No os lo vais a creer, pero me acabo de dar de frente con este vídeo en una carpeta perdida dentro de un disco duro donde almaceno copias de seguridad de mis archivos... Así que nos os sorprendáis si os fijáis en la fecha que aparece en la barra de tareas de mi escritorio, efectivamente, este tuto llega con más meses de retraso que nunca. No pierdo la cabeza porque la llevo pegada al cuello, ya lo dice mi madre.
Arriba, una onda de 16 Hz; abajo una de 15.000 Hz (15 kHz) |
Además a mi me parece divertido conocer esto de las frecuencias y de la pérdida de oído, para comprobarlo con nuestros familiares y amigos... sobre todo si pasan de cierto umbral de edad. Ahora que lo pienso puede que no tenga tanta gracia lo de corroborar que uno está como una tapia. Bueno, da igual.
Lo que a mi me ha quedado claro después de unos cuantos experimentos es que la percepción del sonido es muy curiosa. Cuando no se oye, no se oye, da igual que pongas el volumen como lo pongas. Y aunque conozco perfectamente los principios físicos del fenómeno, no deja de llamarme la atención. Por cierto, que lo que digo sobre lo de que los sonidos de alta frecuencia se utilizan para ahuyentar jóvenes no estoy seguro de si es una leyenda urbana o no, aunque parece que según alguna fuentes sí que se utiliza tecnología de este tipo, con el más que adecuado nombre de "el mosquito". Algo que, desde luego, ha suscitado las oportunas quejas por socavar los derechos humanos. Lógico.
Otra consecuencia importante de la pérdida de los órganos de Corti es la de que no percibimos los sonidos "normales" de la misma manera según envejecemos. Efectivamente, estas ondas que os presento con Audacity son raras en la naturaleza en una forma tan pura. Generalmente se encuentran asociadas con multitud de otras ondas con las que se mezclan, y según vamos envejeciendo perdemos capacidad de reconocer las ondas de más altas frecuencias, de forma que el sonido, queramos o no, se va volviendo más pobre con el tiempo. No me queda muy claro si esto llega a afectar a cosas como la audición de música, porque tendríamos que saber las frecuencias a las que emiten los instrumentos musicales, pero la pura lógica me dice que es cierto que los años nos provocan el mismo efecto que los archivos mp3. Sonido comprimido, y de peor calidad, aunque sea de forma imperceptible y gradual.
Voy terminando, que este artículo no deja de ser una curiosidad científica. Os dejo, eso sí, un par de archivos por si queréis comprobar inmediatamente vuestras capacidades auditivas. Son dos archivos en formato WAV con un sonido a 15.000 Hz y otro a 16. Si queréis otras variedades de frecuencias, ya sabéis, a trastear con Audacity, que es gratis.
Descarga de archivos (clic derecho y "gardar destino como...":
OJO: Soy un pesado insistente, pero no voy a dejar de repetirlo. Cuidado con el volumen escuchando estos ficheros. Ya os digo que por mucho que subáis el volumen, si no los oís, no los vais a oír. Pero no dejan de ser ondas acústicas, así que cuidadito con ellas, que las carga el diablo.
Todos los contenidos de este blog se ofrecen de forma gratuita y se pueden distribuir libremente. Si piensas que lo merecemos, puedes hacer una donación para el mantenimiento de este blog (o tomarnos una caña a tu salud) haciendo clic en el siguiente botón: