lunes, 25 de marzo de 2013

Software Linux: GUVCview



En el terreno del screencasting las cosas son mucho más fáciles en Linux que en Windows. Mientras que los sistemas ventaneros tienen que pasar casi forzosamente por software de pago y con requerimientos de hardware cada vez más exigentes, en el lado del pingüino la oferta de programas es bastante amplia (no es para echar cohetes, pero hay cierta variedad) y, por supuesto, son aplicaciones gratuitas y ligeras. Esta afortunada abundancia de software relacionado con el screencasting tiene una explicación lógica: el software libre carece de canales publicitarios "normales": no encontraremos cuñas publicitarias en TV, Radio o medios de prensa digitales o tradicionales. De este modo, los únicos canales disponibles para la difusión de nuestro sistema son los que nosotros, los usuarios, podamos poner a disposición de la comunidad. Esta es la máxima de este blog: difundir la "cultura libre" aprovechando las herramientas con las que contamos para ello. Sobre el asunto de los grabadores de escritorio ya he hablado largo y tendido desde hace bastante tiempo y quedaba pendiente darle un repaso a las herramientas 2.0., aquellas con las que podemos darle un "plus" de personalidad a nuestros vídeos. 
¿Soy el único a quien las webcam redonditas le recuerdan a un ojo sacado de su órbita?
GUVCview es la alternativa ideal para estos menesteres si no estamos dispuesto a rompernos el cráneo con comandos ffmpeg bajo terminal. El funcionamiento es absolutamente simple y permite unas cuantas opciones de control, tanto de parámetros de la cámara que estemos usando (modo de apertura, paneo, etc.) como de formato y calidad de vídeo. Este último aspecto, no obstante, depende mucho de la cámara que estemos usando. En mi caso tengo una Logitech sencillita y, aunque estén disponibles resoluciones HD, la resolución debe ser baja para obtener una tasa de fotogramas aceptable. A partir de 720, y ni qué decir tiene 1080, la tasa baja a cotas inadmisibles e inútiles si pretendemos resultados agradables. 
A pesar de este pequeño defecto (que no tiene que ver con el programa, sino más bien con el hardware y el soporte que le da el fabricante), con GUVCview podremos realizar las tareas más básicas de un Vloguero/tutorero/screencastero de postín: la pantallita en la esquina con nuestra cara, o incluso, si los problemas de resolución que os decía lo permiten, auténticos Vlogs a pantalla completa, gracias a la posibilidad de convertir la imagen obtenida en un archivo de vídeo en diferentes formatos. Y con audio integrado, por supuesto. 
Eso sí, el funcionamiento de este programa tiene una condición importante, que menciono en el vídeo: necesitaremos una webcam compatible con Linux. Hay que admitir que la compatibilidad de dispositivos con Linux ha mejorado de una forma muy notable y sigue creciendo con cada nueva versión del kernel. No obstante, la adquisición de una webcam para su uso en nuestro sistema es algo que no debe hacerse a la ligera y conviene verificar que la cámara que queremos funciona adecuadamente antes de gastarse la pasta.
Afortunadamente contamos con unas cuantas fuentes de confianza para este tipo de comprobaciones: páginas como mxhaard, ideasonboard o alpha.dyndns ofrecen completos listados de los grados de compatibilidad que  diferentes dispositivos pueden mostrar en nuestros sistemas en función de su chipset, su sensor, etc. Desgraciadamente las páginas pueden no estar actualizadas para los últimos modelos de cámaras, por lo que conviene echarle un vistazo también a linux-drivers.org para comprobar nuevas actualizaciones en este terreno. Y una nota importante: para que una cámara web funcione en Linux, debería al menos ser compatible con la especificación UVC (USB  Video Class), que garantiza la interpretación de la información de vídeo transmitida por cualquier dispositivo que se conecte a nuestras máquinas a través del USB. Este estándar debería ser respetado por todos los fabricantes para garantizar el funcionamiento correcto de sus cámaras, así que si algún modelo actual no lo admite, podéis concluir que el fabricante del mismo no merece la pena.