En la línea de las últimas entregas, hoy empieza una nueva serie en el canal y en el blog. Esta, además, era una de las prometidas, la dedicada al mundillo de la animación en dos dimensiones. Vamos a darnos un garbeo por Synfig Studio.
Vamos por orden con este programa, porque si no, sospecho que esto va a ser una locura... primero lo primero, un poquito de historia. Synfig ha sufrido una evolución bastante interesante, desde lo privativo a lo abierto, algo que sucede de vez en cuando con el software, y que habla mucho de cómo funciona la industria de la programación en el terreno de la imagen y el sonido. El creador del programa, Robert Quattlebaum, diseñó Synfig con el objetivo de dotar de una herramienta potente a su recién nacido estudio de animación, Voria Studios. La idea principal era crear un software lo suficientemente potente y funcional como para que un equipo humano reducido pudiera crear animaciones de manera rápida y eficiente incluso con medios limitados. La idea del programa, su gestación y diseño, por lo tanto, nacieron como parte de un proyecto industrial y comercial, como veis. Sin embargo, la cosa no fue como Robert esperaba, y finalmente, en 2004 Voria Studios cerró sus puertas y dejó de existir como empresa activa. Paralelamente, Robert dotó a Synfig Studio de su correspondiente licencia GPL, permitiendo a la comunidad continuar con su desarrollo y soporte.
Esta breve historia es un buen ejemplo de lo bueno que resulta a veces esto del software libre. De no ser por el apoyo de la comunidad, este programa probablemente se habría quedado dormitando en el disco duro del señor Quattlebaum, y, aunque el sueño de Robert de montar su estudio fue un fracaso objetivo, su esfuerzo no ha caído en saco roto. Su programa sigue vivo, y su nombre está ligado a el indefectiblemente. Algo es algo... por si os interesa, al bueno de Robert la vida le ha ido una sorpresa tras otra, y actualmente trabaja para Google, según apunta en su blog, y donde además nos cuenta que se ha vuelto poliamoroso. Bob, en serio: demasiada información.
En cuanto al desarrollo en si del programa, parece que no le va mal del todo, y de acuerdo a la página web del proyecto, las actualizaciones son regulares.
Synfig Studio se puede (o debería ser posible) encontrar en los repositorios de las distros más importante, por lo que no me voy a extender demasiado en cómo instalarlo. No obstante, si no está en vuestra distro o queréis haceros con las ultimísimas versiones, entrando aquí tenéis acceso a las descargas desde su web.
Esta breve historia es un buen ejemplo de lo bueno que resulta a veces esto del software libre. De no ser por el apoyo de la comunidad, este programa probablemente se habría quedado dormitando en el disco duro del señor Quattlebaum, y, aunque el sueño de Robert de montar su estudio fue un fracaso objetivo, su esfuerzo no ha caído en saco roto. Su programa sigue vivo, y su nombre está ligado a el indefectiblemente. Algo es algo... por si os interesa, al bueno de Robert la vida le ha ido una sorpresa tras otra, y actualmente trabaja para Google, según apunta en su blog, y donde además nos cuenta que se ha vuelto poliamoroso. Bob, en serio: demasiada información.
En cuanto al desarrollo en si del programa, parece que no le va mal del todo, y de acuerdo a la página web del proyecto, las actualizaciones son regulares.
Synfig Studio se puede (o debería ser posible) encontrar en los repositorios de las distros más importante, por lo que no me voy a extender demasiado en cómo instalarlo. No obstante, si no está en vuestra distro o queréis haceros con las ultimísimas versiones, entrando aquí tenéis acceso a las descargas desde su web.
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