Continúo la serie sobre Audacity con otro capítulo "preámbulo", absolutamente necesario si queremos conocer los entresijos más complejos del programa. No en vano en esta ocasión abordamos las herramientas de control de pistas, que son fundamentales para eso precisamente, editar el contenido de nuestros proyectos.
Como creo que el vídeo ya está suficientemente detallado y da buena cuenta de los usos y funciones de estas sencillas herramientas (creo), voy a aprovechar estas líneas para comenzar de manera paralela a desgranar algunos consejos orientados al ámbito específico del podcasting.
Editar audio para elaborar un podcast puede ser tan sencillo o complejo como queramos, de la misma forma que ocurre con la edición de screencast. Existen podcast de formato sencillo, lineal, sin una estructura clara y que no incluyen más que la propia voz de su autor. En otros casos, nos podemos encontrar con producciones más complejas y similares formalmente a los programas de radio. En principio estas cuestiones "externas" no son importantes; al final lo que cuenta es el contenido de lo que se transmite a través de la red, y no tanto la estética. No obstante, hay que reconocer que un podcast rico en matices resulta más agradable de escuchar. Además de esto, por experiencia sé que un contenido estructurado, especialmente en el caso de podcasts de larga duración, supone una gran ayuda para los "escuchantes". Un programa ordenado, con secciones predecibles, da la impresión de ser más corto de lo que en realidad es. Si además le añadimos algún recurso musical, mejor que mejor.
Otro asunto importante es el de la planificación. No me refiero sólo a la elaboración de un guión con los contenidos (que puede ser más detallado o menos, eso dependerá del talento del podcastero para la improvisación) sino al mismo proceso de la grabación. Tenemos la suerte de poder tomarnos las cosas con calma, todavía son poco frecuentes los podcast emitidos en directo. De modo que debemos jugar con la ventaja de la radio en diferido: grabar las cosas en el orden que más nos convenga, editar las partes que no nos gusten, repetir otras, etc.
Uno de los fragmentos más habituales, que proporcionan esa sensación de familiaridad que os menciono, es la entrada del programa. De hecho, la forma de hacer esta presentación de los contenidos imprime "carácter" al podcast; es, por así decirlo, el carné de identidad de vuestra producción. Puede ser más desenfadado, más serio; puede contener una sintonía representativa o no; el caso es elegir la forma que resulte más atractiva para el oyente y que al mismo tiempo encaje con el contenido que irá a continuación. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las veces un podcast se escucha o no en función de los primeros dos o tres minutos de grabación, si no menos. Si conseguimos "enganchar" al oyente en estos primeros instantes, seguramente le dará la oportunidad de seguir a la escucha, atraído por unos contenidos ordenados y bien presentados. Soy consciente de que en el contexto de software libre que reina en este blog puede resultar extraño hablar de estas estrategias, más relacionadas con el márketing puro y duro. Pero incluso esto que hacemos algunos con un afán social tiene que "venderse", como cualquier otro producto. El software libre (y por extensión la ideología social que lo origina) es esencialmente bueno y debería convencer a la gente por sus propios valores. Pero en el mundo real las cosas son más complicadas. Estas entradas "bien hechas" de las que os hablo quedan mucho mejor si conocemos con exactitud lo que vamos a decir en el podcast. Y si es un podcast más o menos libre en cuanto al guión, probablemente las cosas que ocurran durante la grabación no estén previstas del todo. De modo que la mejor forma de grabar una entrada es después de haber grabado todo el contenido.
Esta es la razón de insistir en el correcto uso de las herramientas de Audacity. Al final de una sesión de grabación probablemente contaréis con un montón de fragmentos, que tendremos que ordenar convenientemente en el timeline de nuestro programa. Si elegimos las herramientas adecuadas para tal función, el trabajo será mucho más eficiente y rápido. Porque no podemos llamarnos a engaño: el contenido en apariencia más simple del audio frente al vídeo no lo convierte en más sencillo de editar: sigue siendo una tarea pesada, que requiere paciencia y conocimientos.
Audacity cuenta con otras herramientas que no son imprescindibles para el podcasting. La herramienta de dibujo, por ejemplo, suele ser demasiado "fina" y más adecuada para otros contenidos. No me imagino empleándola para nuestros programas de cuatro horas, la verdad. Pero puede venir bien si queremos controlar determinadas muestras molestas en un audio concreto. Por ejemplo, los molestos "chasquidos" de lengua que se nos escapan cuando vamos a empezar a hablar.
Este es un defecto muy común entre los aficionados a la radio y que los locutores profesionales controlan mediante ciertos trucos, relacionados con la respiración y el control de la dicción. En el caso de que estos chasquidos resulten molestos, podemos eliminarlos fácilmente con un par de trazos sobre el "pico" de sonido. Lo mismo se puede hacer para corregir cualquier tipo de ruido molesto, aumentar sonidos que se oigan demasiado bajos, etc. Evidentemente, este tipo de trabajos sí que resulta pesado, así que dependerá de nuestra paciencia y de las ganas que tengamos de obtener resultados perfectos. En mis vídeos, por ejemplo, trato de eliminar todos los sonidos desagradables (excepto, por supuesto, mi propia voz, un mal necesario), pero por descontado no se me ocurriría hacerlo en el podcast.
Con lo que habéis leído hasta ahora creo que ya os hacéis una idea clara de qué pretendo con esta serie: los vídeos van a ser más generales, y los artículos estarán orientados a este hermoso ámbito de la radio online amateur. Como de costumbre, estáis todos invitados a hacer cuantas observaciones consideréis oportunas, lo importante es aprender entre todos. Ya sabéis, filosofía de software libre, en la medida de lo razonable.
