Se aproximan las fiestas y voy a dedicar uno de los últimos artículos del año a uno de los programas de los que probablemente se hablará largo y tendido a lo largo de 2014. Para ir abriendo boca con Lightworks, os presento una comparativa con mi editor de vídeo de cabecera, Cinelerra. ¿Quién sale ganando? Echadle un vistazo al vídeo y lo sabréis, aunque conociéndome, ya os podréis imaginar por dónde irán los tiros.
Lightworks viene protagonizando noticias en la blogosfera Linux desde hace aproximadamente un año, cuando empezó a especularse con la posibilidad de que apareciese una versión para nuestra plataforma. Las noticias se sucedieron a lo largo de los meses, y tras la lectura de todo lo que he podido sobre el tema sólo he sacado una conclusión: la cosa está muy, pero que muy confusa en torno a este programa.
Quizá sean los tiempos que corren; Lightworks es otro de esos productos privativos que parece que, poquito a poco y con mucha timidez, se están acercando al lado del pingüino. El ejemplo más evidente en este sentido es el de Steam, con su reciente salida del SteamOS, un sistema operativo sobre el que había muchas esperanzas y que, de momento, no está ofreciendo gran cosa (es un Debian con Steam, y poco más). Al final, cuando se trata de empresas privadas, con políticas opacas, e intereses evidentes, resulta difícil adivinar cuál será el progreso de un proyecto.
Según EditShare, la empresa que está detrás de este editor de vídeo, Lightworks será open source. No soy un experto en licencias, pero se me hace difícil creer que este programa será tan abierto como los que conocemos en Linux. Si me pongo a aventurar, sospecho que liberarán parte de su código, alguna cosa menor, pero el núcleo duro del programa, y lo que es más importante, toda la parte de codificación de vídeo, permanecerá bajo licencias cerradas. Y es que esto de las licencias de codecs de vídeo es un asunto complejo, y en el que es muy fácil meter la pata y acabar en los tribunales, enfrentados a alguna de las macro empresas que están detrás de las licencias de codecs de audio y vídeo. La cuestión sería fácil si Lightworks utilizase las librerías Gstreamer de toda la vida, pero me permitiréis que sea pesimista.
En cuanto al programa en sí, he tenido la oportunidad de trabajar con el en unos cuantos vídeos, y ya me he hecho una idea de cuáles son sus puntos débiles y fuertes. Lightworks es un excelente editor de vídeo. Para ediciones rápidas y sencillas resulta cómodo de utilizar, y cuenta con una colección de efectos magnífica, especialmente los relacionados con el color de la imagen.
Además, el programa cuenta con un potencial tremendo en el segmento de la edición profesional, con capacidad de trabajar a resoluciones 4k, y una gestión de archivos que puede permitir trabajar con docenas de archivos diferentes sin volvernos locos en el intento.
Sin embargo, al final creo que me quedaré con Cinelerra. El viejo Cinelerra es feo, está anticuado, y resulta menos estimulante que el flamante Lightworks, de eso no cabe duda. Pero el trabajo real, el ponerse manos a la obra, es infinitamente más cómodo con Cinelerra. Lightworks es un programa, entre otras cosas, que invita a usar el ratón. Cinelerra es un programa mucho más "tecladero" (permitidme el término), y a la larga eso determina que el trabajo de edición sea más rápido y eficiente. No me malinterpretéis, Lightworks puede utilizarse también con el teclado. Pero algunas de sus funciones, sobre las que iré hablando en sucesivos vídeos (si os apetece) están pensadas para ser usadas con el ratón. Quizá solo este detalle ya sea suficiente para decantar la balanza, al menos en mi opinión. Quizá esto mismo para vosotros sea lo de menos, y para muchos usuarios que no necesiten un ENL (Editor No Lineal) de forma intensiva, usar el ratón sea lo más cómodo e intuitivo. Esto son cuestiones de gustos y de necesidades concretas, en definitiva. Pero hay unas cuantas cosas más, creo que objetivas, que definen mi preferencia por Cinelerra, que son las que expongo en el vídeo.
Tiempo al tiempo. Quizá el futuro sea de color de rosa, y el código se libere lo suficiente como para que los programadores libres puedan "meter mano" al programa y convertirlo en lo que puede llegar a ser. Pero las cosas en el ámbito privativo/empresarial funcionan de una manera particular, y sinceramente me llevaría una sorpresa si al final se pudiese hacer con Lightworks lo que nos apetezca. ¿Quién sabe? A lo mejor la llegada de Lightworks sirve para animar un poco el cotarro y para darle un empujón al desarrollo de Cinelerra, que ya le viene haciendo falta. Todo esto se verá en el próximo 2014, un año en el que, desde luego, ocurrirán cosas muchísimo más importantes que esta de la que os estoy hablando. Y seguro que más graves.
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