ACTUALIZACIÓN: Gracias a los comentarios de Marcelo Sánchez en el canal de Youtube, me he convencido de un defecto que se me pasó desapercibido en el análisis de esta distribución: Fuduntu carece de algunos programas importantes en sus repositorios, como Darktable o Arduino, algo que de por sí seguramente hará pensárselo dos veces a muchos de vosotros si estabais barajando la posibilidad de instalar esta distribución. Además, parece que hay algunos problemas para instalar paquetes .rpm, lo cual dificulta aún más las cosas. Creo que es importante que sepáis esto, aunque son datos que no desmerecen la calidad de Fuduntu en general. ¡Muchísimas gracias al amigo Marcelo por el aviso!
Hay que reconocerlo: el coleccionismo es un desorden mental. Uno muy parecido al del alcoholismo leve, ese que padecen mucho conocidos, familiares y amigos nuestros y que sólo suscita comentarios del tipo "ay, este Manolo, que pena que le dé por empinar el codo de vez en cuando" o "Este Paco, hay que ver la afición que le ha cogido a los caldos del país". En definitiva, un desorden mental aceptado socialmente, más que nada porque apenas provoca consecuencias sociales graves. Pero del mismo modo que el alcoholismo leve se transforma en un problema cuando a Manolo o a Paco, en pleno éxtasis etílico, les da por conducir por la autopista en dirección contraria, o, jamonero en mano, se creen espadachines, el coleccionismo está a un paso de la tragedia si en vez de llaveros, pines o miniaturas de plomo, lo que coleccionamos son, por ejemplo, fusiles de asalto. De noticias de este tipo están llenos los periódicos y en absoluto es para tomárselo a broma. Así que, como con las copas, el coleccionismo hay que tomárselo con moderación.
Y si encima la coyuntura no está para inversiones desorbitadas, nada mejor que buscarse aficiones de las baratas. En este sentido, las vídeo-distros me han salvado; puedo dar rienda suelta a mi manía de reunir cosas parecidas, así que bendita fragmentación linuxera. Si además vosotros estáis entretenidos con mis análisis, entonces paso de ser un maniático obsesivo-compulsivo a un auténtico filántropo. Vivimos en una sociedad extraña, amigos...
Podríamos caer en la tentación de no tomarnos es serio este sistema, que se plantea en realidad como una variante ligera, potente y abierta a software privativo pero en un contexto fedoriano. Es decir, una alternativa que se debe tomar en consideración, pues sigue una línea muy parecida a la que en su día tomó Ubuntu con respecto a su "madre" Debian. Vamos a desmontarla un poquito, a ver qué conclusiones sacamos.
Todo por orden y con pantallas bien claras en correcto castellano. Si acaso, no estoy demasiado cómodo con la forma de seleccionar la localización geográfica, pues utiliza el mismo sistema que Fedora de buscar tu lugar en un mapa con aspecto de Google Earth anticuado.
En cuanto al proceso de particionado, aquí observamos la semejanza con el sistema de Ubuntu, pues el instalador nos sugiere diversas alternativas con el fin de facilitar el trabajo. No está nada mal, la verdad, creo que las opciones son suficientes y suficientemente claras para que cualquier novato pueda copiar el sistema adecuadamente sin cargarse nada.
Para los usuarios más avanzados, dispone de un sistema sencillo de particionado, más que competente para estas tareas. De momento Fuduntu da la talla y responde de manera positiva a sus propios planteamientos de usabilidad.
El proceso de copiado en sí es bastante breve (la distro es un pelín pesada, 1 Gb), y sólo queda afeado por el hecho de que el dock Cairo, que está debajo de la ventana del instalador, no deja de enseñarnos cartelitos cada vez que una unidad se monta y se desmonta, algo que además de quedar bastante cutre puede asustar a los que no sepan qué está ocurriendo exactamente. Pero es simplemente un detalle. Lo que me gusta menos es el hecho de que, una vez finalizado el proceso y tras el conveniente reseteo, la instalación no ha terminado todavía. Una vez ingresamos en el sistema de nuevo, aparece otra serie de pantallas con la información que nos queda por facilitar: el nombre del usuario, la contraseña (del usuario, no la del root, que nos piden antes de instalar, ojo con esto) y opciones avanzadas de seguridad, amén de la hora del sistema. Me recuerda demasiado a la instalación de Windows, que parece no terminar nunca. Es un detalle que podrían haber solucionado de una manera mucho más elegante integrando estos apartados en el mismo proceso de instalación, a la manera de Ubuntu, lo cual ahorra bastante tiempo.
Si no fuera por estos detalles, el instalador sería perfecto, en mi opinión. En cualquier caso estas cosas no dificultan en absoluto este momento crítico en el paso a Linux, sobre todo para los noveles.
