Que conste que avisé, de vez en cuando caerá algún juego de pago... de todas formas, no os rasguéis las vestiduras todavía, con lo bien que voy de pasta, esto de gastarme el dinero en los videojuegos tendrá la misma periodicidad que el paso del cometa Halley.
Mejor centro el discurso, que me voy por las ramas; cuando vi XCOM en las ofertas para Linux no me lo pensé dos veces, y tiré de ventas de cromos y un par de eurillos para adquirirlo ipso facto. ¿A qué se debía mi entusiasmo? La primera razón es que soy un amante de los juegos de estrategia, y más sin son por turnos. La estrategia en tiempo real también me gusta, pero los juegos por turnos me parecen más interesantes, más pausados, más reflexivos... no dejan de ser juegos de mesa adaptados a los nuevos tiempos, en definitiva. Igual que XCOM. Y es que uno fue, allá por los albores de los tiempos, un fanático de la serie UFO. Entre la crueldad del acné y las hormonas desatadas, este que os escribe ahora se echó unas buenas horas jugando a este juego. Bueno, no a este, más bien a su tatarabuelo.
Así que os podéis imaginar que la nostalgia hizo bien su trabajo, y la descarga de las toneladas de gigas se me hizo larga. Y tras los primeros minutos de juego real... la sensación fue ligeramente agridulce. No me malinterpretéis, el juego es realmente bueno. Hay una atención al detalle exquisita en todas las facetas: jugable y técnicamente es impecable. Y en el fondo es el mismo juego que UFO. Pero el caso es que XCOM y yo hemos evolucionado al revés, y eso es deprimente. Yo soy veinte años más viejo y este XCOM ha sido adaptado a jugones impúberes. O sea, que este juego está orientado al yo de hace veinte años. Total, deprimente. Aunque no lo haya hecho directamente, para lo bueno y para lo malo se nota mucho que Sid Meier está detrás de todo esto. El resultado es un juego precioso, fácil de disfrutar y fácil de jugar. Quizá demasiado fácil de jugar. Echo de menos algo de complejidad en la parte estratégica, que me hagan dejarme los ojos leyendo especificaciones de cientos de armas, artefactos, cientos de armaduras cada una con mínimas diferencias... no sé, echo de menos que el juego no me atosigue con frenesí de disparos, me gustaba el UFO que requería su tiempo. Pero quizá sean cosas mías, y simplemente me esté haciendo viejo. El caso es que el juego mola.
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