Parece que las cosas avanzan a un ritmo bastante aceptable en el incipiente reino del revelado libre; pero no lo suficiente para que uno, que es de natural curioso, haya tenido paciencia suficiente para esperar a que las novedades se estabilicen y aparezcan en las versiones recomendadas de Dt. Así que, mordiéndome las uñas de puro nervio, decidí hace unos días darle una oportunidad a la versión inestable del programa, para echarle un vistazo en primera persona a las buenas nuevas que verán la luz próximamente.
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Uy, ¿acaso eso es lo que yo creo? ¿Vamos a poder hacer selecciones? ¡Eureka! |
El proceso de paso de una versión a otra del programa fue bastante más inocuo de lo que me esperaba. Lo cierto es que ni siquiera perdí las configuraciones de Dt, ni la base de datos fotográfica. Todos las fotos seguían en su sitio, con sus revelados correspondientes, los estilos, las configuraciones predeterminadas... vamos, un lujo. Imagino que esto es cuestión de suerte, pues de todos es conocido (y si no, tomaros esto como una advertencia) que las versiones inestables no garantizan en absoluto un buen funcionamiento del programa, o que puedan ocurrir desastres de todo género. En este sentido, os recomiendo que si estáis sopesando darle una oportunidad a la rama inestable de Dt, os lo penséis dos veces o, al menos, no seáis tan bestias como yo y lo hagáis en una partición aparte del sistema, o con otro usuario, o como consideréis oportuno, pero intentando conservar los datos importantes de la mejor manera que podáis.
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Una máscara irregular, imperfecta, irresistiblemente orgánica, humana, curvilínea, femenina... ¡Me estoy poniendo! |
Si aun así os reconcome la tentación, el paso de una versión a otra es bien sencillo. Ojo, las instrucciones siguientes son para Ubuntu y sus famosas PPA, doy por sentado que sois conscientes de que si tenéis una distro diferente, el procedimiento será otro. En primer lugar, tenemos que desinstalar la versión antigua de Dt. En el caso de que tengáis instalada una PPA (lo más recomendable), la eliminaremos del todo, para lo cual dispondremos de varias opciones. La más fácil de todas es localizar la PPA de Dt en "orígenes del software". Dependiendo de la versión de Ubuntu sobre la que trabajéis, este programa puede aparecer de manera independiente con esa denominación o estar incluido como una pestaña en el programa "Software y aplicaciones", en la versión 13.04. Desde ahí podremos eliminar la PPA que queramos.
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Seleccionamos la PPA, le damos a "quitar", y adiós muy buenas |
No he probado nunca este procedimiento, por lo que sospecho que sólo con esto no sería suficiente; seguro que van a quedar en el sistema un montón de librerías que dependían de esta PPA y que podrían interferir con la nueva. De modo que os recomiendo continuar con un comando que eliminará todo rastros de Dt y sus dependencias:
sudo apt-get purge darktable
El comando
purge es parecido a
remove, pero un poco más bruto, pues eliminará el programa y todas sus dependencias asociadas, es decir, justo lo que pretendíamos. Si nos quedásemos con
remove eliminaríamos sólo el programa, y eso puede suponer problemas (aunque probablemente al instalar el nuevo Dt
apt-get será muy listo y nos avisará de que tiene que borrar paquetes, pero tampoco nos podemos fiar de las máquinas para todo, ¿no?). Si tenéis dudas podéis echarle un vistazo al vídeo que le dediqué a estos comandos hace unos meses.
Si todo este proceso os parece demasiado complejo, también podéis tirar de terminal con el siguiente comando:
sudo add-apt-repository -r nombre de la ppa
Este comando es el mismo que usamos para añadir una PPA pero con la opción -r, la eliminamos. Si queréis estar completamente seguros de la eliminación de la PPA y de las dependencias, podemos usar el programa ppa-purge, que primero tendremos que instalar con
sudo apt-get install ppa-purge
y a continuación ejecutar lo siguiente para, de una sentada, cargarnos el repositorio, el programa y las dependencias asociadas:
sudo ppa-purge nombre de la ppa
Y como hoy estoy generoso, podéis usar el inefable programa
Y-ppa-manager para hacer lo mismo, pero con una flamante interfaz:
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Abrimos el programa, nos vamos a "manage PPAs", seleccionamos el repositorio y le damos al botón purge... et voilà! |
De la misma forma que con los comandos por terminal, me sirvo de mi propia colección de vídeos para ilustraros las bondades de este programa:
¿Que por qué le doy tantas vueltas al tema de la desinstalación de PPAs? Pues básicamente para ahorrarme consultas, os enlazo a este artículo y me lavo las manos, ¡que para eso me dejo los dedos escribiéndolo! Y bromas aparte, porque me parece algo importante tener conocimientos sobre la gestión de las PPAs en Ubuntu, que tienen muchas cosas buenas pero algunos inconvenientes que, en algunos casos, nos pueden obligar a saber como "dar marcha atrás" a la instalación de un repositorio extra.
