martes, 5 de marzo de 2013

900 10 10 10; o el teléfono de Satan

No os llevéis a engaños. Aunque lo parezca por el título no he sufrido ningún Poltergeist u otra clase de fenómeno para-normal. Más quisiera, de esta manera, además de dar algo de emoción a mi triste y aburrida vida y de la posibilidad de ser invitado al programa de Iker (que por más gracia que me haga me encanta  y lo veo siempre), no podría enfadarme con nadie. Vale que tal vez los espíritus  puedan llegar a ser molestos en algún caso (o por lo menos para los que creen en ellos), pero ni de cerca son tan molestos como un gilipollas. Al fin y al cabo un espíritu o fantasma  como mucho puede encenderte una luz, o mover un objeto, o hacerte unos boquetes en las sábanas blancas para deambular por ahí y molestar a los ancianos... cosas normales para una criatura del Averno...
Lo que no tiene perdón de Dios es lo de los gilipollas. Llámalos así o como quieras, para este tipo de gente el castellano está surtido en  sinonimia. Si es verdad que hay veces que existen gilipollas entrañables. Sobre todo si sólo tienes que aguantarlos un ratito. Más de un gilipollas me ha solucionado a mi más de una tarde de aburrimiento, pero no es la tónica general. Por lo normal este tipo de gente, que no sé de donde han sacado tal inmundo pensamiento, se creen mejores y más inteligentes que los demás. Normalmente y gracias a que todavía existe algún tipo de justicia kármica, la mayoría de las veces esta subespecie humana acaba siendo tomada a la ligera y considerada como bufones particulares de cada grupo (no confundir con los graciosetes, que esos pueden ser gilipollas o no). Pero no siempre sucede así. Hay veces en las que alguno de estos gilipollas tiene la suerte de nacer en España (o algún otro país mediterráneo como Italia, o en un país cuya tradición cultural sea heredera de los anteriores) lo que convierte este trastorno, que en otro lugar llevaría al ostracismo más inmediato, en un premio más grande que los Euromillones. Es bien sabido, si eres gilipollas de los profundos, en España te irá bien. Sobre todo si has nacido en la Castellana, o cualquier otro barrio de los "buenos", en alguna de las ciudades importantes de esta mancha de Europa. Es así.

"Doy más miedo que el hombre lobo del post de ayer". Fuente:  Hispanidad.com
No sólo lamerás, y te lamerán, escrotos personas importantes y poderosas, sino que obligarás a personas inteligentes a hacerte caso en tus estúpidas ocurrencias con el arma coercitiva de cancelar tu programa de becarios. Total, el papo ya lo tienen lleno, como salgan las cosas a estos gilipollas les interesa poco.
Caso claro es el de la telefonía en este país.
¿A quién sino a un gilipollas se le ocurriría llamar por teléfono a posibles clientes para luego no atender la llamada?  This is Spain.
En su magnánima sabiduría y, como se les nota hombres versados en poliorcética y toda otra clase de disciplinas estratégicas, han pensado: -"Lo de llamar a las casas para ofrecer servicios con precios abusivos ha dejado de funcionar, lo que hay que hacer ahora es mandarles un toke o llamacuelga, para que sean ellos los que nos llamen. Somos genios del mal".  O alguna otra gilipollez de pensamiento por el estilo y se han puesto manos a la obra.
Para ello de forma recurrente, y si no has sido victima lo serás, utilizan el teléfono 900 10 10 10 para su designio satánico. Te llaman y no contestan, manda cojones. Luego nos quieren hacer creer que las llamadas telefónicas cuestan lo que nos cobran por ellas y ellos andan "tirando" llamadas al aire...
En resumen, un espíritu o espectro molesta. Un gilipollas lo hace mucho mucho más.