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miércoles, 18 de mayo de 2016

Software Ubuntu: Notify OSD Configuration


Seguimos en la línea iniciada hace unos días, de modificación, maquillaje, restauración, chapa y pintura de la última edición de Ubuntu. Y es que ha empezado en mí una fiebre (la del "tuning" de escritorio) que imaginaba desaparecida de mi alma hacía años...


domingo, 3 de abril de 2016

OBS Studio #4: Opciones de vídeo (grabación local)

Hoy continúo la serie de OBS Studio con otro de esos tutoriales farragosos y aburridos que, de todas formas, son importantes para poder usar el programa con solvencia suficiente. Así que tragad aire, y preparaos para la que viene: la configuración de vídeo en OBS Studio.


viernes, 25 de marzo de 2016

OBS Studio #3: Configuración y opciones de Audio

Continuamos con el vídeomanual de OBS, que al final iba a tener más chicha de lo que presumía. La configuración de sonido es un buen ejemplo de ello.



viernes, 31 de enero de 2014

Trucos Ubuntu: Arrancar aplicaciones al inicio


A veces las cosas más tontas son las más complicadas de solucionar, y con esta máxima en mente me he decidido a publicar este vídeo, que a muchos de vosotros os parecerá una tontería pero que estoy seguro de que a más de uno le vendrá bien. ¡Que no nacemos "aprendidos", chavales!

viernes, 10 de enero de 2014

Trucos Gimp: Atajos de teclado y ratón para ajustar los pinceles


Una de las críticas que se le puede hacer a Gimp es la de su "peculiar" interfaz. Más allá de que muchos de los que usamos Gimp venimos de Photoshop y traemos costumbres difíciles de cambiar, lo que sí es cierto es que Gimp es un programa que cuesta un poco adaptar a las necesidades particulares de cualquier que edite gráficos habitualmente. El de los atajos de teclado es uno de estos asuntos, sobre todo cuando hablamos de pinceles.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Mejorar el rendimiento con tarjetas Nvidia (controladores privativos)


Desde hace unos días he tenido el impulso de probar el funcionamiento de algunos juegos "windowseros" que yacían inanes en una estantería. Los resultados de este experimento, bastante esperanzadores, ya os los he contado en otra ocasión; ahora toca echarle un vistazo a algunos trucos para exprimir al máximo el rendimiento de nuestras tarjetas gráficas. No hay milagros, pero sí algunas mejoras. Algo bastante positivo en un ámbito, el de la aceleración 3D, bastante atrasado en el mundo Linux. De momento, claro... la esperanza es lo último que se pierde, y tal.

domingo, 14 de julio de 2013

Trucos Ubuntu: Crear Miniaturas XCF (Gimp)


Hace ya unos meses os enseñaba cómo obtener miniaturas para los archivos RAW en el navegador y el escritorio de Gnome. Ahora le toca el turno al fichero gráfico que faltaba para que todas las imágenes de nuestro sistema tengan su correspondiente previsualización: los XCF de Gimp. Los archivos XCF (eXperimental Computing Facility) son los nativos de Gimp y quizá sean los archivos gráficos más complejos que podemos tener en GNU-Linux, al tener la posibilidad de guardar información relativa a capas, transparencias, selecciones... vamos, que no son exactamente un archivo gráfico sin más... De todas formas siempre he echado de menos que se vea la miniatura en el navegador, así que aquí os traigo el método para conseguirlo.


jueves, 11 de julio de 2013

Trucos Ubuntu: Solución a problemas de la pantalla de arranque



Estoy casi seguro de que prácticamente todos los ubunteros que estáis leyendo este artículo habéis sufrido alguno de los dos problemas que describo en este vídeo, o incluso los dos al mismo tiempo. De hecho yo mismo me encontraba en este patético segundo supuesto antes de ponerme a investigar un poco para dar con las soluciones correspondientes.


lunes, 11 de marzo de 2013

Software Linux: Undistract-Me


Atención: este programa lleva años sin soporte, id al final del artículo para obtener más información.

Para abrir la semana con buen sabor de boca os traigo un pequeño programa que añade una funcionalidad curiosa al terminal: un sistema de notificaciones para comandos de larga duración.


Lo cierto es que la aplicación es tan simple y la idea tan estúpidamente brillante que no me extrañaría que terminase convirtiéndose en una función por defecto en las versiones futuras de los terminales básicos de la familia ubuntera. Eso si lo vemos desde el lado optimista, desde el punto de vista negativo resulta increíble que algo como esto no exista desde tiempos inmemoriales.
Como menciono en el vídeo, las condiciones para que esta aplicación funcione son las siguientes:
  • El comando tiene que durar más de diez segundos. Si fuese menos las notificaciones resultarían invasivas.
  • El terminal tiene que encontrarse en segundo plano o minimizado; una notificación cuando se supone que estás mirando el terminal es una tontería
  • Tenemos que activar la opción "ejecutar el comando como un intérprete de conexión" que se encuentra en la pestaña "título y comando" de las preferencias del perfil:

Y poco más hay que añadir; yo uso este sistema de notificaciones desde hace un buen tiempo y lo cierto es que se agradece no tener que andar comprobando que los comandos largos han concluido. Le debemos este inteligente detalle a Johnathan Lange, quien pone a disposición de todos nosotros el programa a través de su espacio de Launchpad, su página web y la ppa correspondiente:

sudo add-apt-repository ppa:undistract-me-packagers/daily 
sudo apt-get update 
sudo apt-get install undistract-me
En resumen, una aplicación humilde, que representa un simple complemento para nuestros terminales, pero que aporta una conveniente dosis de comodidad y, sobre todo, de sensación de integración con nuestros flamantes entornos gráficos. O sea, un "must have" con toda la barba.

