de hoy es un programa mucho más estable... no llega a ser un software robusto como una roca (a veces le da por estallar sin venir a cuento, pero son las menos), pero nos ofrece una experiencia de uso suficientemente estable como para no trabajar con miedo, que de eso se trata.

¡Pero qué KDE es este Kdenlive!

En definitiva, Kdenlive ha ido arreglando las cosas en las que fallaba, y el resultado es un programa que, actualmente, presenta el equilibrio perfecto entre funcionalidades y facilidad de uso, algo de lo que Cinelerra carece.

Espero, eso sí, que en el vídeo haya quedado claro que Cinelerra sigue siendo el rey de su ámbito en Linux por otras razones, muy de peso. Para empezar, la posibilidad de editar con profundidades de bits literalmente brutales (32 bits en vídeo, toma ya) o la facilidad para la inclusión de formatos de sonido avanzados (5.1 con un par de clics), algo de lo que Kdenlive o carece o no ha desarrollado de forma clara y notoria. Además,  su inteligente diseño de interfaz (tan funcional como fea, dicho sea de paso) hace que el trabajo más importante, la edición y la composición sea mucho más fluido que en Kdenlive. Y es que en este último, en mi opinión, sobran demasiados clics, y clics derechos, y atajos de teclado con clics. Demasiadas acciones intermedias para conseguir resultados que deberían ser inmediatos. Esto es, en mi opinión, uno de los factores más importante cuando debemos seleccionar un software con fines profesionales.

Y es que aquí nos metemos en un terreno cenagoso. ¿Qué factores deben tenerse en cuenta a la hora de definir a un programa como "profesional"? En mi opinión, dos: por un lado, las capacidades técnicas, que deben satisfacer todas las exigencias a las que un buen profesional debe someter a su software. En este terreno Cinelerra me parece un poco por delante de Kdenlive, como afirmo en el vídeo. Por otro lado, un diseño de interfaz que permita al usuario trabajar de la forma más eficiente posible. El tiempo es dinero, amigos; y sumando segundos perdidos entre clic y clic terminamos acumulando horas de tiempo malgastado. Esto que es crítico en el contexto profesional puede ser obviado en un ámbito más aficionado, y es lo que convierte a Kdenlive en un magnífico software de edición de vídeo avanzada, pero no en un software profesional, de momento.

Voy a terminar este artículo con una advertencia a los lectores. No extraigáis conclusiones precipitadas de este último párrafo que acabáis de leer. Que un software no esté diseñado para un uso profesional, o que tenga algunos problemas que no lo hagan recomendable para ese contexto de uso, no significa, ni mucho menos, que ese software sea "malo", o "peor" que otro software que sí sea profesional. Ni mucho menos. Este es un sambenito que llevan muchos programas de código abierto y que se utiliza de forma demagógica por parte de gente que se resiste a admitir que con el software libre se puede hacer lo mismo que con el privativo. Que Photoshop, por ejemplo, sea un software más recomendable para su uso profesional que Gimp no convierte a este último en un programa peor. Sí puedes afirmar que en tal o cual cosa Photoshop está mejor diseñado, o tiene más potencial. Pero de ahí a afirmar que Gimp es un programa "malo", como se afirma alegremente en tantos sitios hay un trecho que sólo se puede salvar aplicando mucha falacia y mala uva.

Así que no, Kdenlive no es un mal programa, al contrario: es un programa con el que me he sentido tan cómodo en los últimos meses que me estoy planteando seriamente convertirlo en mi "editor titular" de vídeo, y dejar una temporada a Cinelerra en el banquillo. Y yo edito mucho, mucho vídeo. Y como digo en el vídeo, probablemente no tomaría la misma decisión si trabajase para Hollywood, pero... maldito lo que me importa. 




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