Editar audio para elaborar un podcast puede ser tan sencillo o complejo como queramos, de la misma forma que ocurre con la edición de screencast. Existen podcast de formato sencillo, lineal, sin una estructura clara y que no incluyen más que la propia voz de su autor. En otros casos, nos podemos encontrar con producciones más complejas y similares formalmente a los programas de radio. En principio estas cuestiones "externas" no son importantes; al final lo que cuenta es el contenido de lo que se transmite a través de la red, y no tanto la estética. No obstante, hay que reconocer que un podcast rico en matices resulta más agradable de escuchar. Además de esto, por experiencia sé que un contenido estructurado, especialmente en el caso de podcasts de larga duración, supone una gran ayuda para los "escuchantes". Un programa ordenado, con secciones predecibles, da la impresión de ser más corto de lo que en realidad es. Si además le añadimos algún recurso musical, mejor que mejor.
Otro asunto importante es el de la planificación. No me refiero sólo a la elaboración de un guión con los contenidos (que puede ser más detallado o menos, eso dependerá del talento del podcastero para la improvisación) sino al mismo proceso de la grabación. Tenemos la suerte de poder tomarnos las cosas con calma, todavía son poco frecuentes los podcast emitidos en directo. De modo que debemos jugar con la ventaja de la radio en diferido: grabar las cosas en el orden que más nos convenga, editar las partes que no nos gusten, repetir otras, etc.
Uno de los fragmentos más habituales, que proporcionan esa sensación de familiaridad que os menciono, es la entrada del programa. De hecho, la forma de hacer esta presentación de los contenidos imprime "carácter" al podcast; es, por así decirlo, el carné de identidad de vuestra producción. Puede ser más desenfadado, más serio; puede contener una sintonía representativa o no; el caso es elegir la forma que resulte más atractiva para el oyente y que al mismo tiempo encaje con el contenido que irá a continuación. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las veces un podcast se escucha o no en función de los primeros dos o tres minutos de grabación, si no menos. Si conseguimos "enganchar" al oyente en estos primeros instantes, seguramente le dará la oportunidad de seguir a la escucha, atraído por unos contenidos ordenados y bien presentados. Soy consciente de que en el contexto de software libre que reina en este blog puede resultar extraño hablar de estas estrategias, más relacionadas con el márketing puro y duro. Pero incluso esto que hacemos algunos con un afán social tiene que "venderse", como cualquier otro producto. El software libre (y por extensión la ideología social que lo origina) es esencialmente bueno y debería convencer a la gente por sus propios valores. Pero en el mundo real las cosas son más complicadas. Estas entradas "bien hechas" de las que os hablo quedan mucho mejor si conocemos con exactitud lo que vamos a decir en el podcast. Y si es un podcast más o menos libre en cuanto al guión, probablemente las cosas que ocurran durante la grabación no estén previstas del todo. De modo que la mejor forma de grabar una entrada es después de haber grabado todo el contenido.
Esta es la razón de insistir en el correcto uso de las herramientas de Audacity. Al final de una sesión de grabación probablemente contaréis con un montón de fragmentos, que tendremos que ordenar convenientemente en el timeline de nuestro programa. Si elegimos las herramientas adecuadas para tal función, el trabajo será mucho más eficiente y rápido. Porque no podemos llamarnos a engaño: el contenido en apariencia más simple del audio frente al vídeo no lo convierte en más sencillo de editar: sigue siendo una tarea pesada, que requiere paciencia y conocimientos.
Audacity cuenta con otras herramientas que no son imprescindibles para el podcasting. La herramienta de dibujo, por ejemplo, suele ser demasiado "fina" y más adecuada para otros contenidos. No me imagino empleándola para nuestros programas de cuatro horas, la verdad. Pero puede venir bien si queremos controlar determinadas muestras molestas en un audio concreto. Por ejemplo, los molestos "chasquidos" de lengua que se nos escapan cuando vamos a empezar a hablar.
Fragmento de mi propia voz, con un chasquido rodeado en rojo |
El mismo chasquido de antes, aumentado a nivel de muestras individuales |
El chasquido, corregido tras un par de toques con la herramienta de dibujo |
Este es un defecto muy común entre los aficionados a la radio y que los locutores profesionales controlan mediante ciertos trucos, relacionados con la respiración y el control de la dicción. En el caso de que estos chasquidos resulten molestos, podemos eliminarlos fácilmente con un par de trazos sobre el "pico" de sonido. Lo mismo se puede hacer para corregir cualquier tipo de ruido molesto, aumentar sonidos que se oigan demasiado bajos, etc. Evidentemente, este tipo de trabajos sí que resulta pesado, así que dependerá de nuestra paciencia y de las ganas que tengamos de obtener resultados perfectos. En mis vídeos, por ejemplo, trato de eliminar todos los sonidos desagradables (excepto, por supuesto, mi propia voz, un mal necesario), pero por descontado no se me ocurriría hacerlo en el podcast.
Con lo que habéis leído hasta ahora creo que ya os hacéis una idea clara de qué pretendo con esta serie: los vídeos van a ser más generales, y los artículos estarán orientados a este hermoso ámbito de la radio online amateur. Como de costumbre, estáis todos invitados a hacer cuantas observaciones consideréis oportunas, lo importante es aprender entre todos. Ya sabéis, filosofía de software libre, en la medida de lo razonable.