ACTUALIZACIÓN MAYO 2016:


Tras un montón de años, por casualidad he revisado este programa y he visto que lleva sin ser actualizado desde hace el mismo montón de años. Por ello, os recomiendo encarecidamente que ignoréis estas instrucciones y que, si os sentís con ánimos suficientes, os paséis por el github del programa, os descarguéis el código fuente y compiléis vosotros mismos. Una pena...

viernes, 1 de marzo de 2013

Manual Cinelerra #11: Configuración y preferencias


Los últimos estertores de la serie sobre Cinelerra los voy a dedicar a un batiburrillo de consejos, sugerencias, trucos y escondrijos de este complejo programa. Este capítulo de hoy abre la veda de esta caótica agonía de un vídeomanual al que definitivamente le he cogido cariño. De alguna manera es un vía de enseñaros lo que hago, o al menos cómo lo hago. Y no podría llevarlo a cabo sin haberme dejado las pestañas haciendo combinaciones con las preferencias del programa.
Cinelerra cuenta con un manual traducido al español que está bastante bien, aunque su traducción es extraña en ocasiones. Además, en el terreno de la configuración y el rendimiento, el manual es especialmente ambiguo, pues como no podía ser de otra manera, ajustar nuestra aplicación para que funcione de la mejor manera posible es una cuestión muy relativa, que depende sobre todo del hardware concreto de nuestras máquinas.

Lo que sí tengo muy claro es que hay determinadas opciones "clave" que afectan de manera muy seria al rendimiento de esta aplicación. No sabría decir en qué orden de importancia, así que las citaré según vaya recordándolas:
  • Opciones de Salida de Audio: Disable Hardware Synchronization. Activadla. El tamaño del Buffer en torno a los 2048 bytes.
  • Opciones de Salida de Vídeo: tengo ciertas dudas sobre esto, pero a mi me va muy bien desactivando las opciones de "ver cada fotograma" y "Decode Frames asynchronously (esta última palabra no sé si la he escrito bien, pero si intento verificarlo me entran mareos).
  • Driver de Vídeo: Yo elijo X11-OpenGL pero no noto mucha diferencia respecto a X11 a secas. Probad ambas opciones y si van igual, aconsejo la segunda.
  • Mejoras: El tamaño de caché por objeto no debería superar los 100 megas. Yo lo tengo así y me va bien, aunque si el vídeo supera los 20 minutos me quedo sin RAM (y tengo 8 Gb, así que la cosa es grave). 
Por lo demás, lo que verdaderamente afecta al rendimiento de Cinelerra es el tamaño y la compresión de los vídeos que carguemos en la línea de tiempo. Ojo, cuando me refiero al tamaño no hablo de los megas que ocupa, sino a su resolución. De hecho, generalmente cuanto más pesa un vídeo mejor funciona Cinelerra. De nuevo, no quiero decir que un .avi de 3 horas vaya mejor que uno de media; me refiero a la compresión, que es un factor clave. Aunque el vídeo "pese" muchísimo más, Cinelerra acepta gustoso los vídeos en formatos sin compresión. Dicho comportamiento es lógico si tenemos en cuenta que en los formatos no comprimidos Cinelerra "se ahorra" el trabajo de liberarlos de su angosto formato.
De este modo, una forma inteligente de asegurar un rendimiento aceptable en este programa es el de utilizar formatos de vídeo específicos para Cinelerra, que actúen a modo de renderizados intermedios, como indicaba en capítulos anteriores. En mis últimos experimentos he comprobado que el formato MJEPG le gusta bastante a Cinelerra, así que dedicaré un vídeo específico para explicaros cómo pasar vuestros vídeos a este formato de una manera sencilla y cuyo funcionamiento os garantizo. Mejor dicho: es el que uso actualmente, o sea, que a mi me funciona. 
Otra cosa que queda pendiente es profundizar en el tema de la sincronización de audio/vídeo y la latencia. Son dos problemas que no están directamente relacionados, pero que pueden conjurar en vuestra contra de múltiples maneras. Aunque si vuestro objetivo es crear vídeotutoriales la cosa no es tan grave, sí que será un inconveniente si lo que queréis es editar vídeos "donde salgan personas", es decir, con imágenes reales, donde la sincronización exacta es imprescindible. Hay un par de trucos para solucionar esto, así que tened paciencia que ya estoy en la fase de guión para ese tutorial. En cuanto al tema de la latencia, es un tanto complejo y tardaré más en tener algo preparado. Además es un problema transversal en el ámbito Linux, pues en realidad es cosa del Kernel y no de las aplicaciones. No obstante, es un problema que se ha venido minimizando en las últimas versiones del núcleo del pingüino, que además cuenta con versiones específicas del kernel que lo anulan del todo. Pero como os digo, me falta mucho por aprender en este terreno. En definitiva la suerte que tenemos con Cinelerra es que los resultados los podéis comprobar vosotros mismos a través de mis tutoriales. Todos ellos, salvo un par de excepciones de la mano de Kdenlive, están realizados con el venerable Cinelerra, y creo que los temas de la desincronización y de la latencia no se notan, o son despreciables, salvo en un par de producciones un tanto desastrosas de las que es más justo responsabilizarme a mi y no al programa.
Lo dicho; ya estamos casi terminando la serie y lo que queda son detalles menores con los que, definitivamente, os podréis convertir en usuarios competentes de este programa. Ánimo, que queda poco.

lunes, 18 de febrero de 2013

Software Linux: Quicklist Editor



Los veteranos que nos seguís desde hace tiempos sabéis cuál es nuestra postura respecto a Ubuntu: en general es una distro bastante buena, que tiene a su favor dos o tres detalles que la hacen especial. Fue la primera en utilizar el sistema Live, que permite comprobar el funcionamiento de una distro sin necesidad de instalar el sistema en el disco duro. Cuenta con unos repositorios propios inmensos y además cuenta con las controvertidas PPA, que facilitan la instalación de un número potencialmente infinito de aplicaciones. Es una distribución que desde la adición del entorno Unity es muestra de un escritorio moderno y diferente. Eso último, por supuesto, se puede entender como algo bueno o malo, pues depende de los gustos de cada uno. En lo que a mi respecta, Unity es sobre todo un entorno cómodo. Lo que sí resulta objetivo es que Unity es rígido, poco configurable, y las posibilidades de personalización sin software de terceros son limitadas a no ser que poseamos bastantes conocimientos. No hace falta ser un hacker ni nada de eso, pero sí que necesitamos saber claramente qué estamos haciendo, y eso choca frontalmente con la idea inicial de que Ubuntu es una distro para novatos. Lo es, pero en el momento en que quieres dar un paso más, deja de ser una distro agradable.
La aplicación que os traigo hoy es buena muestra de ello. Quicklist Editor es un programa sencillo que soluciona un problema complejo. Las listas rápidas son una buena idea, pues posibilitan que el limitado número de lanzadores de la barra lateral de Unity incluyan accesos directos a diversas funcionalidades o apertura directa de archivos, páginas web, etc. La idea está bien, pero no existe una manera cómoda de editar las listas. Este programa facilita el proceso enormemente.


