Como en realidad el funcionamiento del programa queda perfectamente explicado en el vídeo, voy a aprovechar para contaros algunas cosas respecto al RSS, que para eso tengo un blog.
Qué es eso del RSS
Os parecerá una chorrada, pero la historia del RSS es más interesante de lo que parece. Resulta que el RSS no es más que una variante del lenguaje XML adaptada a la indexación de contenidos de la web. Esto que parece una tontería tiene bastante miga, y en el fondo la idea es brillante: se trata de un sistema que recoge los datos de una actualización de una web determinada, los "traduce" a un lenguaje unificado (mediante etiquetas tipo XML, para el cuerpo del texto, los títulos, etc.) y los envía en forma de un solo archivo a otros programas capaces de leerlo. Y en el fondo lo que tenemos aquí es una forma de "empaquetar" internet y armonizarlo. Mola la idea, ¿eh? Lo malo es que somos humanos, y el devenir a lo largo de los años del RSS (desde sus inicios a finales de los 90, que ya ha llovido) ha sido un constante tramullo de cambios de versiones, compras y ventas del producto, variantes, y una lista interminable de cosas informáticas que me parecen inefables. La historia muy bien explicada la podéis leer aquí, pero resumiendo viene a decir que en la actualidad conviven varios formatos diferentes de este sistema y todos ellos bajo la misma definición y nomenclatura. A los que hay que sumar un formato alternativo más: el llamado Atom.
El funcionamiento en sí del RSS es más simple que el mecanismo de un sonajero. La página web genera un archivo con este formato cada vez que su autor, movido por la inspiración, decide actualizar su blog/web con nuevos contenidos. Dicho archivo viaja a través de las inextricables líneas de fibra óptica hasta llegar a nuestro lector de RSS, que, en el caso de que nos hayamos "dado de alta" (técnicamente se dice "sindicarse") en el servicio RSS de dicha web, nos ofrecerá el contenido en el formato del programa o en el que nosotros mismos hayamos configurado, si el lector lo permite.
El caso es que a nosotros, los usuarios finales, los entresijos telenovelescos de este formato nos afectan bastante poco, pues los lectores de RSS no tienen problemas en admitir una u otra versión, o la alternativa anteriormente mencionada. En lo que a la experiencia de uso se refiere, utilizar un lector RSS es lo más parecido a leer el periódico que puedes encontrarte en terrenos tecnológicos: todas las noticias aparecen ordenaditas, indicando su procedencia, fecha de publicación, y en un formato armonizado: mismos tipos de letra, misma posición de las imágenes, etc.
"Pero qué cosa más anticuada... yo prefiero el Twitter". En fin...
Llamadme carcamal, pero donde esté un RSS que se quite el pajarito o cualquier red social. Los RSS tienen dos ventajas. Primera: la lectura Offline; aunque en la actualidad, con la conexión 3G y los smartphones esto ha dejado de ser algo crítico, no todo el mundo puede permitirse una tarifa plana de móvil, así que siempre viene bien contar con una forma de descargarse lo que te interesa desde casa para luego ir leyéndolo en el autobús o, si somos unos desgraciados, en el trabajo. La segunda ventaja no sólo mantiene su vigencia, sino que hoy en día es aún más grande: nos permite filtrar la información y limpiarla de chorradas. Y quien use Twitter lo sabrá. Aunque el pajarito permite crear listas, lo cual ayuda bastante, resulta difícil encontrar fuentes de información que no mezclen los contenidos "puros" con otras cosas, comentarios chuscos, fotos de "mira donde he pasado el finde" y demás tonterías. Me refiero, claro está, a los blogueros y podcasteros, que no dejan de ser personas individuales con sus peripecias humanas... si queremos, siempre podemos seguir a Europa Press para tener sólo noticias... Bueno, el caso es que los RSS nos permiten acceder a información pura de una manera sencilla. Cualquier lector actual nos permite clasificar los "feed" (las fuentes de información, en cristiano) de manera ordenada, en función a la temática de las distintas webs que sigamos. Además, con echar un vistazo a los titulares nos sirve para hacer la criba de lo que queremos leer y lo que no. Y al estar almacenados offline, nos ahorramos el tedio de los tiempos de descarga. Leer y listo.
