Tengo que agradeceros la idea de esta serie a los que me la habéis sugerido; conforme avanzamos en los capítulos me voy dando cuenta de que hasta ahora había hablado de "lo que se puede hacer con Dt" y no de "cómo hacerlo" o, más aún: "lo que no se debe hacer". Creo que especialmente esto último irá cobrando protagonismo en mi canal en los siguientes capítulos. O no, vete a saber.
Con esto no me refiero a que debamos ser cuadriculados ni que haya una sola forma de revelar. Lo bueno de los flujos de trabajo es que vale cualquiera, con tal de que sea racional y sepamos "hacerlo nuestro"; un flujo de trabajo con el que nos sentimos incómodos es sencillamente inútil, así que si cualquiera de los consejos que aporto con mis vídeos no os parece inteligente o no os hace sentir a gusto, ignoradlo, siempre y cuando creéis una alternativa que funcione.
En el terreno concreto del revelado la cosa sigue la misma línea. El que propongo yo es un proceso de cinco pasos que perfectamente podría ser de cuatro, o de seis, o de siete... De todas formas hay cierta lógica en mi flujo, que trataré de defender a continuación.
Otra versión de la foto revelada en el vídeo. ¿Alguien se atreve a adivinar las diferencias? |
El primer paso, que denomino de "geometría" tiene que ser el primero, o al menos estar en los primeros momentos, por la sencilla razón de que es un proceso fundamental para tener la imagen final delante. Esto es más importante de lo que parece, pues las sensaciones que percibimos al contemplar una imagen cambian mucho si alteramos la composición, o si hay elementos que distorsionen el conjunto.
El siguiente paso es el del balance de blancos. De nuevo, este paso podría obviarse, o incluirse más adelante cuando trabajemos con el color, aunque creo que es importante tener como primer "boceto" una imagen con el balance de blancos que queremos. A veces no es necesario hacer retoques de color, y con un buen balance es más que suficiente. Otras veces, el carácter de la fotografía se consigue con una ligera modificación "artística" del balance, que nos aleja de lo que realmente teníamos delante al sacar la foto, pero que nos puede acercar más a lo que sentíamos cuando la sacábamos (la foto, digo) o a lo que queremos transmitir con el resultado final.
El paso del contraste es uno de los complicados, porque aquí confluyen varios plugins que parecen funcionar para lo mismo pero que en realidad son bastante diferentes. No tiene nada que ver trabajar el contraste con las herramientas "clásicas" (curvas, niveles, exposición, incluso sistema de zonas) que con las más sofisticadas (sombras y luces altas, mapeo de tonos), y hay otras que trabajan regiones muy específicas de la imagen ignorando otras (luz de relleno). Esta sobreabundancia de herramientas tiene varias razones de ser: por un lado, es bueno contar con herramientas diferentes, más que nada para que nadie se queje y todos podamos encontrar la que mejor se lleve con nosotros. Por otro, muchos de estos plugins representan diferentes estrategias a la hora de trabajar el contraste, y su uso puede ser beneficioso para determinados tipos de imagen, o procedimientos de edición. Por poner un ejemplo, para trabajar por zonas prefiero los niveles, mientras que para trabajar con toda la imagen me quedo con las curvas; y para determinados tipos de paisaje el plugin de sombras y luces altas hace un trabajo excepcional, mientras que para otros es un auténtico desastre (estoy pensando en las fotos en las que hay árboles contrastados con cielos luminosos, el resultado es un festival de halos).
El paso del color me parece menos crítico que los anteriores (soy un fanático del Blanco y Negro, qué le vamos a hacer), y por suerte es más fácil darse cuenta de si estamos metiendo la pata o no, con lo cual prefiero dejarlo para el final. De nuevo contamos con unas cuantas herramientas (menos que en el punto anterior), que juegan bastante bien si las coordinamos adecuadamente. Alternativamente, este paso puede adaptarse a la edición del blanco y negro.
El último paso, como digo en el vídeo, es una especie de batiburrillo donde mezclo cosas muy diferentes, aunque creo que es la mejor manera de proceder; En realidad mi problema es que muchas de las cosas que se pueden hacer a nivel de detalle de imagen prefiero hacerlas con Gimp, con lo cual me parecen menos críticas (estoy pensando sobre todo en el enfoque o la corrección de errores, o eliminación de manchas, tampón de clonar, etc.). La excepción a esto es, cómo no, mi amado plugin de Ecualizador, que por sí solo se merecería un paso independiente. Soy muy fan de ese plugin, sí.
Ya no me enrollo más; creo que con esta reflexión os he mostrado más o menos cuál es la idea que subyace a mi método: en realidad es una serie de presupuestos probablemente equivocados pero que me hacen sentir cómodo, y que me ayudan a centrarme en la parte creativa. Lo que viene siendo un amuleto: probablemente no funcione, pero si me creo que me ayuda, resulta que me ocupo de los auténticos problemas. Hasta la próxima, pequeños saltamontes...
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