jueves, 14 de febrero de 2013

El día de San Valentín y el mito de El Corte Inglés.


Hay una cosa que me cabrea mucho, muchísimo.
Y, aunque por mis intervenciones en este blog no lo parezca, no suelo ser una persona muy irascible. Pero hay cosas con las que no puedo. 
Me molesta que la gente no empiece a utilizar los botes de pasta de dientes desde el fondo. Me mosquea el que haya quien no corte las tabletas de chocolate por las aristas ya diseñadas para ello... Me ofende la gente que posa los cuchillos con la punta hacia la parte externa de la mesa. Son cosas que me cabrean, me molestan y me ofenden, pero ni de lejos se asemejan al enfado que me produce aquello de lo que os voy a hablar hoy.
Además, creo yo, que es un buen día para ello. Pues hoy mismo es uno de esos días donde podemos ver este fenómeno de manera recurrente.
No estoy hablando de otra cosa que de esa clase de sub-humanos que recitan mantras absurdos para intentar evidenciar que ellos son especiales, que están lejos del mainstream (ahí tenéis un palabro para buscar en Google), que no son borregos en el redil. Que ellos son analíticos, intelectuales, únicos y, su calificativo preferido, tienen personalidad. 
Pues que queréis que os diga,  esa gente lo único que deja claro es que son unos estúpidos. Unos fantasmas pedantes papanatas (sí, sin comas). Y lo que evidencian es precisamente eso, que por intentar alejarse del común de los mortales, del vulgo, del rebaño; acaban por caer en un grupito de sabelotodos repugnantes con menos personalidad aún de la que intentaban "contrarrestar".
Ya me entendéis, y seguro que conocéis a más de uno. Típica persona que felicita el "solsticio de invierno" en vez de la Navidad o el típico sabelotodo que siempre te dice "la película es mucho peor que el libro". Todos sabemos que eres un intelectual, una mente prodigiosa, que sabes muchas cosas, pero calla la boca que si hablas sólo demuestras lo tonto que eres.
Pero la palma son días como hoy. Días en los que esta gente saca a pasear su libro de citas tontas y suelta perlas del tipo: "El día de San Valentín lo inventó El Corte Inglés".
A esto me refiero...Fuente: Desmotivaciones.es
Menudo despropósito. 
Y no estoy hablando del hecho de estar a favor o en contra de una fiesta u otra. O de una acción o su contraria. Se puede no celebrar la Navidad y no pasa nada. Se puede no celebrar el San Valentín y no pasa nada. Se puede incluso criticar que son fiestas que no se celebran convenientemente o que la gente no entiende su significado profundo.  Es más, se puede incluso criticar la existencia de esas fiestas. Lo que no se puede es decir tonterías de este tipo. ¡¿Cómo coño va a inventar el Corte Inglés el día de San Valentín?!
Ese es un comentario absurdo y bobo.
Seria como decir que Mercadona inventó el desayuno. No joder, Mercadona te vende cosas para que desayunes pero no lo inventó.
Y lo peor de todo no es siquiera el hecho de decir tan magna tontería como la que hemos visto. Lo peor de todo es el hecho de creerse original con ella. El primero que lo dijo todavía se merece un pin, pero el resto de millones de personas que lo repiten todos los malditos años merecen la peor de las muertes que un palo untado en caca pueda producir.
Y sí, esto si me cabrea de verdad.