Tal es la importancia del nombre que en casi todas las culturas existe un rito en el que una persona pasa de ser un trozo de carne a un miembro más de la comunidad, y ese rito suele implicar la atribución de un nombre. En algunas de estas culturas, empero, existen dos ceremonias respectivas al nombre. La primera es en la que la familia otorga el nombre al niño (básicamente como nuestro bautizo), la segunda, cuando el niño o niña pasan a convertirse en adultos, éste está autorizado en un segundo bautizo a ponerse a si mismo el nombre. Es decir, a llamarse a si mismo como le venga en gana.
Gracias a Dios, en nuestro caso, eso no ocurre. De darse la calle estaría repleta de gente llamándose xX_DarkSoul_Xx, WinterShadow o ElRubius. El hecho es claro, como demuestra nuestra falta de gusto a la hora de elegir Nicknames, no estamos preparados para elegir nuestro propio nombre. Llamadme clásico pero prefiero los habituales Juan, Pablo, Raul o incluso alguno más foráneo (aunque queda un poco raro) como Edmun, Donald o lo que sea que cualquiera de los ejemplos de antes.
Y cuidado ¡eh!, que no atribuyo esto sólo "a los demás". Aquí hago cargo de conciencia y lo digo abiertamente: MI NICKNAME ES UNA MIERDA. Menos mal, el nickname no tiene implicación legal ninguna.
Kevin Sorbo, como actor es una mierda, pero su nombre será recordado por siempre. Fuente: Elbakin.net |
Por eso el vídeo de hoy. Para superar la vergüenza, para la redención del fallo. Como penitencia no, que para eso lo sufro a diario.
Ahora ya es tarde para cambiarlo, pero una cosa tengo segura. De poder escoger un nuevo nickname volvería a cometer un error de criterio. Ahora mismo estoy tentado a hacerme llamar Putifar...