Hay otros programas que hacen lo mismo, como por ejemplo Ubuntu Tweak, del que ya os he hablado en alguna otra ocasión. No obstante, este programa está bastante limitado en cuanto a las posibilidades de personalización, y además sigue padeciendo una falta de claridad que seguro asustará a los novatos. Quicklist Editor consigue que el proceso de creación de listas rápidas sea un poco más fácil, a partir de un sistema de elección del tipo de elemento de la lista, y selección de los elementos concretos a base de menús.


La aplicación en sí es bastante austera, con una interfaz programada en Javascript que no es lo más agradable del mundo, pero el caso es que funciona. Otro de los puntos en contra de Quicklists Editor es la necesidad de añadir rutas completas a archivos en el caso de que queramos incluir la apertura de ficheros en las listas rápidas.


No obstante, hay elementos muy interesantes, como son las listas preestablecidas; estas listas están adaptadas a programas determinados, como por ejemplo Libreoffice (podemos añadir en la lista los programas de los que consta la suite) o VirtualBox (esta es la que más me gusta, pues nos permite añadir máquinas virtuales). Mediante este sencillo método nos ahorramos mucho tiempo, pues de otra manera tendríamos que introducir complejas líneas de código.
Si os gusta esta aplicación, la instalación es bien sencilla. Como de costumbre, disponemos de una PPA que podemos instalar desde la terminal:

sudo add-apt-repository ppa:vlijm/qle
sudo apt-get update
sudo apt-get install qle
O también podemos bajarnos el archivo instalador desde Launchpad, o visitar la página web del proyecto para obtener más información. 
En resumen, esta es otra manera de crear listas rápidas en Ubuntu, que se une al ecosistema cada vez más poblado y redundante de aplicaciones que sirven para domar un poco el entorno Unity. La lectura de este hecho es obvia: si desde Canonical no pretenden proporcionarnos herramientas de configuración, los propios usuarios las elaboraremos. Esto lo saben perfectamente los secuaces de Shuttleworth. El problema es que al final nos encontramos con decenas de proyectos diferentes que consiguen los mismos objetivos de una forma más o menos parecida. Y esto implica un esfuerzo innecesario que podría dirigirse a otros fines, como la necesaria colaboración en los buques insignia del Software Libre: suites ofimáticas, programas de edición gráfica, el propio kernel... demasiado talento desperdiciado para solucionar problemas que jamás deberían haber existido.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Cambiar el puntero del ratón en Ubuntu


Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho tiempo había un reino llamado Ubuntu poblado por miles y miles de felices habitantes, llamados archivitos. Cuenta esta leyenda que los archivitos vivían dichosos, aunque el rey de Ubuntu, el malhumorado Sir Shuttleworth, vivía encerrado en una torre de marfil, lejos de su pueblo. Sin embargo, el rey contaba con un ejército de bondadosos trabajadores, que día y noche se afanaban por cuidar del bienestar de los súbditos de Ubuntu. Dichos trabajadores, ufanos y cantarines, formaban una alegre algarabía doquiera se encontraran y eran conocidos por todo el reino con el sobrenombre de los programadorcitos. De este modo, todo era alaraca y alegría en Ubuntu y los archivos recibían cuidados y atenciones de los programadorcitos, y su majestad Shuttleworth lo observaba todo, complacido, desde lo alto de su torre.
Pero no todo iba bien en el reino. Algunos archivitos, sobre todo aquellos que vivían en las afueras del reino, o que procedían de otros territorios, eran atacados frecuentemente por un mal desconocido y terrible. La leyenda no aclara, pues era algo desconocido por quienes la compilaron, cuál era la fuente de ese mal. Circulaban entre los programadorcitos historias terribles sobre monstruos crueles, magos inefables y malignos, u hordas de programadorcitos convertidos a una extraña fe destructiva y diabólica; sea como fuere, algo aquejaba a ciertos archivitos, que, presas de este encantamiento, quedaban postrados y no podían atender a las tareas encomendadas por su rey.
Por suerte, los programadorcitos son seres benefactores e incansables, y cada archivito que caía bajo las redes de este mal (al que dieron en llamar "bug", que en la lengua del reino de Ubuntu significa "aquello que da tanto miedo que no se puede nombrar") recibía de inmediato toda suerte de conjuros e invocaciones salutíferas, que a menudo devolvían a la vida al sufrido archivo. Siempre que el archivito era devuelto a la vida, y tras la consiguiente celebración por parte de todo el reino (pues a todos alegraba que todo funcionase correctamente), era enviado un heraldo que informaba al rey de la buena nueva, y su majestad asentía con un leve movimiento de su imponente cabeza, pareciéndole bien todo aquello.
No obstante, del rey dependía que aquellos archivitos mantuviesen su salud plena y sirviesen al reino de la forma conveniente que estipulaba la ley de Ubuntu. Era el rey quien sancionaba qué conjuros debían recitarse periódicamente para que el archivito afectado pudiese seguir sano y salvo. Pero Sir Shuttleworth desatendía sus obligaciones. Algunos archivitos, descendientes de las familias más humildes, eran abandonados a su suerte y quedaba en manos de los programadorcitos la cura periódica de su maldición.
Este era el caso de un humildísimo archivito llamado index.theme, habitante de una casita de madera llamada default, en el barrio de icons, región de share, en la ubérrima provincia de usr. El pobre index, olvidado por el rey, caía enfermo todo el tiempo, y siempre espera la visita de un programadorcito que le ayude a trabajar y cumplir con los impuestos del reino. Su labor, aunque poco llamativa, no era vana: era un herrero afanado en la elaboración de punteros, una potente arma diseñada que utilizaban los programadorcitos para múltiples tareas. Aunque muchos de ellos, sobre todo los más veteranos, renegaban de ella y preferían los conjuros, no dejaba de ser una herramienta importante para el buen funcionamiento de todo el territorio.

