Debo confesar que si hubiese escrito este artículo hace dos o tres días mi tono habría sido bastante diferente, probablemente más benévolo con esta distribución. Pero después de unos días de trastear con ella, creo que voy a moderar un poco mi entusiasmo en las siguientes letras. Va a contrastar un poco con el tono del vídeo que acompaña a esta entrada, pero creo que es conveniente que tengan lugar varios puntos de vista. Lo raro es que sea yo mismo el que se ponga a un lado y otro del debate...
Pear OS es, junto a Elementary, una de las distros de las que más se está escribiendo en los últimos tiempos. Parece que estos modestos proyectos llevados a cabo por comunidades pequeñas (cuando no fruto del esfuerzo individual de un solo desarrollador) están alcanzando un grado de madurez muy interesante, frente a las grandes vacas sagradas del ecosistema Linux. Bien por ellas.
El planteamiento de Pear OS es bien sencillo, y a poco que nos fijemos en el logo y en el nombre ya nos daremos cuenta de cuáles son sus influencias. Pear es un intento de imitar el sistema de Apple, Mac OS. Y poco a poco van consiguiendo algo que, sin ser lo mismo, es lo suficientemente parecido como para atraer a mucha gente procediendo del ámbito privativo (y no me imagino nada en esta vida más privativo que Apple, la verdad). El resultado de esta última iteración arroja bastantes luces y algunas sombras, y en ese sentido debo confesar que he pasado del primer entusiasmo a una cierta sensación de... ¿decepción? Tampoco es eso, pero casi. Digamos que me esperaba algo más emocionante. Pero vamos por partes, que me adelanto.
Instalación
Como de costumbre, el proceso es idéntico al del 99% de las distros. Nos bajamos la imagen ISO en primer lugar, desde el enlace que nos proporciona la página web del proyecto. Una vez grabada en el soporte que elijamos (DVD o pendrive) arrancamos el sistema y el instalador Ubiquity comenzará a hacer su trabajo. A partir de este punto lo mejor es que os deje con el vídeo, que es cortito y más claro que mi pobre prosa:
Visto lo visto, un diez a Pear en este terreno. No tiene mucho mérito, porque se han alojado bajo las no siempre acogedoras alas de Ubuntu. Pero el caso es que funciona. Por cierto, llama la atención la velocidad con que nos saluda el actualizador nada más arrancar la primera sesión. Este programa puede que os moleste más a menudo de la cuenta, de hecho a mi me aparece siempre, incluso aunque no haya nada que actualizar. Raro, pero es un fallo menor en cualquier caso.
Lo peor
Ahora viene la "chicha" de este artículo... La versión 7 de Pear OS, siendo objetivamente más incompleta que la 8, me emocionó mucho más. esta es una percepción absolutamente subjetiva, así que si sois fan de esta distro os ruego me disculpéis. Pero debo admitir que, después de muchas pruebas, lo único que debo reconocerles a sus desarrolladores es que han sabido utilizar cuantos elementos estaban a su alcance para conseguir un aspecto "maquero" a su escritorio. Esto en sí no es malo, pero echo de menos que hayan aportado algo más, que no se hubiesen limitado a la imitación estricta. Me explico. El Menú global, por ejemplo, me parece una idea estupenda, y sea o no una copia de Mac OS creo que es una característica interesante y para quien le guste ese diseño, no tiene precio. Lo mismo digo del esquema "barra superior - Dock inferior", y de tantas otras cosas relativamente lógicas que tantos entornos tienen en común en su diseño. Pero cosas como el juego de iconos me parece que exceden el limite. Desde luego, tiene mérito haber conseguido un resultado tan "a lo IOS 7", pero en mi humilde opinión semejante copia es innecesaria. No sé, quizá me esté volviendo un purista, pero creo que cada cosa tiene su sitio, y los iconos de IOS deberían quedarse ahí, en IOS.
Chavales, os habéis pasado tres pueblos |
Por lo demás, hay unas cuantas cosas que no funcionan como deberían, aunque no es nada sorpredente, tratándose de una distro recién salida del horno y con el escaso soporte de una comunidad minoritaria en comparación con las grandes: Las consabidas fallas en las traducciones, algún aplicación que no funciona como debe (PPA Manager) y características que se echan de menos (más configuración de Planck, el dock inferior, o los temas de escritorio que no llegaron a tiempo para la salida de la versión). Todas estas cosas, por suerte, se arreglan con el tiempo. Lo de más arriba, en cambio, creo que forma parte de la filosofía de la propia distribución, así que tendremos que aceptarlo o cambiar lo que sea necesario para sentirnos a gusto del todo.
Lo mejor
Por suerte, creo que este Pear OS mantiene toda una colección de elementos que la hacen interesante. El diseño mismo, por ejemplo, con la mencionada estructura de barra superior y de dock inferior, es un diseño consistente y de funcionalidad sobradamente comprobada, y es el único paradigma de escritorio que supone una alternativa aceptada al de "barra inferior para todo" que propone Windows. En Linux estamos un poco liberados de ese tipo de elecciones, porque podemos adaptar casi cada entorno al diseño y forma que queramos, pero para los recién llegados esto es algo muy importante que en Pear OS han tenido en cuenta. El sistema además va muy fluido, en la línea de su prima hermana, Elementary. Parece que estas dos distros sí han sabido encontrarle el punto a Gnome 3...
Al César lo que es del César: Pear OS tiene un aspecto impecable |
Por otro lado, nos encontramos con toda la colección de cosas interesantes que conlleva formar parte del universo Ubuntu: los imensos repositorios, las PPA, la facilidad de instalación de drivers privativos... es la elección ideal para los más novatos.
Pear Cloud, la nube de Pear, otra de las grandes novedades de la versión 8 |
Conclusión
Como he venido diciendo a lo largo de este artículo, creo que había depositado demasiadas expectativas sobre esta distribución. Y lo que pasa con las expectativas es que siempre que no se cumplen, la sensación es de decepción, aunque lo que tengas delante no sea realmente malo. Pear OS es una distro muy interesante, con las ideas muy claras en el aspecto del diseño y la usabilidad, y cada nueva versión presenta un mejor acabado. Es realmente loable el esfuerzo de sus mantenedores, y hay que reconocérselo. Pero este mismo esfuerzo por mantener una línea de diseño es, creo, su talón de Aquiles. O dicho de otro modo: si eres "maquero" pero quieres probar Linux, te va a encantar. Pero si detestas todo lo que tenga que ver con Mac, lo mejor es que ni te acerques. Advertidos quedáis.
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