Ayer hablando de cosas santas, de Papas y del Vaticano. De los Ángeles y los Santos. Y hoy voy a hablar de todo lo contrario. Porque yo lo llevo fino, pero lo llevo gordo también.
Con todo, no me voy a poner en plan mephistophelico, y a decir nombres de Demonios sacados de la Biblia y a decir que están inmersos en nuestra vida cotidiana. Uno porque no creo en su existencia y dos, porque no soy muy bueno con las historietas de terror.
Así que lo voy a hacer a mi modo. Voy a hablar de Demonios, o de Demonios criollos si os gusta más, pero a la manera que a mi me gusta. Hablando de videojuegos.
Puede que no a todos os interese este tipo de contenidos, pero esto de realizar un vídeolog casi diario quema las neuronas y no todos los días se retira un Papa If you know what I mean. Aún así, si seguís estas letras y dejáis un poco (no mucho que los prejuicios a veces salvan vidas) los prejuicios de lado, tal vez juntos lleguemos a un tema interesante más allá de los videojuegos. Al fin y al cabo los videojuegos son productos humanos y Homo sum, humani nihil a me alienum puto. Quiero decir, utilicemos el texto como pretexto.
Pero bueno, no me voy más por las ramas. Las pistas son ya claras. Si hablamos de Demonios y de juegos, hay un nombre, por su importancia no por su originalidad, que tiene que venir directamente a nuestras mentes:
Rajoy puede llorar (traducción libre). Fuente: Forum.3dnews.ru |
No voy a hablar de lo mucho o poco que estoy disfrutando al jugarlo (que lo estoy haciendo), ni de su jugabilidad, ni siquiera si el Unreal Engine es un motor adecuado para este juego. Nada de eso.
Voy a hablar de Dante. El protagonista.
Y para poneros en antecedentes os voy a mandar deberes: si visitáis esta página os enteraréis mejor de lo que estoy hablando.
Ahora que lo habéis leído, os adelantaré que mi visión es totalmente contraria a la de dicho texto. O lo que es lo mismo, si la "polémica" estaba en que el nuevo Dante molaba o no lo hacia. Yo voy a decir que si, que mola. Que mola más que un peliteñido esteroidado con un cuero hasta los tobillos de hecho. Ya lo he dicho, y abro el paraguas.
Pero ni siquiera es esa la tesis general con respecto al tema.
Mi opinión con respecto a este asunto no es tanto la elección de una u otra tendencia estilística (gustos hay para todos) sino con el hecho de que me da a mi la sensación de que si el Nuevo Dante fuese el Viejo y viceversa, la discusión hubiese existido igual (y aquí echo mano de mis poderes de magufo).
Mi sospecha es que a la gente le importa poco como sea Dante, lo que les jode es que cambie. Da igual el diseño nuevo que le pongan, si lo cambian ya me quejo. De igual manera que nos quejamos siempre cuando cambian la interfaz de cualquier programa, red social o incluso la carretera comarcal. Aunque sea para mejor, si algo cambia, yo primero me quejo, luego ya veremos.
Y no hombre, yo creo que no. Y aquí lo digo sin ningún tipo de enfado. Desde la deformación profesional de mi fracasada carrera como profesor de filosofía; no creo que haya nada más bonito que el cambio de las cosas. La capacidad para descubrir lo nuevo y compararlo con lo antiguo, de ver lo viejo en lo nuevo, de igual manera que vemos a un padre reflejado en un hijo. Es lo mismo, pero es diferente. Es bonito.
No todos los cambios son para bien, pero todos los cambios son bonitos en cuanto nos dan capacidad para ver y sentir cosas nuevas.
Eso si, el cambio requiere esfuerzo. No siempre es fácil. Pero si aceptas el cambio como un movimiento natural de las cosas ("Todo fluye nada permanece"). Aprendes a no llorar por lo perdido y alegrarte por lo ganado. (Y lo dejo ya que creo que me voy a poner a llorar de la emoción).
EA, tan originales como siempre... Fuente: Ubuntulife.wordpress.com |