Un poderoso puntero. Fuente: pixabay

El buen herrero index era capaz de elaborar hermosísimos punteros, chapados, tallados, repujados o damasquinados. Pero presa de la enfermedad, sólo era capaz de forjar unos pobres punteros pálidos. Al rey esto no parecía preocuparle, pues al fin y al cabo no hay puntero malo, como el monarca mismo aseguraba mientras devoraba a carrillos llenos muslos de pollo asado. Pero muchos programadorcitos piadosos se ocupaban, día tras día, de sanar al pobre index. Ninguno de ellos esperaba loa ni homenaje alguno por parte de Sir Shuttleworth, quien, desde su alta torre, se encontraba demasiado ocupado con los quehaceres propios de la realeza. Pero los programadorcitos continúan su abnegado trabajo...
Así que aquí os dejo el conjuro, mis pequeños programadorcitos, para que vosotros mismos podáis sanar al desgraciado index, y también para que no olvidéis lo importante que es un rey grande para un reino grande.

He aquí el conjuro
Moraleja: manda narices que desde que tengo conocimiento de Ubuntu este dichoso bug de los punteros no se haya solucionado decentemente.

viernes, 8 de febrero de 2013

Conociendo el Terminal #5: Creación de alias


El capítulo de hoy de la serie sobre el terminal se adentra un poquito más en los misterios de nuestra consola y estoy convencido de que a lo más novatos les va a hacer sentir como verdaderos hackers. En el fondo los alias son un instrumento sencillo y, sobre todo, muy cómodo, pero como todo en este mundo del pingüino, tiene sus secretos.
En el vídeo que os presento la cosa queda bastante bien explicada, o eso creo; para añadir alias nuevos sólo tenemos que editar un archivo que se encuentra en nuestra carpeta de usuario, pero oculto, el muy cabroncete: .bashrc.

Otro día os explico cómo hacer para que todo esto salga en el terminal

Voy a aprovechar este artículo para añadir algunos detalles más sobre el funcionamiento de los alias y el contenido del susodicho archivo .bashrc, aunque naturalmente las posiblidades son prácticamente infinitas.
En primer lugar, el archivo .bashrc contiene unos cuantos alias por defecto, alguno de los cuales está desactivado mediante el símbolo "#" y por lo tanto podemos activar a voluntad; por ejemplo, vamos a ver estas líneas, que he sacado de mi archivo .bashrc, y que estarán en el vuestro también si andáis por Ubuntu (los alias por defecto pueden variar de una distro a otra):
alias ls='ls --color=auto'
#alias dir='dir --color=auto'
#alias vdir='vdir --color=auto'
alias grep='grep --color=auto'

alias fgrep='fgrep --color=auto'
alias egrep='egrep --color=auto'
Vemos que las líneas 2 y 3 de los comandos anteriores están desactivadas; este párrafo corresponde con algunos alias relacionados con los comandos ls, dir y grep. Los dos primeros ya los conocemos, sirven para examinar el árbol de directorios y archivos. Por su parte, grep es un comando que sirve para realizar búsquedas de cadenas en archivos... ya, ya sé que eso es como no decir nada, para conocer grep y otras herramientas de búsqueda de datos tendréis que esperar a otro capítulo... El caso es que todos estos comandos están ahí juntitos por que este apartado de .bashrc controla el aspecto de esos comandos, básicamente los lindos colores que vemos cuando ejecutamos la orden "ls" en el terminal. Si echáis de menos esos colores al hacer un dir, ya sabéis, borráis el signo "#", volvéis a abrir el terminal, y listo. Por cierto, que si os fijáis, cuando ejecutamos el comando "ls", lo que estamos haciendo en realidad es invocar el comando "ls --color=auto" bajo el alias "ls". Las implicaciones lógico-filosóficas de un alias que parece un comando pero que invoca a ese mismo comando las dejo para vuestras propias pajas mentales.
Otra chorrada que está incluida en este archivo es la posibilidad de darle una nota de color al "prompt" (es decir, el encabezamiento de nuestra terminal: usuario@nombredelequipo:~$):


¡Orgía de color! ¡Quién puede concentrarse con esta hemorragia de estímulos sensoriales!

 Para conseguir esto, tenemos que localizar en el archivo las siguientes líneas:
# uncomment for a colored prompt, if the terminal has the capability; turned
# off by default to not distract the user: the focus in a terminal window
# should be on the output of commands, not on the prompt
#force_color_prompt=yes
...y quitar la almohadilla de la última. Reseteamos el terminal, y ya tenemos el prompt de colores. Los muy cachondos ya nos avisan de que esto lo dejan desactivado porque lo de poner el prompt de colores sólo sirve para distraer y es propio de perroflautas u horteras. Nos han jodido, que no nos lo pongan delante...
En el archivo .bashrc hay algunas sorpresas más, pero os recomiendo que le echéis un vistazo vosotros mismos. Es una delicia meterse en estos archivos de configuración y comprobar lo bien explicado que está todo, eso sí, en inglés.
Las capacidades de creación de alias sólo tienen como límites las de la sintaxis del terminal y nuestra propia imaginación. Podemos hacer alias complejos para tareas que requieren un montón de pasos, como por ejemplo tareas recurrentes del tipo: "me meto en esta carpeta, luego en esta otra y ejecuto el programa X con permisos de superusuario". Este tipo de tareas se abrevian escandalosamente con alias, y la forma de crearlos es tan sencilla como editar una línea que una los diferentes comandos mediante el símbolo "&&".
Para terminar el artículo, me permito dejaros a continuación unas cuantas sugerencias, que podéis añadir a vuestros archivos .bashrc y probar a ver qué tal os encontráis en este nuevo mundo de atajos:
#actualiza repositorios
#y aplica actualización al sistema
alias actualizar='sudo apt-get update && sudo apt-get upgrade'
#apaga el ordenador
alias apagar='sudo shutdown -h now'
#resetea
alias reset='sudo shutdown -r now' 
#instala una aplicación 
#(hay que añadir el nombre del paquete 
#después de "instalar")
alias instalar='sudo apt-get remove'
#borra un paquete
alias borrar='sudo apt-get remove'
#examina los procesos que están en ejecución
alias procesos='ps aux'
#elimina y purga un paquete 
#(es decir, lo borra y elimina las dependencias 
#que se instalaron para hacerlo funcionar 
#y que no formaban parte del sistema con anterioridad)
alias purgar='sudo apt-get --purge remove'
#comprueba espacio en los discos
alias espacio='df -h -x tmpfs -x devpts -x usbfs' 
#ver estado de memoria ram
alias memoria='free -m'
#tienes más años que Matusalén 
#y recuerdas que hace mil años 
#usabas el MS-DOS 
#y en lugar de cd .. se escribía cd.. 
#para subir directorio
#y lo echas de menos
alias cd..='cd ..'

