Amanece en las colinas que rodean el monte St. James. Rodeado por los fieles regimientos de veteranos de la Grande Armée, Napoleón aguarda tranquilo el enfrentamiento contra la coalición. Como de costumbre, le han infravalorado. Esta vez, además, tiene todas las de ganar, porque cuenta con un arma secreta. Venido directamente desde el futuro, y armado con un potente software libre, un tal Jen0f0nte le ha contado al oído que o tiene controlado al cabra loca de Ney o los malditos Scot Grey se le van a merendar toda la caballería. Napoleón sonríe. Esta vez Wellington tendrá que volver a Picadilly escupiendo plumas de su tricornio. Le vuelve a preguntar a Jen0f0nte, confirmando la estrategia, e insistiendo en que le repita el nombre del mágico sortilegio que le va a ayudar a vencer en su triunfal regreso desde el encierro de Elba. Con su tono medio francés, medio corso, trata de repetir la palabra mágica: Linux. Y wine. Y PlayOnLinux. Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé, etcétera.
Perdonadme el estilo de la entrada, pero de vez en cuando necesito escribir un poco más "suelto"; el caso es que llevo literalmente años intentando volver a jugar a la saga Total War, y en Linux la aventura ha tenido luces y sombras. De toda la serie de títulos, hasta ahora sólo había conseguido jugar al Medieval 2 (para mi gusto, el mejor de la saga) y el Rome (una decepción). Los tres últimos títulos siempre se me habían resistido. Lo que venía haciendo hasta ahora era volver a intentar la emulación (ya, ya sé que wine no emula, perdonadme el término), sin éxito. Ni siquiera con la reciente salida de 1.7, que promete múltiples mejoras en la ejecución de programas de Windows, me ha sido posible jugar a Empire, Napoleon o Shogun 2. Pero hete aquí que, por un azar del destino, dí con la clave. Resulta que estaba buscando una versión parcheada del wine para jugar al League Of Legends bajo PlayOnLinux. En realidad no me apetecía jugar al LoL, pero estaba intrigado por si se habían producido novedades con la nueva versión de Wine.Y así, casualmente, encontré una versión parcheada, pero no para el LoL (que también estaba, pero maldito lo que me importa), sino para Napoleon Total War.
Bueno, franchute enano, recuerda lo que te dije de Ney y dales a Wellington y Blücher un besito de mi parte |
Presa de un entusiasmo incontenible, me lancé a modificar el Steam de Windows que ya tenía instalado con la versión parcheada de Wine. Mi sorpresa y mi orgasmática reacción cuando descubrí que con ese wine modificado podía jugar a los tres últimos de la saga es algo que mejor no os describo aquí. Os parecerá una tontería, pero por un lado, mi buena pasta me gasté en su día para tener esos juegos; sólo por el hecho de disponer de ellos otra vez en caso de que me apetezca, ya habría sido una pequeña alegría. Pero es que además son juegos que siempre me han gustado muchísimo. Esto de la estrategia por turnos es algo que me encanta, y si a eso le añadimos el hecho de poder trastear con batallones de granaderos, dragones, húsares alados polacos y toda la retahíla de unidades decimonónicas, el placer que experimento es tan íntimo y mayestático que mejor me lo quedo para mi, que seguro que envidiaríais mi goce infantil.
En cuanto al rendimiento de los juegos, es bueno, sin estridencias, pero más que suficiente. No aconsejo poner ninguno de los tres con las características gráficas en modo ultra (los jugones ya sabéis de lo que hablo), pero si tenéis una máquina potente (a partir de i5 y con una gráfica decentilla) son perfectamente jugables. Yo juego con gráficos medios y la experiencia de juego es clavadita a la que tenía en Windows, así que por mi, perfecto. El único fallo que he encontrado es un puñetero aviso que aparece en el Shogun 2, en la pantalla previa a una batalla. El mensaje viene a decir que Steam ha detectado que estoy jugando a una versión modificada o pirata del juego, y que me ponga ne contacto con bla, bla, bla... algo que no me hace ni maldita la gracia, habida cuenta de que este juego lo pagué religiosamente. Pero bueno, es un problema menor, porque el aviso desaparece apretando Escape y se puede batallar sin problemas.
Que no cunda el pánico. Un par de toques a la tecla Escape y arreglado |
De hecho, la cosa es muy esperanzadora, porque el rendimiento en Shogun es bastante superior al de Empire o Napoleon, así que me da en la nariz que vamos a poder disfrutar del próximo Rome II, que está al caer y tiene una pinta escalofriante. Ya os contaré, de momento estoy en negociaciones para hacerme con una copia barata. Mientras tanto seguiré repartiendo estopa por toda Europa, mandando a Wellington y sus Highlanders a Albión y despegando el trasero de Fernando VII de su poltrona. Sé que Bonaparte no es el mejor aliado para tal fin, pero no me digáis que en este caso el fin no justifica los medios...
Una última cosa: Lamento decepcionar a quien haya entrado en este post esperando que le contase un truco mágico para jugar a cualquiera de estos juegos gratuitamente. Para los despistados, este no es un blog que promueva el pirateo; por otro lado, tampoco estoy específicamente en contra del software privativo (el que quiera pagar por algo que tiene alternativa gratuita y legal, que lo haga), de modo que en este caso concreto el vídeo se limita a proponer un procedimiento para poder ejecutar estos juegos en Linux. Juegos que, por supuesto, hay que haber comprado previamente. Avisados quedáis, no pienso responder a preguntas del tipo "Eh, ¿de dónde me bajo el crack?"
Una última cosa: Lamento decepcionar a quien haya entrado en este post esperando que le contase un truco mágico para jugar a cualquiera de estos juegos gratuitamente. Para los despistados, este no es un blog que promueva el pirateo; por otro lado, tampoco estoy específicamente en contra del software privativo (el que quiera pagar por algo que tiene alternativa gratuita y legal, que lo haga), de modo que en este caso concreto el vídeo se limita a proponer un procedimiento para poder ejecutar estos juegos en Linux. Juegos que, por supuesto, hay que haber comprado previamente. Avisados quedáis, no pienso responder a preguntas del tipo "Eh, ¿de dónde me bajo el crack?"
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