Pero muchos blogueros dicen que los RSS apestan...
(comentario hiriente a continuación, aunque el que se pica ajos come, dense ustedes por avisados)
En general, existe una opinión más o menos generalizada en contra de los RSS, sobre todo en relación con el hecho de que no respetan la configuración visual de la página web de la que provienen. Bien, hay dos posibilidades: o es una crítica sincera, proveniente de un bloguero que está orgullosísimo de su trabajo con la plantilla de Blogger o Wordpress que haya tuneado durante horas; o es que sencillamente es un hipócrita. Los RSS son elementos que apenas se "monetizan". Aunque llevan su publicidad, si lees algo offline ya puedes darle clic mil veces, que no accederás al producto que te quieren vender. Y en internet, lo que se paga son los clics. En mi opinión, esa es casi con total seguridad la condena a muerte de este sistema. Twitter, en este sentido, funciona al revés. El pajarito te "vende" la información, si te interesa accedes a la página, y si cae un clic en la publi, suerte para el bloguero. RSS funciona, como veis, exactamente al contrario. Nos da acceso a la información en bruto, a lo que interesa, sin intermediarios ni interrupciones.
Y esto os lo dice un bloguero que coloca adsense en sus artículos. Pero no soy un hipócrita. Desde que los conozco uso y disfruto de los RSS para tener información fresquita. La primera aplicación que instalo en un teléfono o en un ordenador es siempre (os lo juro, es así) un lector de RSS. Y uso Twitter, porque sé que hay muchos que lo utilizan y que me pueden en un momento dado agradecer que les avise de que he publicado algo. Pero no voy a renegar de un servicio que he utilizado siempre. De todas formas, me temo que asistimos a los últimos estertores de este tipo de servicios; el RSS no es cool. Imperdible este brevísimo artículo que da una opinión paralela y compatible con la mía.
Lightread
Como dije al principio del artículo, no hay mucho que decir que no esté contado en el vídeo. Tan sólo podría añadir que este programa fue uno de los ganadores de la Ubuntu App Showdown, un certamen promovido por Canonical en el que compiten programadores que proponen aplicaciones novedosas para Ubuntu/Linux. Lightread fue una aplicación de las agraciadas, debido entre otras cosas a su elegante diseño y a su (en general) buen funcionamiento.
La instalación del programa es simple, y si no la localizáis en el repositorio general de Ubuntu, podéis probar con la siguiente PPA, disponible para Precise, Quantal y Raring (Ctrl + Alt + T para abrir el terminal e ir introduciendo los siguientes comandos):
sudo add-apt-repository ppa:cooperjona/lightread
sudo apt-get update
sudo apt-get install lightread
De todas formas no es un programa que aparentemente esté evolucionando demasiado, así que si lo localizáis en el centro de software, tendréis probablemente la última versión, que funciona sin demasiados problemas.
La elegante interfaz de Lightread |
La única cuestión importante que quiero repetir en el texto de este vídeo artículo es que Lightread se vincula a una cuenta de Google Reader; esto me parece recomendable, pues en la actualidad el servicio del gigante es el más extendido y el que más facilmente se puede sincronizar entre diferentes lectores en diferentes dispositivos. Yo tengo Lightread en el ordenador de trabajo y otro lector diferente en el móvil, y ambos se sincronizan con Google reader, de forma que las noticias leídas en el móvil desaparecen del ordenador "grande" cuando llego a casa para continuar al tanto de la actualidad. A los que estéis moralmente en contra de los servicios de Google... pues siento haberos aburrido con información inútil, aunque hay alternativas como Liferea para solventar este problema. Liferea es un programa mucho más veterano, más complejo, más configurable, pero bastante más pesado y, sobre todo, no demasiado pendiente del diseño de la interfaz. Mal...
Ya voy terminando. Probablemente ya conocíais este programa, probablemente os traiga al pairo el asunto de los RSS, probablemente este artículo pase sin pena ni gloria. Pero necesitaba una excusa para reivindicar a este método de recopilar información que espero que no se terminen cargando por no seguir el ritmo de los tiempos. O lo que es peor: porque a algunos no les caiga bien porque no da pasta.