Si sois capaces de entender todas las líneas que acabo de escribir, enhorabuena, vais por buen camino y empezáis a entender cómo funciona nuestro querido Bash. Podéis copiar y pegar directamente el párrafo anterior en vuestro archivo, y así os ahorráis más trabajo todavía. Por supuesto, se trata sólo de una plantilla que podéis modificar a vuestro gusto: podéis cambiar el nombre del alias si no os parece adecuado el que os propongo. Ojo, si estabais pensando en renombrar el alias "borrar" por "mandar a freír espárragos", conviene saber que no se aceptan alias con varias palabras separadas por espacios, así que tendréis que utilizar los típicos guiones bajos "_" o escribir todo junto. También podéis bloquear el uso de alguno de los alias añadiendo la almohadilla al principio de la línea que más rabia os dé, o sencillamente borrándola. 
Con este regalito termino el artículo de hoy; sólo me queda agradecerle a RafaGCG la sugerencia para la elaboración de este capítulo, e invitaros a los que conozcáis más alias útiles que me los hagáis saber para completar nuestra colección.  

jueves, 7 de febrero de 2013

Recuperar el ocultado inteligente de la barra lateral de Ubuntu 12.10 (y 13.04)


Hacía tiempo que no le dedicaba unas líneas a nuestro entrañable Ubuntu y su no menos entrañable entorno de escritorio Unity; lo de entrañable va porque a veces le sacarías las entrañas al que lo diseñó, vaya. Unity tiene puntos fuertes, sobre todo el HUD, una característica que me tiene enamorado desde hace tiempo, o el Global Menu, que por mucho que lo critiquen me parece un elemento que aporta limpieza y espacio al escritorio. Quizá a este elemento le falta una opción para que no esté activo en determinadas ventanas, o al menos en las que no están  maximizadas, aunque parece que ya hay movimiento por ahí para darle esta opción si los de Canonical no deciden aportarla ellos mismos. Entre los puntos más débiles están el Dash y la barra de lanzadores. El primero de ellos, aunque se presenta como el protagonista indiscutible del escritorio, creo que tiene que mejorar en términos de velocidad y estabilidad. A día de hoy, y ya han pasado unos meses, sigue sin funcionarme adecuadamente y tiene la persistente manía de perder el foco del teclado cuando estoy haciendo búsquedas, con lo que su principal ventaja termina en nada. En cuanto a la barra de lanzadores, hace lo que debe, pero es más rígida que el corsé de una meretriz. Por si fuera poco, con el tiempo han ido eliminando opciones de configuración que resultaban útiles y podían ser imprescindibles para algunos. La que os traigo hoy es una de ellas.

¡Muévete, maldita sea!

Hasta la versión 12.04 la susodicha barra de lanzadores tenía varios modos de comportamiento, a elegir por el usuario. Podía permanecer todo el tiempo visible, ocupando su correspondiente espacio en el lateral izquierdo de la pantalla. Podía ocultarse automáticamente, apareciendo sólo cuando el usuario pasaba el puntero del ratón por dicho lateral. Por último, disponía de un modo de ocultado "inteligente", que básicamente hacía que la barra se "apartara" cuando colocábamos una ventana en sus cercanías, o cuando la maximizábamos. Bien, sin duda este era el modo más interesante y precisamente es este modo el que se cargaron a partir de Quantal. La excusa que presentaron desde Canonical fue que la gente "no entendía" su funcionamiento y les sumía en un estado de estupor y sorpresa incompatible con el buen uso del escritorio. Imagino que las pruebas para sacar dicha conclusión tuvieron como población de estudio a una banda de macacos drogados, porque si no, no me explico que hayan llegado a esa conclusión.
El caso es que, desde esta polémica decisión, ha habido algún intento para recuperar el mencionado comportamiento, aunque el único que hasta el momento ha funcionado del todo sólo funciona en la versión LTS. La 12.10 y ulteriores se han quedado huérfanas. Por suerte, desde la página webupd8 han lanzado un par de scripts que tratan de enderezar el entuerto y cuyo funcionamiento os presento en el vídeo de hoy.

Instalación

El proceso para recuperar el denominado "modo dodge" es relativamente sencillo. En primer lugar debemos agregar un repositorio PPA (Ctrl + Alt + T para abrir el terminal):
sudo add-apt-repository ppa:nilarimogard/webupd8 
sudo apt-get update
En segundo lugar, tenemos que instalar el script que queramos. Ayudar a decidir cuál de las dos opciones posibles nos interesa más es la justificación del tutorial de hoy. Echadle un vistazo para elegir cuál de los dos comporamientos os gusta. Una vez elegido, instalamos el paquete correspondiente:
Para el modo de ocultación "original":
sudo apt-get install unity-dodge-windows
Para el modo de ocultación de ventanas maximizadas:
sudo apt-get install unity-dodge-maximized-windows
Y una vez instalado el paquete, tenemos que hacer que arranque el script. Para ello necesitamos ejecutar el sistema de activación de comandos que viene incorporado en el propio Unity, que aparece tras accionar la combinación de teclas Alt + F2. Una vez que aparece el espacio para escribir en la parte superior de la pantalla, añadimos el siguiente comando:
Para el modo de ocultación "original"
unity-dodge-windows
Para el modo de ocultación de ventanas maximizadas:
unity-dodge-maximized-windows


Aunque una vez ejecutado el script en teoría el comportamiento debería activarse automáticamente, os recomiendo cerrar la sesión para que Unity se lo trague sin rechistar. En el caso de que queráis probar con el otro modo, simplemente tendréis que instalarlo, pues el proceso de instalación borrará el anterior automáticamente.
Tened en cuenta también que el script se ejecuta al inicio de cada sesión, así que podéis desactivarlo temporalmente si dejáis en blanco la casilla correspondiente al modo de ocultación en la ventana de "aplicaciones al inicio" (buscad esta aplicación en el Dash para poder editar los programas que se arrancan al inicio).