Al lío: una vez que hemos eliminado el repositorio de la versión estable de Dt, podemos pasar a instalar la inestable, con los siguientes comandos:
sudo add-apt-repository ppa:pmjdebruijn/darktable-unstable
sudo apt-getupdate
sudo apt-.get install darktable
Tras la instalación del programa, podremos acceder, por fin, a todas las novedades que están por venir en Dt. En realidad las más llamativas son las que indico en el vídeo, las relativas a las máscaras. Y realmente no decepcionan en absoluto. El funcionamiento es bastante intuitivo a pesar de no ser, en mi opinión, la mejor forma de elaborar máscaras sencillas (prefiero los pinceles, son más divertidos); disponemos de dos tipos de formas, que en principio son más que suficientes para la mayoría de los casos. Por si os lo estáis preguntando, también hay forma de elaborar máscaras con líneas rectas, usando el trazador de nodos con la tecla
Ctrl apretada. De todas formas he experimentado cuelgues practicando con esta herramienta, así que tenedlo en cuenta.
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La mujer de la máscara cuadrada |
Por lo demás, el uso es exactamente lo que se necesitaba: si lo combinamos con la extensa colección de plugins que nos da el programa, la capacidad de crear múltiples instancias de ellos, y los combinamos con las máscaras paramétricas y los modos de fusión, las combinaciones son definitivamente infinitas, y sólo limitadas por la creatividad del usuario; y esto es exactamente la fotografía, amigos: un terreno en el que los límites sólo los debe poner el conocimiento, la habilidad y el talento del fotógrafo, y no la capacidad del programa de revelado que utilice. Evidentemente, no es posible resumir aquí las posibilidades que nos brinda esta herramienta en conjunción con el resto; de todas formas, tirando de lógica podemos hacernos una idea:
- Contraste por zonas
- Color por zonas
- Saturación por zonas
- Enfoque por zonas
- Ecualización por zonas
O podemos resumirlo en una sola:
- Lo que nos dé la gana, por zonas
Sólo resta esperar a darle la bienvenida a las máscaras manuales en la versión estable de Dt. Cosa que de momento no va ocurrir, al menos mientras no se solucionen los problemas de cuelgues que os mencionaba, y que, por lo que he experimentado, son bastante puñeteros y difíciles de predecir. Por lo demás, la herramienta en sí es impecable en su diseño y funcionalidad, exceptuando el extraño menú de selección de máscaras según las vamos creando y la lógica complejidad que el programa está adquiriendo en su interfaz a medida que se van añadiendo funciones.
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Acojona, ¿eh? |
Espero que este atropellado y extenso artículo colme vuestras expectativas en relación con el asunto de las máscaras; uno, que las lleva reclamando desde hace una temporada, se ha quedado prendado y muy ilusionado al probarlas por primera vez, y francamente esperanzado por lo que está por venir. Se abre un panorama interesante en el revelado libre, amigos. Con esto y un par de cosillas más, podremos mirar con una sonrisa condescendiente a los que usen una versión pirata de Lightroom. Y si sois benévolos con ellos, tomaos cinco minutos para explicarles lo que es Linux.
Ah, y aunque esto no sea un artículo sobre estilos, os dejo con el Antes y Después de la fotografía que he utilizado en el tutorial. No me resisto a ello, pues es la primera vez que puedo enseñaros algo que, sin esta herramienta, habría sido imposible del todo. El resultado no es el mejor, pero, como os decía antes, no es culpa del programa, sino del que lo maneja. Y eso son grandes noticias.
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Clic para ampliar y admirar los tremendos halos |