Perdonad, todavía me estoy
En el anterior capítulo dedicado al enfoque veíamos el uso del plugin "nativo" de DT (en adelante me voy a ahorrar escribir Darktable, estoy hasta las narices de escribir Draktable o Darktabel). Este plugin da resultados bastante aceptables, aunque como hemos visto los controladores son muy suyos y, o bien no se les puede mover más de unas décimas (umbral y radio) o son demasiado insensibles (cantidad). Aunque hemos visto que los resultados pueden ser buenos, creo que conviene repasar otra opción para aquellos que busquen efectos diferentes.
La solución es evidente: el uso de ecualizador. Si de lo que se trata es de aplicar cierto contraste local a las zonas de detalle, esta es la herramienta pensada para estos menesteres. El caso es que el ecualizador es un plugin tan particular que su uso puede ser incomprensible para el fotógrafo acostumbrado a otro tipo de interfaces. En realidad el ecualizador es el equivalente al deslizador de "claridad" de lightroom, pero, eso sí, supervitaminado. Este último sirve realmente para aplicar un contraste local a zonas de detalle, como veníamos diciendo hasta ahora hablando del enfoque. Lo bueno del ecualizador de DT es que, a diferencia de "claridad" en LR, podemos jugar a nuestro antojo con las zonas que queremos contrastar, basándonos en la noción de frecuencia de detalle. Para entender qué zonas afectamos con el plugin, veamos la siguiente fotografía:
Fotografía sin enfocar |
Ecualizador |
La idea es que, subiendo los tiradores de cada zona, podemos contrastar las áreas de la imagen que correspondan con la región de detalle. Si, por el contrario, bajamos los deslizadores, bajaremos el contraste de las mismas regiones. Bien, ¿Cómo podemos saber qué zonas se verán afectadas por la modificación? A grandes rasgos, debemos fijarnos en las zonas de contraste de la imagen, es decir: las zonas amplias sombreadas corresponden con zonas toscas, mientras que las zonas de detalles pequeños corresponden con regiones "finas". Entre medio de estos extremos nos encontramos con diferentes regiones de detalles medios:
Rojo: detalle fino - Azul: detalle medio - Verde: detalle tosco |
En el gráfico anterior os podéis hacer una idea de qué zonas se verán alteradas por cada tirador, aunque se entiende que esto es una simplificación y que las posibilidades de modificación son mucho mayores.
A partir de aquí es cuando podemos entender cómo enfocar una foto mediante el método de la ecualización. En esta fotografía podemos trabajar el enfoque del personaje central si ajustamos los tiradores finos hacia arriba y dejamos sin tocar el resto. Del mismo modo, podemos emplear más tiradores si, además del enfoque, pretendemos darle un realce al contraste de las zonas intermedias o toscas. Así, el ecualizador se convierte en una herramienta muy poderosa, que, además de enfocar con precisión, nos permite controlar otros parámetros estéticos de la imagen. ¡Yuju!
Eso sí, la contrapartida es que resulta complicado "sólo enfocar", es decir, dejar el contraste local contenido o sin modificar, dado que el software decide cuáles son las zonas finas y toscas, y por lo tanto no podemos actuar sobre zonas específicas e ignorando otras. No obstante, dadas las ventajas que ofrece esta herramienta, pienso que la contrapartida negativa es menor. De todas maneras, conviene comparar los resultados y que juzguéis por vosotros mismos:
Enfoque normal |
La de arriba es la imagen enfocada mediante el plugin básico. Al no tener ninguna modificación más, la foto resultante está poco contrastada, con sombras lavadas.
Enfocada mediante ecualizador |
Y esta que veis es la misma foto enfocada mediante ecualizador. El resultado es muy diferente, debido a que empleé tiradores de zonas finas y medias. Podría haberme conformado con los deslizadores finos, pero de paso le he dado un empujón al contraste, todo con un sólo plugin.
Curva empleada para enfocar y realzar el contraste |
En resumen, el uso del ecualizador multiplica las posibilidades de edición hasta el infinito. Es una herramienta que, desde mi punto de vista, por si sola sitúa a nuestro querido DT a la misma altura que cualquier revelador de tipo profesional (toma piropo, y eso que no me pagan).