Conclusión

Esto no deja de ser una chapuza temporal, un arreglo de emergencia provocado por un error de bulto de la gente de Canonical. Ninguno de los dos scripts termina de gustarme ni en su comportamiento (va a golpes) ni en su rendimiento (aparece y desaparece rápido, pero no lo suficiente). Una de dos: o esperamos a que la aplicación mejore, o esperamos a que la gente de Ubuntu se anime a devolvernos el modo dodge. Evidentemente, la primera opción es mucho más probable.

Nota importante: toda la información de este artículo no deja de ser una traducción del artículo de webupd8 en el que presentan los scripts. Al César lo que es del César, y si no conocíais esta página, eso que habéis ganado. No citar es de cobardes...

viernes, 25 de enero de 2013

Tutorial Steam Beta Linux #3 /AMIGOS/


Continúo con la ardua tarea que se me ha encomendado (bueno, me la he encomendado yo mismo) de realizar un tutorial pormenorizado de la nueva Beta de Steam en Linux (digo nueva por decir algo, puesto que al ritmo que voy, va a salir la versión completa antes de que yo acabe de hacer los tutoriales).
Seguimos, por tanto, optimizando los parámetros del Steam para que, una vez concluida la tarea de configurar todo según nuestras apetencias y gustos, podamos dejar el programa listo para poder jugar sin volver a preocuparnos nunca más de configurar nada.
En este caso, es el turno de toquetear nuestro perfil personal o, más bien, los aspectos relacionados con el mismo. Es decir, la pestaña de Amigos.
Es broma, no te rayes.
Dejando de lado la pequeña broma infantil (mi yo de hace 16 años se está rompiendo el culo pensando en cómo alguien en el futuro leerá su grandísima obra maestra de las bromas en una plataforma masiva y en todo el mundo), en la imagen podemos apreciar  cuales son las opciones principales de esta grupo de parámetros. Steam, usando esas rayas horizontales, distingue tres claros tipos de parámetros para esta pestaña:




  • Opciones referentes a nuestro perfil. Son una buena manera de cambiar lo más importante de nuestro perfil (avatar y nombre) sin tener que entrar en él.  Debo añadir que tanto el perfil como el nombre son aquellos que nuestros juegos mostrarán como predeterminados, siempre y cuando no entremos en la configuración propia del juego y los cambiemos. Para los avatares podemos escoger entre una gran cantidad de opciones que ofrece Steam o subir nosotros nuestra foto favorita (para lo cual tendréis que pegar el archivo de la foto dentro de la ruta de la carpeta de Steam ya que no os dejará buscar libremente entre vuestros documentos); obviamente, no todo tipo de fotografías esta permitido, que nos conocemos, pillines.
  • Las siguientes son las opciones relativas al "Chat" o al "Messenger" de Steam; hacen referencia a si queremos iniciar sesión en el mismo de forma automática al abrir la aplicación (una mala opción si estáis en modo ermitaño, sin afeitar en tres semanas y sin ganas de jugar con nadie), a mostrar las horas de registro del chat (que puede ser útil si sois unos empanados como yo) y para configurar los chats en ventanas o pestañas (yo soy de pestañas, ¿qué pasa?).
  • lunes, 21 de enero de 2013

    Unity Tweak Tool



    Abrimos la semana con la enésima herramienta de configuración para el entorno de Unity que pulula por los mundos de los repositorios canonicales. En este caso, se trata de Unity Tweak Tool, que comenzó sus días con una denominación mucho menos hostentosa: Mechanig.
    Más allá de lo que me llama la atención la proliferación de esta clase de programas en el entorno Unity, lo cierto es que tras un corto pero intenso periodo de desarrollo, este programa se ha convertido en otra navaja suiza de bastante utilidad, sobre todo para los primerizos con el sistema de Shuttleworth. Detrás de este proyecto está un grupo de desarrolladores liderados por el programador búlgaro George Karavasilev.

    Instalación

    Aprovecho para hacer un aviso a los que tengáis este programa instalado desde que salió hace un par de meses: el repositorio PPA ha cambiado la semana pasada, y en la actualidad para instalar Unity Tweak Tool tenemos que ejecutar los siguientes comandos en nuestro terminal (Ctrl + Alt + T y corta-pega de las siguientes líneas):
    sudo add-apt-repository ppa:freyja-dev/unity-tweak-tool-daily
    sudo apt-get update
    sudo apt-get install unity-tweak-tool
    Ojo, esta PPA está sólo disponible para Quantal y Raring. Si sois de los que os habíais instalado la antigua versión (Mechanig), buscad el viejo repositorio en orígenes del software y eliminadlo antes de agregar este. Probablemente ya os haya dado guerra con alguna actualización, y la razón es la mudanza que os he explicado.

    El programa

    Cuenta con una interfaz muy sencilla, basada en la selección de diferentes grupos de funciones de configuración, que conducen a submenús ordenados por pestañas. Hay que reconocerle al autor el esfuerzo por introducir en un espacio limitado un montón de funciones, algunas de las cuales son difíciles de configurar mediante otros métodos o programas. 

