miércoles, 13 de febrero de 2013

Spartacus ¿Ostras o Caracoles?


Que las series han tomado el relevo al cine en lo que a calidad de guiones se refiere, ya no nos sorprende. Vamos, no es una teoría mía y no es, ni mucho menos, una teoría descabellada. 
Creo firmemente que el cine se ha domesticado y hace muchos años que vive una crisis de ideas y tramas que deriva de su propia jaula de tabúes. En los ochenta teníamos las películas violentas (que lejos de generar gente violenta, como se pensaba, dio lugar a una de las generaciones más pacíficas de la historia), en los 70 la explosión de las películas de la mafia. Pero ¿ahora qué tenemos? No hay nada en el cine que cuestione nuestra manera de ver el mundo, el cine es condescendiente con nuestra forma de pensar y es difícil encontrar una película que nos sorprenda lejos de lo visual.
Todo va sobre raíles y todo, otra vez más, por intentar agradar al mayor número posible de espectadores. Eso sí, no les hagamos pensar en algo fuera de lo "aceptado" no vaya a ser que se vuelvan comunistas.
Vale, este tipo de pelis también eran una mierda. Pero te enseñaban que si hacías algo mal alguien vendría y te partiría la boca. Fuente: Cinedelos80.blogspot.com.es/
Y no estoy hablando solamente de las grandes películas. Esas son y serán grandes, sorprendentes y llenas de cosas que nos hagan plantearnos cuál es nuestra posición en el mundo. Ahora bien, cualquier bazofia de telefilm en otra época intentaba hacernos ver que algunas de las cosas que dábamos por seguras no lo eran tanto (como en las películas de juicios en las que resultaba que el violador era siempre aquel que menos lo parecía).
Ahora, o tal vez soy yo que me estoy haciendo viejo, pero el celuloide parece estar aletargado, dormido, repitiendo una y mil veces los mismos clichés. 
Pero a río revuelto ganancia de pescadores y es que, donde el cine ya no se atreve lo hace su hermano pequeño, es decir, el género televisivo de las series (quien lo iba a decir años ha, donde lo más políticamente incorrecto de las series era poner un negro camorrista en el equipo A).
Y todo esto para decir que yo estoy sorprendido, que en mi se ha producido un "trauma". Pero un trauma de los buenos, de los que te hacen sentir mal por paleto. De los que te hacen más tolerante y, en definitiva, mejor.
Y como digo, todo gracias a una serie "menor". Una serie en la que uno sólo espera espadazos y sangre volando por doquier. 
Y es que sí, esta serie de bajo calado intelectual ha puesto un dedo en la llaga en la que muy pocos se atreven. Mostrando escenas de sexo explicito homosexual (o igual de explicito que el heterosexual en esa serie).
A mi no me agradó a primera vista el verlo, he de reconocer, e incluso me sentí altamente incómodo. Una incomodidad que te remueve y te hace pensar en cómo narices podemos seguir siendo tan carcas a estas alturas de nuestra vida... o al menos yo.
No me mires así, que me sonrojo. Fuente: Beyondhollywood.com/