Siempre he visto este blog como un lugar donde "experimentar" y sacar a "relucir" la faceta creativa que todos tenemos. Hasta cierto punto, y no se me cae ningún anillo en reconocerlo, en realidad, lo único que he hecho hasta ahora ha sido un poco el tonto. Si es cierto, que he utilizado en algunos momentos esa "tontería" para echar fuera de mi algunas reflexiones que me preocupaban o que simplemente venían a mi cabeza en horas intempestivas. Otras veces, las más, simplemente hacía el tonto y ya está.
Con todo, el horizonte último de este blog, o por lo menos en lo que mi atañe, es poseer un lugar de expresión propio. Vale que esta enmarcada en el mundo de los vídeojuegos, del software libre, del podcasting y demás, pero como bien dijo mi compañero en su día: Al final se trata de defender la libertad en su conjunto.
Obviamente, la mayoría de las veces esta reflexión es orientada hacia el exterior, que si critico tal o cual serie, que si hablo de tal o cual persona, que si me enfado por tal o cual suceso político. Pero hay veces (y no me pregunten el resorte psicológico que es el causante de tal hecho, no lo conozco) en las que uno solo puede pensar hacia su interior. Me atrevo a intuir que se trata de un escape, de una estrategia estoica. Si el mundo que te rodea es una mierda trata de olvidarlo, aceptarlo tal como es y cambiarse a uno mismo.
Y en estas estoy ahora mismo. Podría hablar de Chavez, del Age Of Empires II HD o del caso Barcenas pero sinceramente, no me apetece.
Me apetece hablar de mi. De mi desesperación, de mi falta de fuerzas. Y sí, resulta raro que hable de esto un Viernes día menos seleccionado para las depresiones... pero me ha tocado la china.
Y cuando hablo de reflexionar sobre mi, hablo de mi falta de fuerza. Sí, soy un cobarde, un pusilánime o como quiera llamarsemé pero nunca he tenido la suficiente fuerza para enfrentarme a la vida. Mucho menos ahora, donde todos los conocimientos que mejor o peor he adquirido durante toda la vida no sirven de nada, y donde el mundo que conocía se desmorona poco a poco, pero a un ritmo acelerado.
Y no voy a entrar en quien tiene la culpa ni quien no, por que puedo hacer mis quinielas pero a decir verdad no tengo ni puta idea. Lo de que si tengo idea es de que yo lo estoy pagando y muchos otros conmigo. Y cierto es que la cosa esta como para cabrearse, pero el cabreo es como un chicle: puede estirarse mucho, pero si se tira demasiado al final acaba por romperse. Y a mi se me a roto. En su lugar ahora solo hay tristeza, desesperación y angustia. Y falta de esperanza, lo peor de todo.
No soy un león que ante el enemigo desata su fuerza, soy un tortugita, y cuando tengo problemas me meto en mi caparazón esperando que todo pase pronto. Pero me da a mi que esta vez no va a pasar. Y mientras tanto los años pasan, y aquello de "no te preocupes, todavía eres joven" empiezan a decirtelo cada vez menos...
Al final, me gustaría acabar todos estas letras con un mensaje conciso y evocador, todo un eslogan de esperanza de esos que se ponen en el twitter en plan "resistiremos" o "seguiremos adelante", pero lo siento mucho, a mi esas cosas se me están gastando.
Creo que hoy toca un poco de consuelo filosófico con Seneca. Fuente: Porestarcontigo.blogspot.com.es |