    La interfaz de Mecha... digo, Unity Tweak Tool
    Además hay que agradecer algunos detalles muy interesantes, que suelen formar parte de los típicos artículos titulados "cosas que hacer después de instalar Ubuntu": por ejemplo, la posibilidad de desactivar el gestor de conexiones Bluetooth, o la muy completa configuración de hot-corners. Estos pequeños detalles y la buena velocidad de actualizaciones y reparaciones de bugs son los puntos fuertes de este programa. En este sentido se nota que detrás de este proyecto hay un equipo de 7 personas, un número extraordinario para los estándares del mundillo del software libre.

    Esquinas calientes... ¿será un juego de palabras malicioso?
    Todas las demás opciones de configuración están bastante vistas, y por si no las conocéis os las voy enseñando de una en una en el vídeo. Lo que sí es importante es que, si podéis evitarlo, aguantéis la tentación de instalar programas de configuración redundantes. Tampoco es que sea peligroso, pero pueden entrar en conflicto unos con otros y puede ser un lío. En cualquier caso, prácticamente todas las configuraciones que permite controlar este programa provienen de Gsettings y Compiz Settings, y sólo he percibido algún problema al interactuar con Ubuntu Tweak (problemas muy menores, nada de cuelgues ni cosa parecida). 
    Teniendo en cuenta la velocidad con la que se está desarrollando este programa, y el hecho de que su contrincante más importante (el anteriormente citado Ubuntu Tweak) tiene un desarrollo un tanto errático sobre todo en los últimos tiempos, Unity Tweak Tool puede ser una buena alternativa para dejar a Unity a nuestro gusto. O todo lo que nos deja el entorno, que tampoco es mucho.

    martes, 27 de noviembre de 2012

    Crear lanzadores personalizados en Ubuntu 12.10


    Definitivamente Unity es un entorno de escritorio rígido cual tortícolis aguda. Ya hemos ido viendo algunos ejemplos de cómo configurar algunas cosas para completar la funcionalidad de algunas opciones, como hace unos días con las listas rápidas, pero aun así siguen existiendo rincones aparentemente intocables.  Una de ellas es la de los lanzadores, especialmente aquellos que se encuentran en el Dash. Los lanzadores que encontramos en el panel de Unity corresponden con aquellas aplicaciones que ya tenemos instaladas, y en principio no hay manera "nativa" de configurarlos, cambiarlos, etc. Afortunadamente, Unity no puede negar su ascendencia, y disponemos de una vieja herramienta con la que solucionar esta limitación. 
    Como explico en el vídeo, el programa se llama Alacarte, y no es más que el viejo configurador de lanzadores que podíamos tener en los entornos Gnome 2 de toda la vida.

    Alacarte está disponible en el Centro de Software
    Una vez instalado, Alacarte aparece en el Dash como "Menú principal", en la tradición de traducir las cosas como nos da la gana tan común en otros ámbitos. La interfaz es bien sencilla y se divide en tres paneles verticales: uno con la estructura de programas por categorías (que es básicamente la de Gnome 2), otro con las aplicaciones instaladas y almacenadas en cada categoría, y otro con botones de creación de menús (inútil para Unity) y lanzadores (este es el que nos interesa).

    Interfaz de Alacarte
    También es interesante el botón de "propiedades" con el que podemos examinar y cambiar las características de los lanzadores ya instalados en el sistema.
    El uso del programa es muy sencillo, y lo único que tenemos que conocer para crear un lanzador nuevo es el comando que activa cada aplicación. En este sentido, las opciones sin prácticamente infinitas, pues además de poder lanzar aplicaciones como tal, podemos lanzar aplicaciones en terminal, lo que multiplica las opciones.

    Plantilla para crear un nuevo lanzador
    Personalmente utilizo Alacarte para varias cosas que considero importantes:
    • Crear nuevos lanzadores para aquellos programas que no se instalan normalmente.
    • Cambiar iconos de programas instalados que no me gustan
    • Añadir etiquetas para mejorar las búsquedas en el Dash
    El primer punto es interesante para ciertas aplicaciones antiguas que no se instalan convenientemente en el sistema de Ubuntu. En el vídeo doy el ejemplo de los emuladores, aunque también lo suelo hacer con TeamSpeak. Basta con indicar la ruta del ejecutable y configurar el resto de elementos: añadir etiquetas, el nombre de la aplicación y el icono que más nos guste. Esto del icono me lleva al segundo punto, pues no todas las aplicaciones tienen iconos que "encajen" bien con el estilo de Ubuntu. Amule, en mi opinión, es uno de ellos. (aunque siempre podemos instalar un paquete entero de iconos y adaptarnos a el). Mediante estos procedimientos también podemos integrar en el Dash aplicaciones que corren bajo Wine, de forma que conseguimos "camuflarlas" casi totalmente. En el ejemplo que doy en el vídeo vemos que los emuladores "nativos" se llevan muy bien en el Dash con los emuladores de Windows. Si queremos hacer esto con aplicaciones de Windows, que no se os olvide configurar el archivo .exe como ejecutable en las propiedades del archivo para que pueda funcionar.
    Lo de las etiquetas también es muy interesante si nos hemos acostumbrado a buscar aplicaciones en el Dash. No sé vosotros, pero yo tengo muy mala memoria, y a veces se me olvida el nombre de algunas aplicaciones. Para que no se me pierdan en el olvido, y, sobre todo, para evitar la tediosa tarea de buscar una aplicación en el  menú correspondiente del Dash, suelo añadir etiquetas para aquellas aplicaciones que uso de forma más habitual (y algunas que puedo  usar eventualmente). Como aficionado a la fotografía, soy muy amigo de las etiquetas, así que para mí es algo casi automático, y añado cuantas puedo para que no se me escape ninguna posibilidad al buscar programas. Este es un trabajo un poco tedioso, pero se hace una sola vez y luego, creedme, se agradece.
    Existen otras opciones para crear lanzadores en Ubuntu, pero no son tan "limpias" ni completas como esta. Sí que me gustaría destacar la que aportan en el blog Linux Paradise,  que sirve para crear lanzadores de escritorio mediante un sencillo comando de terminal. También podemos convertir esta acción de terminal en un script (para poder ejecutarlo directamente con un clic derecho de ratón) como indican en Nosinmiubuntu.
    Con todas estas posibilidades, creo que el asunto de los lanzadores queda perfectamente cubierto, y vuelve a dejar a Unity a la altura de otros entornos más accesibles y configurables de forma nativa. Quedan más cosas por pulir, pero serán objeto de otros vídeo-artículos...

