Vale, es cierto; el Blanco y Negro está pasado de moda, eso es de la época de Maricastaña, ahora lo que se lleva es el HDR y mapear tonos y el vídeo en 4k y mear colonia. Es cierto. Pero dejadme que me explaye un poco, cual yayo que soy (en comparación con gran parte de la población, en realidad estoy hecho un chaval), y que recuerde la época en que envidiaba a mis amigos con pasta que podían permitirse una réflex de carrete y que revelaban en casa y les salían unas fotos en B&N que en realidad eran una basura, pero qué demonios, habría matado por poder hacerlas. El caso es que gracias a estas demoníacas nuevas tecnologías el proceso de revelado se ha simplificado y, sobre todo, abaratado. Y claro, pudiendo revelar en color "ahí-to-saturao", que se quite el Blanco y Negro ese, que suena a viejuno.
En fin, ya me he relajado. Ahora voy en serio. El revelado en Blanco y Negro tiene una serie de ventajas sobre el revelado en color. Algunas de ellas son técnicas y otras estéticas. Sobre las segundas no me voy a meter mucho, que es algo muy personal, pero a mi personalmente me siguen conmoviendo más las fotos en B&N que las fotos en color. Respecto a las ventajas técnicas, se hacen evidentes en cuanto tenemos cierta experiencia en el revelado. Los colores son un asunto muy delicado, y es muy fácil cargarnos la foto si traspasamos ciertos "límites invisibles" que padecen los canales RGB. Los colores demasiado saturados estropean las imagen, la luminosidad o el contraste altera la gama cromática... Encontrar el equilibrio es difícil y muchas veces nos quedamos con las ganas de dar "un paso más allá" en el procesado. Con el blanco y negro minimizamos estos problemas. El juego cromático, aun tratándose de escala de grises, se vuelve mucho más complejo y sutil, y a la vez los grises resisten mucho más los procesados más "brutos". Además, el B&N se convierte en una "tabla de salvación" en imágenes defectuosas, sobre todo las que padecen de ruido cromático por la elevada ISO o una exposición incorrecta. El maldito ruido cromático de las fotos en color se transforma en el romántico "grano" del B&N, y aplicando el filtro correspondiente el ruido cromático se disimula perfectamente. Ojo, que esto que acabo de decir es una trampa como un castillo de grande; pero bueno, mi intención no es presentarme a concursos de fotografía ni ser examinado por un grupo de expertos en retoque digital. Lo que deseo es que mis imágenes sean "visibles" y, en definitiva, que representen lo más fielmente posible las emociones que sentía cuando tomé tal o cual fotografía.
Al final, por descontado, la decisión de pasar una imagen a Blanco y Negro es vuestra, y dependerá de vuestro criterio estético. Pero os invito a que experimentéis con este "estilo" fotográfico. Cual viejo mastín, no os defraudará. Pasemos a la acción:
El primer paso es previo al procesado propiamente dicho: debemos elegir la foto que pasaremos a B&N. Como he señalado antes, esta elección depende de muchos factores subjetivos, pero algún truco hay. En mi caso, suelo elegir fotos cuyos valores tonales no me resultan especialmente llamativos y aquellas fotos que presentan como sujeto principal texturas importantes: cortezas de árbol, rocas, naturalezas muertas, etc. A este tipo de fotografías les favorece el B&N porque la eliminación de la información de color hace que nuestro cerebro "complete" la información visual fijándose en el resto de detalles: luminosidad y texturas. En realidad yo creo que esta es la clave del B&N: se trata de un universo paralelo que juega con sus propias reglas, y que resulta inevitablemente fascinante a nivel inconsciente.
Una vez seleccionada la fotografía, las posibilidades para la edición en B&N son numerosas, especialmente con Darktable y sus plugins "redundantes". Podemos desaturar la foto con Zonas de Color, jugar con el Mezclador de Canales o utilizar el Monocromo. En esta ocasión he optado por esta última solución.
- Exposición: Ajustes básicos de negros y de exposición. No tiene demasiada importancia, aunque sirve para hacerse una idea de las zonas que podemos subexponer, especialmente aquellas de las que podemos prescindir por carecer de interés.
- Monocromo: Seleccionamos el plugin y buscamos el filtro de color que mejor le va a nuestra imagen. Generalmente a las imágenes con cielos les va bien los filtros rojos, por ejemplo. Lo bueno de Darktable es que la variedad de colores que podemos elegir es prácticamente infinita gracias a su ingeniosa interfaz con un círculo de selección expandible. Se maneja rápido, así que podemos entretenernos haciendo combinaciones.
- Zonas de color: Aunque hemos perdido los colores, la información sigue ahí, así que podemos hacer modificaciones selectivas de la misma forma que haríamos en fotografía en color. Alterando valores de luminosidad y/o de tono cambiamos las variedades de grises y la luz de la foto. Es más fácil probarlo que explicarlo. Y en mi opinión es aquí donde reside la magia del procesado B&N.
- Ecualizador: He elegido el preset "mejorar tosco" con alguna modificación en las zonas medias para aumentar el enfoque de la textura de la madera. De nuevo, el Blanco y Negro es tan sufrido que podemos saltarnos los límites que nos impone la dureza de procesado de este plugin normalmente.
- Ruido: Esto es opcional, pero probablemente le irá bien si nos hemos pasado un poco con el procesado. Como siempre, valores pequeños en ambos deslizadores.
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Como de costumbre, otras modificaciones vienen a gusto del cliente; tan sólo me gustaría indicar el "curioso" hecho de que en este revelado no he utilizado herramientas básicas como Curvas o Niveles. La razón es simple; el contraste adecuado ha ido apareciendo a medida que realizaba el procesado, y a la hora de su finalización era innecesario añadirle más. Aunque habrá otras ocasiones en que le quedará bien cierto empujoncito, eso siempre os lo dirá el histograma su deja hueco en los extremos.
De momento esto es todo, esta vez no os dejo presets ni estilos ni nada de nada. En realidad este tuto era una excusa para rendirle un merecido homenaje al B&N, y darle sopas con ondas como rencoroso que soy a aquellos pijillos que me vacilaban con sus réflex de carrete hace años.