Y lo principal, que además es lo más polémico: en Funduntu es facilísimo traicionar los principios del Software Libre e instalar toda una serie de cosas que harían llorar al bueno de Stallman: codecs de audio y vídeo, controladores de tarjeta gráfica, flash, y aplicaciones como Steam o Netflix están a un par de clics o comandos de distancia en todo momento. Incluso viene con cosas preinstaladas que pueden rozar la exageración, como el cliente de Dropbox. Sé que este último párrafo hace méritos por igual para aparecer en el apartado de cosas negativas que en este de cosas positivas, pero como me incluyo en el grupo de usuarios de Linux "agnósticos" (vamos, que no negamos la existencia del software privativo, y que nos permitimos una canita al aire de vez en cuando), a mi personalmente me resulta algo útil encontrarme con esta oferta de pecado en las narices.
Página web del proyecto Fuduntu
Hay que reconocerlo: el coleccionismo es un desorden mental. Uno muy parecido al del alcoholismo leve, ese que padecen mucho conocidos, familiares y amigos nuestros y que sólo suscita comentarios del tipo "ay, este Manolo, que pena que le dé por empinar el codo de vez en cuando" o "Este Paco, hay que ver la afición que le ha cogido a los caldos del país". En definitiva, un desorden mental aceptado socialmente, más que nada porque apenas provoca consecuencias sociales graves. Pero del mismo modo que el alcoholismo leve se transforma en un problema cuando a Manolo o a Paco, en pleno éxtasis etílico, les da por conducir por la autopista en dirección contraria, o, jamonero en mano, se creen espadachines, el coleccionismo está a un paso de la tragedia si en vez de llaveros, pines o miniaturas de plomo, lo que coleccionamos son, por ejemplo, fusiles de asalto. De noticias de este tipo están llenos los periódicos y en absoluto es para tomárselo a broma. Así que, como con las copas, el coleccionismo hay que tomárselo con moderación.
Y si encima la coyuntura no está para inversiones desorbitadas, nada mejor que buscarse aficiones de las baratas. En este sentido, las vídeo-distros me han salvado; puedo dar rienda suelta a mi manía de reunir cosas parecidas, así que bendita fragmentación linuxera. Si además vosotros estáis entretenidos con mis análisis, entonces paso de ser un maniático obsesivo-compulsivo a un auténtico filántropo. Vivimos en una sociedad extraña, amigos...
Fuduntu
Aunque el vídeo es más que exhaustivo, tengo que reseñar por escrito lo especial que resulta esta distribución. Como indica su lema, "Punny name, serious distro" (nombre enrevesado, distro seria), el juego de palabras con que se nos presenta, mezcla de Fedora y Ubuntu, no le hace justicia.Pantalla de bienvenida a Fuduntu, funcionando en modo Live |
Podríamos caer en la tentación de no tomarnos es serio este sistema, que se plantea en realidad como una variante ligera, potente y abierta a software privativo pero en un contexto fedoriano. Es decir, una alternativa que se debe tomar en consideración, pues sigue una línea muy parecida a la que en su día tomó Ubuntu con respecto a su "madre" Debian. Vamos a desmontarla un poquito, a ver qué conclusiones sacamos.
Instalación
El proceso es realmente sencillo, y recuerda vagamente al de Ubuntu, aunque cambiando el orden de algunas cosas. Comenzamos seleccionando el lanzador del instalador, que aparece en el escritorio del modo Live, para que no nos perdamos. Una vez seleccionado, pasamos por una serie de pantallas de configuración de detalles, como la selección de idioma y teclado, husos horarios, el nombre de la máquina...Todo por orden y con pantallas bien claras en correcto castellano. Si acaso, no estoy demasiado cómodo con la forma de seleccionar la localización geográfica, pues utiliza el mismo sistema que Fedora de buscar tu lugar en un mapa con aspecto de Google Earth anticuado.
En cuanto al proceso de particionado, aquí observamos la semejanza con el sistema de Ubuntu, pues el instalador nos sugiere diversas alternativas con el fin de facilitar el trabajo. No está nada mal, la verdad, creo que las opciones son suficientes y suficientemente claras para que cualquier novato pueda copiar el sistema adecuadamente sin cargarse nada.
Para los usuarios más avanzados, dispone de un sistema sencillo de particionado, más que competente para estas tareas. De momento Fuduntu da la talla y responde de manera positiva a sus propios planteamientos de usabilidad.
El proceso de copiado en sí es bastante breve (la distro es un pelín pesada, 1 Gb), y sólo queda afeado por el hecho de que el dock Cairo, que está debajo de la ventana del instalador, no deja de enseñarnos cartelitos cada vez que una unidad se monta y se desmonta, algo que además de quedar bastante cutre puede asustar a los que no sepan qué está ocurriendo exactamente. Pero es simplemente un detalle. Lo que me gusta menos es el hecho de que, una vez finalizado el proceso y tras el conveniente reseteo, la instalación no ha terminado todavía. Una vez ingresamos en el sistema de nuevo, aparece otra serie de pantallas con la información que nos queda por facilitar: el nombre del usuario, la contraseña (del usuario, no la del root, que nos piden antes de instalar, ojo con esto) y opciones avanzadas de seguridad, amén de la hora del sistema. Me recuerda demasiado a la instalación de Windows, que parece no terminar nunca. Es un detalle que podrían haber solucionado de una manera mucho más elegante integrando estos apartados en el mismo proceso de instalación, a la manera de Ubuntu, lo cual ahorra bastante tiempo.
