Parece que la serie sobre Audacity retoma su andadura con bastante brío, y de hecho se me están acumulando los vídeos últimamente. Vamos a darle salida a uno cortito sobre el efecto de amplificación, a ver qué os parece.
Este es uno de los plugins que, en principio, no tiene mucho misterio, pero que luego tiene más miga de lo que parece. En primer lugar, al principio choca su similitud con el efecto de normalizar, aunque rápidamente se ponen de manifiesto sus diferencias.
Por un lado, el plugin de amplificar puede, potencialmente, destruir nuestros archivos, pues no cuenta con la limitación que sí tiene el normalizado: podemos romper los tímpanos de nuestros oyentes si nos apetece, sin más. Como señalo en el vídeo, esto en principio no tiene sentido, aunque hay algunos escenarios donde podría interesarnos este clipeo artificial. El caso es que esta es la primera diferencia esencial entre ambos efectos.
En segundo lugar, el plugin de amplificación en sí cuenta con un elemento muy interesante, que es el del cálculo automático de la amplificación para que el pico máximo se quede en cero. Este comportamiento del plugin me parece particularmente interesante cuando deseamos subir el volumen de audio pero sin que llegue a cero. Haciendo los cálculos correspondientes podremos subir el volumen hasta -2 dB (por ejemplo) para de esta manera tener un margen de trabajo con otros efectos, o cuando no deseamos que el volumen llegue al límite: un escenario posible para esto es el de la grabación de susurros, que podemos amplificar ligeramente para que así el resultado sea audible pero no tenga el mismo volumen que el de la voz normal.
Como decía en el capítulo anterior, esta no es más que otra herramienta con la que cuenta el programa, que podemos (y debemos) utilizar en nuestro beneficio aplicando el sentido común. Teniendo en cuenta sus posibles resultados perniciosos, pero siendo conscientes de sus ventajas, podemos aprovechar este efecto de amplificar para mejorar el volumen de nuestros archivos global o localmente.
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