Como de costumbre, no tengo nada que añadir al vídeo que os traigo hoy (perdonadme la chulería), así que aprovecho para hablaros de asuntos relacionados con esto del
croma. Anecdotario al canto, vaya.
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Cómo no hacer un croma: sábana arrugada al fondo y personaje con máscara antigás al frente |
En primer lugar, cómo no, el inventor de estos efectos croma. Desgraciadamente no podemos remontarnos a los albores del cine (las anécdotas siempre quedan mucho mejor si te tienes que remontar a los albores de lo que sea), pero de todas formas algo lejos tenemos que irnos en el tiempo, concretamente a los años 30, cuando un tal
Linwood Dunn empezó a desarrollar un primitivo sistema con el que obtener transparencias para la olvidable
Flying Down to Rio; de todas formas no sería del todo justo hablar en este caso de un croma auténtico, dado que el uso que se le dio al efecto en esta producción estaba orientado a la elaboración de transiciones entre secuencias.
Aquí conviene hacer una pausa e indicar que el concepto de Clave Croma engloba varias técnicas diferentes, conocidas en el mundillo como "Travelling Mattes". De hecho, según
esta página, hablando con propiedad la palabra croma se aplica a técnicas exclusivas del mundo de la televisión, mientras que para el cine las correspondientes son las de pantalla azul o pantalla verde. No dejan ser tecnicismos, pero os transmito la información por si las moscas. En adelante me referiré a todas las técnicas bajo el genérico de "efecto croma".
Tenemos que avanzar algo más en el tiempo para encontrarnos con un auténtico efecto de "clave croma" ("chroma key" en inglés). En 1940
Larry Butler diseñó el sistema de "pantalla verde", que básicamente consistía en un laborioso método mediante el cual se separaban las diferentes capas del negativo, sustituyendo una de ellas (la azul, que era el color de la pantalla que se colocaba detrás de los actores) por un nuevo negativo con el fondo, que de esta manera al positivar se transformaba en una sola imagen en movimiento con el fondo nuevo. El invento del ingenioso señor Butler se utilizó por primera vez en la no menos olvidable
El ladrón de Bagdad (1940), trabajo por el que fue premiado con un Oscar.
Tendrían que pasar unos años para que apareciesen las primeras pantallas verdes ("green screen" en inglés) de la mano de otro señor con nombre de explorador: Arthur Widmer es el tipo, y
El viejo y el mar (1958) la película, esta sí bastante potable, por cierto.
De todas formas, tras este más bien soso devenir del efecto durante un par de décadas, tenía que llegar el definitivo estallido de la tecnología gracias a la avispada mente de un caballero con nombre de vendedor de pescado del Peloponeso, pero nacido en Nuevo Méjico:
Petro Vlahos. El fue el responsable de un desarrollo completo y definitivo del procedimiento de separación de las capas y fusión con el fondo, sin los molestos halos que arruinaban la verosimilitud de la imagen anteriormente. Vlahos fue el impulsor del uso del croma en una película que seguramente tendréis que ver para confirmar que, efectivamente, el croma está ahi:
Ben-Hur (1959). Bueno, quizá me he pasado un pelín: en realidad el croma es obvio en la escena de las cuádrigas, pero se nota poco, y sólo si andas avispado; tendríamos que imaginarnos a un pobre espectador de finales de los 50 encogiéndose en su asiento ante el espectáculo de un sudoroso Stephen Boyd fustigando a un igualmente sudoroso Charlton Heston mientras ambos azotaban aun más fuerte a sus aún más sudorosos caballos. Ni qué decir tiene que Vlahos revolucionó la técnica del croma, que de ahí en adelante se volvería imprescindible, y Ben-Hur revolucionó el cine de temática homo-sádica.
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Petro Vlahos, con gafas tamaño sartén. Fuente: Wikipedia |
A partir de aquí la historia se vuelve un poco menos digerible (si es que lo ha sido hasta ahora): El tal Vlahos pudo alcanzar su sueño de adquirir una nueva identidad bajo un nombre decente gracias a un generoso cheque de 250.000 machacantes de la época de la mano de Disney, que se lanzó a insultarnos moralmente con producciones de la talla de
Herbie (1966) y
La bruja novata (1971)... por suerte la técnica también la empleó gente con algo de cabeza: Hitchcock es uno de los mejores exponentes del uso del croma durante esta época.
En la actualidad el croma es un compañero insustituible para cualquier producción de medio pelo que no tenga medios ni talento para desplazarse a una localización o recrearla en el estudio, y para muchas superproducciones Hollywoodienses de postín. Y muchachos como
Mario Picazo no serían nada sin el, naturalmente. Por otra parte, la técnica del croma se ha visto beneficiada por los avances tecnológicos, de la mano de técnicas complementarias como el
motion-tracking y, cómo no, los sistemas informáticos que contribuyeron a facilitar el procedimiento y, sobre todo, a democratizarlo con aplicaciones para todos los públicos, algunas de ellas incluso de software libre, como Cinelerra.
En lo que tiene que ver con Cinelerra, tengo que insistir en que la obtención de un resultado adecuado está directamente relacionada con la preparación del fondo: liso, sin arrugas o irregularidades, y bien iluminado; el frente de la imagen, usualmente el personaje que estéis grabando, debe estar lo suficientemente lejos del fondo como para que no se formen sombras o alteraciones de la luminosidad de la pantalla verde. En este sentido, ayuda bastante una iluminación "de abajo a arriba" de la pantalla, que anulará cualquier atisbo de sombra. Eso sí, disponer de un sistema de iluminación decente cuesta una pasta, así que si no disponéis de el os recomiendo que al menos la situación de los elementos de la escena sea la adecuada para que el fondo verde reciba luz de una manera uniforme. Los posibles fallos en la aplicación del croma se solucionan mediante los trucos que os menciono y además podéis usar efectos de key-framing para reparar errores puntuales. Estos errores suelen aparecer en detalles pequeños, muy usualmente en las manos de los personajes. Podéis probar también a editar el color de la imagen principal antes de empezar con el efecto croma, con efectos de ajuste de color con los que aumentar la saturación del verde para que así el software detecte mejor la diferencia entre los tonos.
Ah, una última cosa: no esperéis que tras la aplicación de un efecto croma la previsualización del vídeo sea fluida: es un efecto que se lleva muchísimo procesamiento, por lo que os recomiendo aplicarlo inmediatamente antes del renderizado final y si fuera necesario añadir efectos posteriores es mejor renderizar primero y trabajar con un archivo nuevo con el fondo ya aplicado.
Esto es todo, si la lectura de este artículo os resulta la mitad de entretenida que a mi me ha resultado escribirlo, me daré por satisfecho. Prometo ser mucho más aburrido en próximas entregas.