¡Demasiados pasos, quiero empezar a trastear ya! |
Si no fuera por estos detalles, el instalador sería perfecto, en mi opinión. En cualquier caso estas cosas no dificultan en absoluto este momento crítico en el paso a Linux, sobre todo para los noveles.
Lo negativo
Fuduntu se plantea como una distro ligera, adecuada para netbooks y portátiles, aunque también puede ser válida para escritorios de sobremesa hechos y derechos. Creo que aciertan en lo primero pero no tanto en lo segundo. Sin llegar a ser una distro pesada (es difícil que lo sea, usando Gnome 2), no la noto tan ligera como otras que he ido probando a lo largo de esta serie de análisis. De hecho, el consumo de RAM es un pelín alto, de alrededor de 450 Mb sin haber tocado nada del sistema. Personalmente yo no la utilizaría en un netbook, conociendo entornos actualmente más interesantes para este formato. Esto me lleva a comentar otro de los puntos débiles de esta distribución: la estética. Aunque entiendo perfectamente la decisión de los desarrolladores de integrar un entorno de escritorio clásico para su distro (Gnome 2 y Cairo dock, el que no admita haber tenido esta combinación en su ordenador, miente), Gnome 2 tiene pinta de anticuado, o al menos no emociona lo mismo que sus alternativas ligeras. En la actualidad creo que tiene mejor pinta XFCE, E17 o incluso LXDE. Esto, por supuesto, es cuestión de gustos, aunque estoy seguro de que poco a poco la gente se irá convenciendo de que Gnome 2 tuvo su momento y llega la hora de dar paso a cosas nuevas. Cosas ligeras, por supuesto, pero nuevas. La máxima "si funciona, no lo toques" no es siempre cierta.Cairo Dock, un toque de diversión y utilidad en el escritorio que se agradece |
Lo positivo
Prácticamente, todo lo demás. Fuduntu da mucho de lo que promete. El sistema es fácil de utilizar, salvando la mínima dificultad de conocer el gestor de paquetes Yum, que, por cierto, me parece mejor que Apt; Incluso nos encontramos en el primer arranque con una ventana de ayuda con unos cuantos enlaces a información sobre la distro, consejos de uso, comunidad de usuarios, etc.Y lo principal, que además es lo más polémico: en Funduntu es facilísimo traicionar los principios del Software Libre e instalar toda una serie de cosas que harían llorar al bueno de Stallman: codecs de audio y vídeo, controladores de tarjeta gráfica, flash, y aplicaciones como Steam o Netflix están a un par de clics o comandos de distancia en todo momento. Incluso viene con cosas preinstaladas que pueden rozar la exageración, como el cliente de Dropbox. Sé que este último párrafo hace méritos por igual para aparecer en el apartado de cosas negativas que en este de cosas positivas, pero como me incluyo en el grupo de usuarios de Linux "agnósticos" (vamos, que no negamos la existencia del software privativo, y que nos permitimos una canita al aire de vez en cuando), a mi personalmente me resulta algo útil encontrarme con esta oferta de pecado en las narices.
Conclusión
Una distro digna de tener en cuenta, sobre todo en un caso muy determinado: si padecéis de versionitis, ese otro desorden mental que nos impulsa a actualizar todo de manera enfermiza, descontrolada, y exponiéndonos a merecidas inestabilidades. El hecho de que Fundutu tenga un planteamiento Rolling Release nos ayuda a tener todo al día en todo momento y además nos libra del penoso trabajo de tener que reinstalar el sistema cada seis meses como en Ubuntu, o arriesgarnos a peligrosos procesos de actualización de distribución que suelen terminar en tragedia. También puede llamar la atención de algún Fedoriano cabreado con Spherical Cow y su pesadez, o si queremos aprender a manejar un sistema (el sistema de repositorios, el gestor de paquetes Yum, etc.) como el que proporciona Fedora pero sin las dificultades que nos plantea la distro madre. Fuduntu, a pesar de ser una Rolling Release, es muy estable (más que Fedora) y funciona, sin mayores problemas. Y de eso también puede tomar nota Ubuntu, que falta le hace. En este sentido, los chicos de Fuduntu se lo han trabajado bien: han cogido lo mejor de las distribuciones de las que toma el nombre, y parece que han eliminado lo peor. Por sí solo eso ya merece nuestros parabienes.Clic para ampliar |