¡Y otra vídeo-distro! Empujado por la actualidad linuxera, aquí va mi aportación para difundir (aunque no tenga necesidad de ello) a la distro de la menta y la canela. Y lo cierto es que me he llevado una sorpresa con esta Qiana, bonito nombre, por cierto.
No me caía demasiado bien este Mint. La explicación a esta ojeriza que le tengo es un tanto irracional, pero tiene su porqué: Mint es una distribución apoyada fuertemente por un sector de usuarios que se sitúan en contra de Ubuntu por razones que suelen girar en torno al "giro contra el usuario" que tomó Canonical desde que renunció a Gnome 2 y se centro en el polémico Unity. Esto no sería nada malo si no fuera porque debajo de Mint... está Ubuntu. Esta posición, que en cualquier caso no es culpa de Mint, siempre me ha dado que pensar, y al final pasa lo que pasa: le acabo cogiendo manía a la distribución. El caso es que me he animado a probar esta número 17, y me ha gustado, y mucho.
Instalación
Una de las herencias más evidentes de Canonical es Ubiquity, que como de costumbre sigue dándole ese toque "dale al botón de continuar, que yo me encargo de lo demás" tan necesario para las distribuciones generalistas y enfocadas en usuarios novatos. No es mala elección, y encuentro difícil de mejorar a este instalador. En cuanto a las ISO, contamos con una buena colección de posibilidades: versiones de 32 y 64 bits con dos escritorios cada una, Cinnamon y Mate, en su página de descargas.
Lo negativo
Poca cosa, lo cual me alegra. Lo peor que tenía este escritorio, en mi opinión, era el rendimiento de Cinnamon, que no correspondía con su apariencia clásica y relativamente austera. Ahora Cinnamon se siente más ligero, y está tan lleno de opciones de personalización que da para aburrir al más obsesionado por los gadgets, widgets, screenlets, temas de escritorio, y todas esas cosas que tanto ayudan a la procrastinación. Quizá, y esto lo digo sólo para no dejar este párrafo en blanco, debería investigar más en lo de los temas de ventanas, porque el que trae por defecto me parece un poco soso. Pero no me hagáis mucho caso, esta crítica es totalmente gratuita.
Lo positivo
Esta es una distro convincente, solvente y sólida. Cuenta con una nueva política de actualizaciones razonable (de LTS en LTS) y combina de forma inteligente la sencillez de un escritorio tradicional con las opciones de configuración y administración del sistema más exigentes. Hay una atención por el detalle que llega a lo sublime en algunos aspectos, rozando en ocasiones cotas sólo alcanzadas por KDE. Y además de todo esto, los repositorios de Canonical, las PPA's y todas esas cosas heredadas que los "odiadores" de Ubuntu pero amantes de Mint deberían reconocer...
En resumen
Insisto: Mint es una distro madura y madurada lentamente; paso a paso, mejora a mejora, su entorno de escritorio se ha convertido en algo bello, eficaz y eficiente, una combinación difícil pero que el equipo de Clement Lefebvre ha conseguido en esta iteración 17. A partir de ahora, y si la cosa sigue así, se justificará plenamente su estatus de distro popular, que ostenta desde hace tiempo, pero no con tan buenos argumentos como ahora.
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