    miércoles, 21 de noviembre de 2012

    Crear listas rápidas en Ubuntu 12.10


    Tras unos días de descanso en el equipo, me vuelvo a poner manos a la obra, no sin antes agradeceros a todos el interesante debate generado tras mi último artículo, que ha dado mucho más de sí de lo que había imaginado... Os aseguro que intentaré averiguar qué hay detrás del desbarajuste de precios de Aftershot, aunque apuesto a que los de Corel me tienen señalado como persona non-grata...
    En el vídeo-artículo de hoy voy a aportar una manera de editar las "listas rápidas" del lanzador de Unity en Ubuntu. El entorno Unity ha sido objeto de críticas virulentas desde su nacimiento como shell para netbooks allá por la versión 10.10. Aventurándome a interpretar el porqué de este rechazo, yo diría que se debe a una diferencia esencial con respecto a otros escritorios del ecosistema Linux: su escasa (o nula) capacidad de configuración. El entorno es como es, apenas se puede cambiar, y los usuarios veteranos del sistema del pingüino no están acostumbrados a imposiciones de este tipo. De todas formas creo que en la actualidad Unity tiene varios factores a su favor que, al menos en parte, le "redimen" por este pecado de su pétrea construcción: Es un entorno útil, que bien manejado (el teclado es la clave) se convierte en una poderosa herramienta de acceso inmediato a cualquier aplicación, fichero o comando. También creo que puede ser una buena puerta de entrada para usuarios noveles a los que "les entra por los ojos" este entorno de transparencias y botoncitos, y que no necesitan configurar nada porque los de Canonical ya lo han hecho por ti. Para gustos hay colores, ya se sabe. Creo que mi opinión ya la conocéis: Unity me mola, como me molan otros entornos. No creo que en la actualidad haya un escritorio "malo" en Linux. 
    A lo que vamos: la configuración de las listas rápidas es sencilla si sabemos en qué consisten. En realidad, las listas rápidas (esas opciones que aparecen si apretamos el botón derecho del ratón sobre alguno de los lanzadores de la barra lateral) no son más que comandos que activan funciones específicas de la aplicación de que se trate. Estos comandos son idénticos a los que se pueden activar desde la terminal, por lo que la respuesta es sencilla; necesitamos conocer qué comandos sirven para cada aplicación y qué manera hay de incluirlos en la lista rápida de dicha aplicación. 
    Para lo segundo lo tenemos muy sencillo con el programa que os recomiendo en el vídeo: Ubuntu Tweak. Si no lo conocéis ya estáis instalándolo, es una herramienta con la que configurar múltiples elementos de Ubuntu, de una forma sencilla y atractiva visualmente. Y tenemos que estar agradecidos de que el programa siga disponible, después del "renuncio" de su autor tras la salida de Ubuntu 12.10.
    Ubuntu Twea, un must have

    Afortunadamente, Ubuntu Tweak sigue en la brecha como "navaja suiza" para aquellos que no conozcan formas más avanzadas de "tunear" su distribución. La instalación es bien sencilla: sólo tenéis que ir a su página oficial y descargaros el programa, que en la actualidad anda por la versión 0.8.2. De momento no voy a profundizar en las múltiples opciones de este programa, aunque quizá me extienda más sobre el en el futuro. Me voy a quedar con el tema de este artículo, para el que nos tenemos que ir a la pestaña de administración y seleccionar el Editor de listas rápidas. El procedimiento para añadir nuevos elementos de listas ya lo describo en el vídeo, así que no me enrollo.
    Las listas rápidas listas para ser editadas

    Lo interesante es que esto de las listas rápidas nos sirve de rebote para conocer otra de las posibilidades del bendito terminal de Linux, el comando "man". Mediante este comando, seguido del nombre de la aplicación que queramos conocer, activamos un pequeño manual (de ahí el nombre, "man") que nos brinda información sobre las opciones "extras" con las que podemos ejecutar el programa desde el terminal.
    En ese sentido, creo que el vídeo también deja las cosas claras, así que voy a aprovechar el artículo para un pequeño truco de regalo: no todas las aplicaciones que tenemos instaladas disponen de un manual en terminal como el que os he comentado. ¡Pero no está todo perdido! También podéis probar este comando:
    nombre de la aplicación -Lo que te dé la gana
    Esto en realidad es medio coña, pero a veces funciona. De hecho, la opinión generalizada de los expertos en Linux, es que si una aplicación no cuenta con su "man", es que es un truño mal hecho. Digamos que es algo así como un elemento de "protocolo", una deferencia que el desarrollador tiene con la comunidad, en aras a facilitar el uso y conocimiento de su programa. El caso es que esto me ha ocurrido con algún que otro programa, y probando, probando, me he dado cuenta de que se puede "forzar" a algunos programas para que "escupan" sus detalles de funcionamiento. ¿No os lo creéis? Mirad lo siguiente:
     
    Esta es la forma que tiene Linux de decir: "¿lo qué, cómor?

    Como veis, en este caso lo he probado con la aplicación Everpad, que no dispone del dichoso "man", pero devuelve los comandos si introduces cualquier chorrada después de un guión. Esto no desplegará una información tan detallada como el anterior comando, pero al menos podremos conocer las opciones disponibles para su activación en el terminal o en las listas rápidas. Sé que alguno de vosotros, conocedor más profundo de Linux, debe estar partiéndose de risa viendo este truco, pero a mi me ha funcionado, ¿vale? Pues eso. Bromas aparte, si alguien conoce alguna forma más ortodoxa que pueda servir de alternativa a "man", que lo comente y actualizo.
    Moraleja: Como me mola matar dos pájaros de un tiro, sacamos dos conclusiones; la primera, que lo de las listas rápidas es una buena idea pero también podrían ayudar un poco a la gente a conocerla mejor. La segunda, que siempre tenemos disponible el terminal para iniciar aplicaciones o lo que nos dé la gana. Practicar con el terminal siempre es recomendable, al final es el programa más fiable que existe.