Mira que es feo el tío...Fuente: Heavy.com |
Y llegó el momento anunciado. El ordenador lo intentó posponer con una vil y sucia artimaña, pero fue en balde. Tras una semana de anuncios y larga espera tengo el placer de presentar la que (espero) sea la sección insignia de mi participación en esta gloriosa página web.
Ante todos ustedes y por tiempo ilimitado, les presento:
¿Qué es?
En este primer episodio nos centraremos en (no podía ser de otra manera) un juego. Eso si, se trata de un juego de mesa pues no solo de videojuegos vive el jugón.
Para introducir el tema espero se me permita una pequeña historia de amor;
Todo transcurre hace diez u once años, por aquel entonces, este que aquí ahora escribe acababa de ver la primera película de El Señor De Los Anillos y, aunque había sido con anterioridad habitual lector de las novelas de Tolkien y demás mundos fantásticos, fue en ese momento cuando su ansia de la fantasía llego a las cotas más altas de urgencia.
Sangre y monstruos, ¿qué más puede pedir un adolescente? Fuente: Games-workshop.com |
Bajo este contexto, y en un día de gripe de cama y televisión, un misterioso anuncio cruzo las ondas hertzianas para instalarse directamente en mi subconsciente. Quería ese producto, y lo quería en ese mismo momento.
Sin más dilación ordene a mi hermana (como si los hermanos mayores tuviesen algún tipo de poder real con respecto a sus menores) dirigirse al quiosco de la esquina a por él. No se trataba de otra cosa más que la colección en fascículos de Warhammer.
Por aquel entonces no sabía nada de dicho producto y, aunque era consciente de que todo artículo vendido en ese sistema de coleccionables acaba por convertirse en estafa. Agarré mis pocos ahorros y me lance a la aventura de la colección.
No paso ni una semana cuando empecé a investigar un poco y descubrí mucho más sobre estas pequeñas miniaturas de ensueño (en ese momento hubiese agradecido un documento como el que aquí os traigo).
Resultaba que no solo existían dos ejércitos como se mostraban en la publicidad; ¡Existía una gran cantidad de ellos!. A cual más variopinto: Soldados imperiales, Elfos (oscuros y no oscuros), Hombre Rata, Hombres Lagarto, No-muertos, etc.
Como no podía ser de otro modo, yo escogí aquel ejercito que más se ajustaba a mis gustos y aunque, en el futuro mi ejercito fuese llamado para mi vergüenza el "Gay Parade", siempre fui fiel defensor de la Dama del Lago y el Código de Caballería. Es decir, fui y seré por siempre general de un ejercito de Caballeros Bretonianos.
Si, un poco de "Gay Parade" si que parece. Fuente: Games-workshop.com |
Más tarde, y cuando mis recursos monetarios (aunque nunca me habían sobrado) dejaron de estar centrados en la consecución de mi frikismo y ante la realidad (dolorosa, pero realidad) de que Warhammer es uno de estos hobbies para gente adinerada. Tuve que abandonar el juego, aunque no la emoción.
Y es que, como digo en el vídeo, Warhammer (en sus dos versiones) tiene de todo:
- Coleccionismo; son muchas las opciones que podemos tomar para montar nuestro ejercito y nunca conseguiremos tenerlo completo.
- Componente artístico; pintar y montar las miniaturas hace brotar la imaginación artística y el amor por las diferentes formas de pintura.
- Estrategia; jugar a Warhammer es sentirse todo un general en las manos de un poderoso ejercito.
- Sociabilidad; si estas solo nunca podrás jugar a Warhammer, aunque siendo sinceros, tampoco vas a ligar haciéndolo.
Espero, si no lo conocíais ya, mostraros un poco de luz sobre este gran juego de mesa. Y sino, al menos, que sepáis de lo que os hablan cuando alguien os diga que él es el general de una tropa de Orcoz Oscuroz.
¡Por la Dama y por Bretonia! ¡A la carga!