A pocas horas del advenimiento de la nueva versión de Ubuntu, me paso por el arco del triunfo las leyes del marketing bloguero y os traigo una distribución que puede hacerle sombra en algunos aspectos al gigante de Canonical. Vamos a ver qué tal es esta Korora...
A veces es más sencillo preparar capítulos de esta serie dedicados a distribuciones especializadas, o a las que se atreven con extravagantes diseños de escritorios alternativos a los habituales. Pero cuando te encuentras con algo como Korora, con una propuesta tan razonable como discreta, resulta un poco complicado desarrollar una narración que no desmerezca al sistema. Y es que Korora es como su animal tótem: si no fuera porque es AZUL (¡¡¡AZUL!!!) el diminuto pingüino australiano no llamaría en absoluto la atención. Y si no fuera porque Korora es, en mi opinión, una distribución perfectamente competente y bien pensada, tampoco podría decirse demasiado de ella.
¿Os he comentado ya que son AZULES? en serio, ¡AZULES! Fuente: topnews |
Así que aquí os dejo el vídeo, para que vosotros decidáis. Lo que yo me llevo después de haberla probado es la agradable sensación de que los desarrolladores han empleado mucha lógica y sensatez en casi todos los aspectos de su desarrollo. No se perciben pecados que otras distribuciones comenten. No hay un exceso de autobombo o individualización innecesaria, a base de artworks, juegos de iconos personalizados, ni siquiera un logo puesto en pleno escritorio. Todo sabe muy a estándar y a "si funciona, no lo toques", lo cual me parece perfecto porque significa que el equipo se ha dedicado a lo que debe hacer: proporcionarnos un escritorio estable y que funcione. Y además, dándonos opciones gracias a sus múltiples sabores.
Quiero destacar también otra decisión que me parece muy inteligente: la de seleccionar para nosotros aplicaciones que aparecerán en nuestra instalación, sea el sabor que sea. Firefox será el navegador, VLC la aplicación de vídeo, etc. Creo que es una decisión sabia, y que facilita aún más las cosas a los usuarios noveles. No tengo nada en contra de Konqueror, pero entiendo que a un recién llegado desde el mundo Windows le puede chocar no encontrarse con nada familiar al intentar entrar en internet. Y si queréis Konqueror, no lo han eliminado de la instalación de KDE, ahí está, pero ocupando un segundo plano en favor de Firefox, el protagonista principal en Korora en cuestiones de navegación. De nuevo se nota que los desarrolladores han tomado decisiones atendiendo al sentido común.
Donde sí han introducido novedades exclusivas es en aspectos que sí son necesarios para determinados usuarios: el gestor de controladores Pharlap es buena prueba de ello. Lamentablemente no he tenido la oportunidad de probarlo como debe, así que no puedo adelantar ningún juicio en cuanto a su buen o mal funcionamiento. Pero no creo que tenga problemas, y en cualquier caso la idea de permitirnos instalar controladores privativos para nuestras tarjetas gráficas o de recepción WIFI es una opción que seguro que satisface a la mayoría de usuarios principiantes.
Instalación
El proceso de instalación de Korora es increíblemente cómodo, merced a las bondades del instalador Anaconda. Para los que no lo conozcáis, este es el instalador propio de Fedora, Red Hat y otras derivadas del sistema del sombrero. El proceso es muy similar al de Ubiquity de Canonical, y nos permitirá tanto instalar el sistema de forma rápida con unos cuantos clicks, como llevar a cabo instalaciones más complejas, particionados, etc. Todo ello con una interfaz gráfica cuidada y con avisos en colores llamativos cuando algo requiera nuestra atención. Puntazo en este sentido.
Tras descargarnos la iso de la página de descargas del proyecto (ojo, 1,8 Gb) y crear un dvd o un lápiz usb, podremos acceder al modo live y la correspondiente pantalla de bienvenida, con botones que nos permitirán acceder a la documentación, soporte y ayuda, accesos para donaciones y, cómo no, la correspondiente instalación. Todo muy elegante y clarito. Bien.
A partir de aquí, pocas sorpresas. Lo primero, elegir el idioma:
A continuación, unas cuantas opciones importantes; distribución de teclas, hora y fecha, configuración de redes y, lo más importante, el destino de la instalación. Todo bien marcado para que no nos perdamos. Si yo lo he conseguido, cualquiera puede hacerlo...
en serio, ¿qué es eso de "hora & fecha", un bufete de abogados? |
El editor de particionado también es bastante sencillo, pero cuenta con las opciones necesarias para dejarlo todo a nuestro gusto. Si no queremos complicaciones, con un clic en el enorme icono que representa a nuestro disco duro de destino, vamos sobrados.
A partir de aquí, el proceso casi será automático del todo. salimos del editor de particiones, comprobamos que no tenemos ningún aviso, y hacemos click sobre "empezar la instalación":
Un último paso, que ya es simultáneo a la instalación propiamente dicha: la creación de contraseñas y usuarios. Me ha llamado la atención un sistema de seguridad redundante ante la posibilidad de que queramos introducir contraseñas demasiado sencillas. Un aviso bien grande, pero que se puede ignorar confirmando dos veces que queremos menos seguridad que el cuarto de baño de un templo budista. Perfecto.
Y eso es todo. Para ser una distribución cargada de software, el proceso no debería tardar más de 15 minutos, tirando por lo alto. Lo cierto es que Anaconda es un dignísimo competidor de Ubiquity.
Conclusiones
Una distro muy competente, y altamente confiable. Me ha gustado prácticamente todo de esta Korora, pero sobre todo la cantidad de posibilidades que ofrece. El tema de contar con diferentes escritorios por defecto, sin ser una novedad increíble, está tan bien implementado que debería sonrojar a más de uno. y si os parece que estoy siendo críptico con esta afirmación, lo aclaro: instalar un escritorio en Ubuntu es, en principio, tarea sencilla, pero luego no da más que problemas. Todavía siento el doloroso palpitar en mis sienes con sólo recordar la jaqueca tras intentar probar KDE en no recuerdo ya qué versión de Ubuntu...
Volviendo a Korora, poco más me queda por comentar. Tengo algunas dudas respecto a la actualización de este sistema, tanto a nivel de paquetería (aunque la mayoría del software que he visto es razonablemente moderno, algún que otro programa está ligeramente desfasado) como a nivel del mismo sistema. En principio se trata de una distribución de renovación semestral, lo cual ya de por si me parece un problema. Si algo ha demostrado Ubuntu es que esto de las versiones cada seis meses es una incomodidad tanto para usuarios como para desarrolladores. Francamente, preferiría una política de versiones anual, con iteraciones más separadas, y que den tiempo a los programadores para dejar su software preparado y a los usuarios para prepararse mentalmente para el proceso de actualización. Si a esto le añadimos que no se trata de una distribución "de las grandes", tenemos servido un cóctel peligroso.
Salvando esta duda, lo demás de esta distribución me parece que roza la perfección. Usar Plasma me parece una delicia, pero si no te gusta dispones de múltiples opciones más, así que el escritorio no es un factor para ignorar a esta distribución. Y en cuanto a su rendimiento y estabilidad, sencillamente chapó.
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