Por si acabáis de aterrizar en nuestro planeta en los últimos minutos, la familia de distribuciones basada en Ubuntu es muy amplia y abarca todo tipo de gustos, preferencias y necesidades. Y después de esta obviedad digna de parvulario, vamos a echarle un vistazo a Lubuntu, una distro que realmente merece la pena conocer.
Este articulo inevitablemente va a caer en la inevitable tentación de comparar distros, pues Lubuntu es la competidora directa de Xubuntu, y, de alguna manera, el personaje más secundario de la familia de Canonical. Al igual que su compañera de Xfce, Lubuntu pretende ocupar el segmento de las distros ligeras, y lo hace con la propuesta más evidente (si salvamos algunas cosas más extremas, naturalmente): el escritorio LXDE y el compositor de ventanas Openbox. Por cierto, por si tenéis dudas: Xfce se escribe así, la primera en mayúscula, y LXDE de esta manera, todo en mayúsculas. Esto es así porque la segunda mantiene su significado como acrónimo, mientras que la primera ha pasado a convertir unas siglas en un nombre propio con todas las de la ley.
Pero bueno, vamos al lío: si estáis preguntándoos cuál de las dos distros elegir, puede que este sea vuestro artículo. O puede que no, claro.
Instalación
No me extiendo mucho en este aspecto, porque decir Ubiquity es decirlo todo. Fácil, sencillo, clic tras clic. Y con las opciones suficientes para montarte tu sistema de particiones, por supuesto. En este sentido, empata con Xubuntu, como no podía ser de otra manera.
Por si queréis probar la distro, los enlaces de instalación son los siguientes: 32 bits, 64 bits... y una versión para Mac (¡!) de 64 bits.
Lo peor
Sólo hay un par de cosas que no me gustan demasiado de esta Xubuntu, y no tienen demasiada importancia. El aspecto general de LXDE nunca me ha convencido del todo, sobre todo tras compararlo con otros escritorios ligeros. El tratamiento de Openbox creo que está mejor conseguido en CrunchBang, y en mi opinión el juego de colores grises es un poco soso. De todas formas, esto es configurable... aunque LXDE no tiene tantas opciones de configuración, ni tan sencillas, como Xfce.
Aquí tenemos un punto para la "Ubuntu con X". Otras cosas que me parecen extrañas son, por ejemplo, la superabundancia de gestores de paquetes, que me parece una exageración. Es como si en el equipo de desarrollo no hubiesen podido ponerse de acuerdo para elegir uno, y al final hubiesen optado por la calle del medio: ponemos tres, y que elija el usuario. Total, un gasto, pequeño, pero un gasto de espacio en disco duro.
Lo mejor
En este punto, los elementos positivos de LXDE gana a Xfce: LXDE es más ligero, no sólo por cuestión de números, sino porque transmite mejor la sensación de ligereza. No me malinterpretéis, Xubuntu también vuela, pero creo que LXDE está más pensado para entornos muy, pero que muy limitados. Así que si lo que buscáis es ligereza, sin más, esta debería ser la elección, sin duda alguna. Otra cosa es que quizá deberíais pensaros si el ahorro de recursos compensa las pérdidas en aspecto del escritorio, aunque esto último es cuestión de gustos.
En resumen
Lo peor de las distros ligeras es que suele costar emocionarse con ellas. No vamos a encontrar novedades espectaculares, ni concepciones revolucionarias del escritorio. Las cosas van a parecer, en la mayoría de los casos, algo anticuadas, con ese aspecto "a lo Windows 95" que nos retrotrae a hace muchos, muchos años. De todas maneras, creo que con un poco de esfuerzo de retoque el aspecto de Lubuntu puede mejorar sensiblemente, y de hecho hay que valorar en su justa medida el esfuerzo de los desarrolladores por modernizar ciertos detalles del escritorio, como los juegos de iconos, las interfaces de configuración de Openbox, etc. Sea como sea, las distros ligeras deben existir, porque si no estaríamos condenando a un montón de máquinas útiles al cubo de la basura. Así que no sólo debemos prestarles atención, sino valorarlas y difundirlas siempre que tengamos oportunidad. En este sentido, Xubuntu, Lubuntu, y cualquier otra distro ligera, se merecen nuestro reconocimiento por igual.
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